...Probablemente nada de lo que me pasó hace dos noches habría pasado si hubiera perdido el autobús que con tanto esfuerzo me gané: desde mi bajada de brazos inicial y un "ya no me da tiempo" cuando al muñequito verde del semáforo le quedaban cinco, cuatro, tres, dos, un segundo pasé a una carrera de doscientos metros y a un conductor amable que mantuvo la puerta abierta hasta que me subí jadeando...
...Por la tarde, en la oficina, había leído esta entrada en el blog de Pola Oloixarac, y le había estado dando vueltas a la "carta a la escritora" donde el autor le reprochaba a Pola que lo hubieran echado del trabajo por su culpa, por culpa de Pola...
...Y volví pensando si alguien, no sé quién ni por qué razón, podría reprocharme algo así o incluso algo peor sin que yo lo supiera...
...Una tarde, muchos años después, volví a encontrarme con L. en el Naima. L. había sido mi compañera en la clase de estética, cuando estudiaba en el conservatorio. A veces nos encontrábamos en el Naima, antes de clase. A decir verdad, yo iba al Naima esperando encontrármela, y a veces ella estaba allí. A mí L. me gustaba, pero L. estaba con G., y yo me contentaba con encontrármela en el Naima sin esperar mucho más, con compartir cafés, la clase de estética y el autobús de vuelta, cosa que sucedía cuando G. no venía a buscarla y se perdían por las calles del centro...
...Pasó el tiempo y me enteré, por terceras o cuartas bocas, que L. había dejado a G. Recuerdo que me dio un vuelco en el estómago. No sé si era alegría o algo parecido, pero me puse muy nervioso, y sentí cosas contradictorias, y pensé "qué pena que no hubiera pasado esto antes", porque yo, por aquel entonces, estaba con M... ...Me encontré con L., digo, muchos años después, en el Naima, y estuvimos hablando mucho rato. En un momento de la conversación, salió el tema de G., y yo me reí, como si nunca hubiera sufrido por el hecho de que ella y G. estuvieran juntos, como si nunca me hubiera quedando mirándolos abrazarse y besarse cuando se perdían por las calles, tragando saliva y con las manos en los bolsillos. Me reí... ...L. se puso seria y dulcemente me disparó esto: "Yo dejé a G. porque estaba enamorada de ti"...
...Pues bien, el autobús estaba lleno de gente, y yo avancé hacia la parte de atrás, abriéndome paso como buenamente podía y preguntándome para qué me he sacado la tarjetita del Sevici si por la noche cojo el autobús... ...Cuando me posicioné en la parte trasera vi a una chica rubia, preciosa, ensimismada en un libro. No sé por qué, me gustan las chicas que leen en los transportes públicos, y no puedo evitar tratar de ver lo que están leyendo, de modo que disimuladamente empecé a girar la cabeza para ver si lograba leer el título, que ella tapaba entre las manos y el bolso: era un libro de tapa dura del que, después de muchos intentos, sólo pude rescatar una palabra en inglés, ni el autor, ni el título completo, ni la editorial... ...El caso es que, tratando de leer el título del libro que leía la chica, me pasé de parada. Lo supe porque ella metió el libro en el bolso, se levantó de su asiento y le dio al botón para solicitar la parada: que ya no era la mía sino la siguiente...
...Bajamos juntos. Ella cruzó la calle sin saber que yo existía, y yo comencé a desandar el camino hacia mi casa. Antes me volví para ver de nuevo a la chica rubia, que ya había desaparecido. De refilón me fijé entonces en la parada de enfrente, donde paraban los autobuses que venían en sentido contrario al del que había venido yo. En la parada se detuvo un autobús y se subió sólo una persona...
...En la parada distinguí a G., que saludaba sonriendo, y lanzaba besos a la chica que avanzaba hacia atrás y miraba a G. desde dentro, sonriéndole con ternura. La chica era L., y hacía diez años que no la veía.. ...Sé que es inverosímil, pero sucedió...
...Los tejados y las antenas de los edificios, en Nápoles formaban un amasijo o un enjambre, en El Cairo eran una alambicrada difusa y gris que terminaban en un infinito amarillento y agrio y polvoriento, en La Habana los tejados son un submundo o un universo grotesco apuntalado y decadente o cadente, como casi todos los rincones de La Habana. En Madrid, los tejados que veía desde mi ventana de buhardilla, eran rojizos, y no tenían gatos, pero sí antenas... ...Desde que leí Las bestias, de Ronaldo Menéndez, no puedo evitar ver los tejados de otra forma, y las ciudades se rigen, muchas veces, por los tejados...
...Desde la azotea de la que es mi casa desde hace pocos días se ve también una colmena de ventanas y gente: por la noche hay ancianos y ancianas iluminados por la luz azulada de la televisión. Parecen figuras de cera con batas estampadas y brazos fláccidos; hay dos pisos de estudiantes, y de la terraza de uno de ellos, sale repetidamente uno de ellos para iluminar la palma de su mano con un mechero. Después fuma a escondidas entre las macetas...
...Podría pasarme horas mirando el pedazo mínimo de realidad que hay dentro de cada casa. Veo a las personas como si fueran insectos en un terrario. En La Habana, en Cerro, en Palmar entre Ceiba y Norte, frente al Parque del Pescao, lo hacía siempre: sólo que en las casas de enfrente, en La Habana, hay música, o gesticulaciones exageradas, o risotadas en eco, y no rostros azulados con sombras danzantes frente al televisor... ...En Nápoles también me embobaba tratando de desentrañar los ritmos internos de las casas que daban al patio. En Nápoles había música, televisores, camaleones y disimulos...
...Todo empieza de nuevo. Todo trata de engancharse a otro ritmo, a otra topografía: las calles, la casa, todo es una topografía nueva, como cuando uno hace el amor con otro cuerpo después de años conociendo el mismo... ...Empezar de nuevo entraña principalmente un riesgo: el frío, el probable frío esquimal que dan los cuchillos o los saltos sin red...
...Y mientras tanto me afilo los colmillos y me relamo y cuento los días para tener en mis manos El trepanador de cerebros, de Sara Mesa, aunque si yo fuera Homero y escribiera en verso, cada vez que dijera ese nombre debería decir Sara Mesa de Prosa Hipnótica, porque cuando ella escribe es como si se formara una fiesta... ...Después de la mudanza y del mambo, de subir y bajar de norte a sur por la A-5 todo se parece demasiado a un sueño... ...Davvero sei reale? Pregunto desde las alturas...
...No pensé que en medio de este caos encontrara tiempo o fuerza para escribir una segunda parte de aquello que se pierde, o de aquello que se abandona, o simplemente de esos testigos que cambian unas palmas de las manos por otras...
...Es curioso: me he pasado la última semana entre Sevilla y Madrid, haciendo viajes en coche, cargándolo y descargándolo, olvidándome de la casa que ya habita otra persona a pesar de que hasta ayer había todavía objetos que me pertenecían...
...Si la semana pasada dejé una maleta, esta semana dejé en medio de la calle, entre Amor de Dios y Santa María, una bolsa llena de cds. Quité una impresora del asiento del copiloto, y como no podía con una mano, puse la bolsa con cds en el suelo: era mi música, la música de mis últimos tiempos, los mp3 que me han acompañado en los últimos años... ...La música es mi sabia, mi alimento, desde por la mañana hasta que me acuesto, suena música en las cuatro paredes donde yo esté, necesito música como necesito respirar...
...Y bueno, he decidido escribirlo, porque pienso en quién tendrá ahora mi colección de cds... ...Quienquiera que seas: cuídalos bien, aunque te los encontraras por azar... ;-)
...Raquel no sabe que haciendo esto consigue básicamente dos reacciones viscerales y raras: ilusionarme y ruborizarme... ...Es curioso que haya elegido este párrafo:
"(...) Una noche conoció a una francesa casual y rubita en el Naima y estuvo toda la noche haciendo el amor contra ella. Fue un exorcismo triste, de azar de sábanas, de punzada en el deseo, pero eso le bastó por el momento para ir apuntalando una honrosa retirada, una doma de caballos salvajes. Después sólo le quedó ir aprendiendo a anestesiarse, a olvidar, a apagar la luz con la soledad de lo imposible tatuada en la piel, con la sed de lo que pudo haber sido en el fondo de sus ojos. Y poco más."
...Sobre la música elegida, no comment, que estoy muy sensible con mis músicas perdidas...
...Por ejemplo, los objetos que pasan de mano en mano, acumulando historia y anécdotas, y que es como si empezaran a vivir cuando llegan a nosotros: ese mueble o cartel que uno encuentra en la calle, esa foto que uno encuentra en la casa a la que acaba de llegar...
...Yo tenía una maleta verde. Con esa maleta verde he ido y vuelto muchas veces, cuando vivía en Nápoles: dentro ha llevado libros, ropa y comida, mis libros, mi ropa y la comida que, cuando volvía de Italia, me traía de recuerdo a España, y, cuando volvía de España, me llevaba de recuerdo a Italia... ...La veía salir por la cinta del equipaje, y la reconocía por su color. Una vez no salió, y estuvo dos días dando vueltas por ahí. Luego me llamaron del aeropuerto de Roma, donde había aparecido con sus heridas de guerra: la rueda rota, un cargador de móvil desaparecido, su interior revuelto aunque dentro no faltaba ni un libro, ni un pantalón, ni un calzoncillo... ...La miraba y pensaba dónde habría estado, en qué aeropuertos, en manos de qué autoridad o pasajero, a merced de las circunstancias, antes de que volviera a mí...
...El domingo metí dentro de la maleta un puzzle, una bolsa con un juego de piezas de colores, dos carteles de unas películas iraníes (que ya estaban en esta casa cuando llegué yo), cajas de dvds de cine clásico: Tener y no tener, El halcón maltés, Gilda, Casablanca... pero sin el dvd dentro, porque ya lo tenía en otra parte, otros dvd de promociones: un documental de National Geographic y una especie de resumen de Cuarto Milenio, que sigue todavía envuelto en el plástico con el que lo obsequió El País, y gomas de borrar, sacapuntas, caramelos libaneses, aspirinas marroquíes... ...Cerré la maleta por última vez y la dejé en el punto de reciclaje del mercado de Antón Martín, entre la pescadería y la filmoteca... ...Volví minutos más tarde para tirar unos papeles y la maleta ya no estaba...
...Llevo varios días preguntándome quién se la llevó, dónde estarán ahora la maleta, los juguetes, los carteles de las películas: los imagino en una pared de alguien que recibe a un amigo, quién sabe si son los carteles de dos películas que en su momento marcaron al tipo que se llevó la maleta, y al encontrárela en el punto de reciclaje lo vio como una señal de algo... ...No sé, le doy vueltas y pienso que la historia de esa maleta y de los objetos que tenía dentro, continúa, aunque nos hayamos separado para siempre después de tanto tiempo...
(Dellat. melancholĭa, y este delgr. μελαγχολία, bilis negra).
1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.
2. f.Med. Monomanía en que dominan las afecciones morales tristes.
3. f.ant. Bilis negra o atrabilis.
...Me he ido de muchos sitios. Quiero decir, he llegado a muchos sitios, he empezado varias veces desde cero. Me apasiona llegar a un lugar donde nunca estuve antes: esa primera toma de contacto donde uno es una esponja que acaba de bajar de un tren... ...Pero también me he ido de muchos sitios...
...En estos días estoy especialmente melancólico porque se avecina ese momento de volver a meter en cajas esos objetos que ahora están en la buhardilla de la Calle Amor de Dios con Huertas en la que he pasado poco más de un año...
...Pero no es sólo eso: quiero decir, también dejo un poco Madrid, no definitivamente ni por mucho tiempo, pero sí psicológicamente, sí melancólicamente, sí lo dejo mudanzamente, como he dejado tantos sitios, como dejé Sevilla, como dejé Nápoles, como dejé los lugares donde fui feliz... ...Recuerdo cuando llegamos y empezamos desde cero, y recuerdo cómo fuimos descubriendo, poco a poco, la topografía de Madrid, nuestros lugares, los espacios que hicimos nuestros, cómo fuimos habitando las casas, las calles, los rincones...
...Ayer me levanté con la noticia de la muerte de Labordeta, y también por eso estoy melancólico. Cuando era chico, no sé por qué, lo adoraba, y una vez me dedicó un libro, y cuando me dio un beso me pinchó su barba, y, y, y...
...Después fuimos al Real de la Jara, el pueblo de mi padre, y cuando habíamos bebido mucho me llevó a la huerta donde vivía con sus abuelos y mi abuela...
...La casa ahora está completamente en ruinas: pero mi padre me fue enseñando los lugares que habían sido suyos, y su relato trabado por el alcohol era más poderoso que el presente: me enseñó la chimenea, la escalera que llevaba al doblado, su cuarto, la alberca donde estuvo apunto de ahogarse... ...El recuerdo de Madrid seguirá ahí, poderoso, con todo lo mío, mi piel y mis pupilas y mi biografía y mis músicas y mis pasos perdidos por el mundo, sí, pero lo verdaderamente terrible es el paso del tiempo: me recuerdo preparando este viaje de ida hace ahora cinco años, y parece que fue, literal y melancólicamente, ayer...
...En el interior de mi ordenador, como en el de Dillinger, también había un abismo, y el viernes decidió que no podía seguir así... ...Dicen que los perros se parecen a sus amos. Probablemente también lo hagan los ordenadores, el interior de los ordenadores, los discos duros, con documentos llenos de palabras que uno no recuerda ni siquiera haber escrito. Siempre viene bien empezar de cero, que el sistema operativo se resista a andar, como esas mulas testarudas; siempre viene bien ese toque de atención que nos dice que no estamos a salvo, que uno puede tener novelas y guiones y fotos y música en un disco duro, y en un disco duro externo, y en un email, por si acaso todo falla, pero uno no está a salvo, y me da la sensación de que no tengo nada que no pueda tocar...
...A mí todo me parece bien porque en realidad todo me parece una patraña, por eso bienvenidos todos los juguetes con los que nos asombramos y nos entretenemos: el libro electrónico, el fin del papel, los nuevos sistemas operativos, lo virtual. Bienvenido todo, sí, pero si un día el botoncito no funciona, ciao...
...Es raro cuando uno reconoce su letra en algo que escribió hace tiempo, pero no se acuerda de lo que escribió hace tiempo. Es como si en esas palabras escritas inequívocamente por nuestro puño y letra, hubiera apenas un rastro, apenas una ráfaga de algo que fuimos, pero que ya no somos, o no recordábamos ser, o no somos ya del todo... ...Lo mismo pasa con ese documento que uno salvó un buen día, pensando tal vez ser el origen de algo y que luego quedó ahí, como un plan incompleto o como un lugar olvidado, esos lugares fronterizos con carteles descascarados y aire indolente y perezoso... ...Los documentos perdidos en el disco duro son algo parecido a mirarse al espejo y ver un rostro demasiado influenciado por el paso del tiempo...
...El miércoles pasado me acordé de tu boca, me acordé de Cortázar, y me acordé un poco de todo lo que me llevaba a ti. Lo que te pasó el miércoles a ti también me pasó un poco a mí, aunque yo estuviera en un segundo plano o en una escena insignificante...
...Yo suelo ser torpe frente a los acontecimientos, por eso fumé, por eso bebí, por eso lo celebré todo mirando un campo de fútbol con los ojos brillantes, por eso he intentado llamarte varias veces pero no sé si he esperado lo suficiente. Tampoco importa. Sin ir más lejos, ahora suena una canción cursi que me estremecía en Nápoles. En estos días he pensado mucho en ciertas canciones, me he acordado de ciertas topografías, de la cafetería de la facultad, de las tostadas con roquefort, de las clases, del dolor, de cuando éramos complices, de cuando nos alejábamos para siempre, de cuando no sabíamos nada el uno del otro, de cuando volvíamos, de nuestro mundo raro, del cuaderno donde nos escribíamos cuentos, de cuando me quedaba a estudiar en tu casa, de cuando me dolían tus movimientos, de cuando me maravillaban tus movimientos, de cuando fui mortal, de cuando me resigné, de cuando supe que no había nada que hacer. Me he acordado sobre todo de la música y del olor. Me he acordado de cosas como si condujera un coche en mitad de la noche escuchando música. Me he acordado de ti como cuando conducía un coche sin saber adonde iba. Me he acordado de ti, salvaje y doméstica... ...Tú no lees este blog, y quizás este momento de tu vida, este presente, sea ahora demasiado fuerte, por eso lanzo la botella con el mensaje, con la coartada de la literatura, de la falsa biografía, del anonimato lector de estas palabras tan pornográficas como dulces y emocionadas...
...Han pasado demasiadas noches, demasiado tiempo, demasiados sedimentos, capas de tierra, litros de alcohol, de saliva, de kilómetros, de latidos... ...Pienso mucho en esos pedazos que faltan, en esas ausencias. Pienso en qué momento el contacto empieza a espaciarse... ...El sábado veía el Madrid-Barça, y pensaba en ese paso del tiempo, en la cana que me ha salido en la patilla izquierda, y en que a pesar de eso, al terminar el partido, Primi y yo nos hicimos una llamada perdida, porque nos frotábamos los ojos viendo cómo los de azulgrana se movían en medio de la batalla, como cuando teníamos catorce años y Guardiola era el cuatro. Yo quería poder hablar del planteamiento de Guardiola en el partido, decir que Guardiola es un guionista extraordinario en medio de esta ficción maravillosa, de esta batalla de once contra once; querría ser capaz de buscar y encontrar metáforas, se me ocurrió la cocina, los sabores exquisitos de la cocina más vanguardista; se me ocurrió buscar palabras que fueran capaces de estar a la altura de sus maravillosas soluciones en las batallas: ahora que los demás habían descubierto cómo jugarles, él se saca del sombrero otra vuelta de tuerca, y exprime a Messi, y a Xavi... ...Pero no, no doy con las palabras porque quiero hablar de otra cosa, y no de la batalla. Quiero hablar del paso del tiempo, de lo que me falta, de la cana en mi patilla izquierda, de mis ojos en el espejo, de ti, del miércoles, de las músicas que pasaron y que ahora me estremecen... ...Ahora que veo a este Barça hacer historia pienso siempre en las palabras que se le ocurrirían a Vázquez Montalbán, por ejemplo...
...Pero el caso es que me salen apenas dos o tres carambolas de billar, dos o tres lugares comunes, dos o tres balbuceos torpes con los que ni siquiera soy capaz de llegar al talón de lo que quiero decir, de lo que no te he dicho, de lo que no fue, de lo que fue, de la mezcla de lo que fue y lo que no... ...Y, como siempre, se hace de noche, escucho música, y no distingo bien si vuelo o caigo...
...Conducíamos desde Toledo, a través de la noche, por la A5: ahora me gusta bajar al sur por ahí, porque abro la ventana y el aire es húmedo y huele a hierba. La luna nos acompañaba, llena, repleta, silenciosa. Él dice que vio al menos dos estrellas fugaces. A mí me gusta pararme en las gasolineras, y oír el viento, y oler la vegetación, los excrementos, la vida. Hablamos. La radio emitía música. Jorge Drexler, por ejemplo, James Brown, por ejemplo. O el Sevilla-Madrid. Hablábamos. "¿Te acuerdas de cómo jugaba Guardiola?", o, "¿Te acuerdas de cuando yo estuve con I. o de cuando tú estuviste con L.?". Rastreábamos nuestros pasos perdidos, como el protagonista de la novela de Carpentier. Para mí venir al sur es un poco eso: llego a casa, abro una cruzcampo, huelo las teclas del piano, dejo la mochila en el cuarto, olisqueo las buenas nuevas, los jazmines del balcón, la cama, las fotos, los cuadros, los espacios, los nuevos libros en las estanterías, los pequeños cambios, los ritmos que se van instalando en la casa aprovechando mi ausencia...
...Me gusta la carretera, la noche, la música, la vida oscureciéndose y la luna llena acompañándonos. Me han gustado esas cinco horas con JR, poníéndonos al día, cargados de futuro, rastreando nuestros pasos. Me gusta, de pronto, callarnos, el gesto automático de subir la radio, cantar una canción juntos, de cabo a rabo, y luego mirarnos y decirnos: "¿de qué estábamos hablando?"...
...P.D.: No sé por qué estaba convencido de que Compay Segundo había muerto el 5 de octubre. Cuando he ido a wikipedia para ver el día de su muerte, me he dado cuenta de que murió el mismo día que Roberto Bolaño: 14 de julio de 2003. Recuerdo ambas noticias, pero no las recordaba tan íntimamente unidas...
...P.D.:
... Me caía mal. El símbolo de libertad, el mito, me parecía una estafa. La ví abrazando a grandes hijos de puta (Menem, sin ir más lejos), pero siempre se las arreglaba para salir indemne de esos gestos. De ella sólo me gustaba su voz. Nada más. Absolutamente nada más. Pero su voz era probablemente uno de los más marvillosos sonidos de este perro mundo. Pensar que esa garganta se ha callado para siempre es prepararse un poco para desprenderse de nuestros pasos perdidos, de nuestro tiempo, para quedarse huérfano antes que el sol nos abandone...
o Australia, soñando con la gloria de la exploración.
Por aquel entonces había en los atlas numerosos
espacios en blanco, y cuando mi atención recaía
en alguno que me parecía singularmente evocador
(sólo que no había ninguno que no me lo pareciera),
clavaba el ded en él, diciendo: "Cuando sea mayor iré ahí".
Joseph Conrad, "El corazón de las tinieblas" (traducido por Sophie)
...Me fui a Huelva. El encuentro con alumnos de pedagogía con motivo del lbro-fórum sobre "Últimas 2 horas y 58 inutos" fue encantador, productivo y muy estimulante. Es bonito comprobar que, muchas veces, quien menos te esperas lee un libro mucho mejor de lo que tú lo has escrito... ...Después volví, y encontré unos comentarios muy sugerentes en este blog, y eso me gusta. Ha sido una estancia corta. Entre medias quedó el gol de Iniesa en el bar de Jesús, y muchas Cruzcampos, y volver a encontrarme con alguien a quien no veía desde hacía más de una década y darme cuenta de que nuestra conversación continuó exactamente en el mismo punto donde la habíamos dejado doce años atrás, a pesar de tener doce años más. Mi relación con Sevilla va del hastío al amor incondicional. Ambas sensaciones se dan mezcladas, como las aguas del Río Negro y el Solimoes, pero ayer caminaba por el centro, el perfume obsceno del azahar y la dama de noche, las niñas con las falitas de vuelo y las tirantitas, y le iba declarando mi amor silencioso a cada topografía de piel morena de más que iba divisando. No sabía dónde mirar con tanta belleza inabarcable... ...David Jota me recomendó encarecidamente que empezara a leer El desbarrancadero, de Fernando Vallejo. Suelo hacerle caso a Don David, pero no estaba en Beta. En cambio encontré Ladrón de mapas, del señor Eduardo Lago, autor de Llámame Brooklyn, uno de los mejores libros que he leído nunca. He empezado a leerlo y no puedo parar. Este condenado Lago me está regalando novelas demasiado grandes, maldita sea. ¿Dónde se había metido hasta ahora?...
...En esta semana de pasión cada uno se dedica a sus pasiones: algunas son deliciosas, otras ocultas, la mayor parte de ellas tienen fronteras demasiado ambiguas... Las pasiones tienen ese rostro carnavalesco y adictivo, y a veces es mejor que vayan en dirección prohibida... ...Suena Carabelas Nada, y el disco que me regaló Lidia antes de volver a Nápoles en el 2002: Carmen Linares, Pasión Vega, Remedios Silva Pisa, Tamara, El Cigala, Triana... Y ella, mi moby dick, que nunca se dejó atrapar, nunca cazada, nunca mía, como en la canción de Lole y Manuel, en cada una de esas canciones... ...David Jota escribió, hace muchos años, un poema sobre la primavera sevillana, del que sólo recuerdo la frase "chicas que muestran lo que quieren ocultar", y que yo siempre asocié a las falditas de vuelo, a las camisetitas de tirantas sobre una piel morena, a las sandalias, a una sonrisa y a unos ojos verdes guiñados a otro, no al que ella lleva de la mano por donde ella quiera... Para llevar un paso hay que tener swing. Para el que ande un poco distraído, Swing es eso que hace que Charlie Watts sostenga (en la sombra y salvando quebraderos de cabeza) a los Stones cuando dan la cara dos tipos de dudosa reputación como Keith Richards y Mick Jagger... ...La primavera sevillana que ahora se cuela por la ventana siempre me recordó a esa chavalita morena que se acerca demasiado, como la colegiala de la canción de Sting, con esa sensualidad tan peligrosa y esa piel enterneciéndose que siempre precede al deseo... El incienso, la música de réquiem suave, la danza lenta de las procesiones es sólo la cáscara con la que las pieles deciden entregarse al azahar... ...Yo, igual, me iré a Cádiz, que sabe a vino de Sanlúcar, a felicidad y a tinto de verano, a mar, a Sur, a pescaíto, a eso que, algunos, los que creen saber de qué va esto, llaman muy serios engañar al dolor...
"Cuando relato mis trashumancias, mis caídas, mis delirios y mis secretas orgías, lo hago únicamente para detener, ya casi en el aire, dos o tres gritos bestiales, desgarrados gruñidos de caverna con los que podría más eficazmente decir lo que en verdad siento y lo que soy" Maqroll el Gaviero. (Álvaro Mutis)
PARANOICA FIERITA (Editorial Carpe Noctem, 2022)
TEXTOS ENGORDADOS Y OTRAS ESPECIES
Proyecto literario digital
CRIMINALMENTE BELLA (Editorial Alegoría, 2016)
(Edición y prólogo)
MONSIEUR WITNESS (2015-2016)
Proyecto literario digital
FALSA ANTOLOGÍA COMPLETA DE LOS POETAS INCENDIARIOS (Editorial Alegoría, 2014) *
(Edición y prólogo)
EL HOMBRE QUE DECÍA HABER SALVADO A REBECA B. (Editorial Alegoría, 2013)
ÚLTIMAS 2 HORAS Y 58 MINUTOS (Lengua de Trapo, 2008)
Últimas 2 horas y 58 minutos. Primera (o segunda) parte.
*
Últimas 2 horas y 58 minutos. Segunda (o primera) parte.
Nací el 2 de julio de 1978. Soy músico, escritor, viajero. Estudié en el Conservatorio de Sevilla. Me licencié en filosofía por la Universidad Oriental de Nápoles (Italia). He tocado todos los géneros literarios, incluido el curriculum vitae. Escribo novelas, relatos, poemas y guiones, compongo canciones y toco el piano. Mi espectáculo musical se llama Migue y el fabuloso trompetista invisible. He vivido en Alcorcón, Sevilla, Londres, La Habana, Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires, Nápoles y Madrid. Algunos de mis relatos han aparecido en antologías, revistas, fancines o rocambolescos folletines olvidados. Me gano la vida como buenamente puedo (casi siempre de forma legal). He publicado dos libros: "Últimas 2 horas y 58 minutos" y "El hombre que decía haber salvado a Rebeca B". Y he editado "Falsa antología completa de los poetas incendiarios". Para ser feliz me basta un piano, una playa desierta, buena compañía. Thelonious Monk ya inventó casi todo lo que se me ocurre. De mayor quiero ser Jacques Brel o Leonard Cohen.