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domingo, 20 de marzo de 2011

ME DEJO

Serenament quan ve l'onada, acaba,
i potser, en el deixar-se vèncer, comença.
La platja enamorada
no sap l'espera llarga
i obre els braços no fos cas, l'onada avui volgués queda's.

Lluis Llach. Un núvol blanc






...Todo quedó postergado hasta nuevo aviso...
...Los tic-tac de los relojes y de las music-box siguen ahí, en sus márgenes, entre la ansiedad y lo ocioso. Me vienen recuerdos de un futuro repleto de onomatopeyas y latidos, como a César Vallejo. Moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. En días como hoy las palabras se me duermen en las manos. Me vuelvo primario, como cuando vivía en Nápoles, y todo lo que necesitaba era el mar y la brisa: los cuatro elementos, los colores primarios, la caricia breve en la que está condensada todo el universo, los labios, los ojos, los gestos, ya sabes, un esbozo, un boceto, algo que ni por asomo necesitara de la más mínima elaboración...
...Te estás apoderando de mi segunda persona del singular en un estropicio de onomatopeyas de cómic de superhéroes...
...Y yo me dejo...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 20 marzo, 2011

jueves, 15 de octubre de 2009

Famous blue raincoat



No seas caradura,
yo ví cómo te miró.
Kevin Johansen

...Dejé el Sur relamiéndose los bigotes, con la misma caricia de perro de siempre a medio terminar, a medio caer, a medio adormilarse entre algodones, al lado del camino, a la intemperie...
...Me pasaron demasiadas músicas por encima, y volví a encontrarme, no sólo con esos famosos abrigos azules por los que antes habría dado la vida, sino también con bombas de insomnio: alguien me disparó dos o tres veces con un revólver en cuyas balas se hablaba del embarazo de cuatro meses de quien durante mucho tiempo fue algo parecido a la mujer de mi vida...
...A veces, que te disparen así es como si fueran las cuatro de la mañana, y fuera cuatro de diciembre, y la ciudad estuviera fría, a pesar de la música, y uno dijera: “volviste sin Lili Marlene de la estación”...

...Me hubiera gustado encontrarme con ciertas personas, pero supongo que deliveradamente decidieron desaparecer del combate, o en el combate; o que simplemente dormían mientras estallaban dos o tres guerras diminutas... Quién sabe, ¿no?...

...Lo más bonito de todo lo que tiene que ver con la música y con el paso del tiempo (que tal vez sean dos maneras de llamar a lo mismo, creo, espero, quisiera) fue, por ejemplo, volver a encontrarme con quien fue el mito erótico de mi infancia, volver a bailar con ella, volver a mirarnos, y saber que entre nosotros todavía se sigue adormilando un gato nervioso, ahora tierno, felizmente tierno, ahora convertido en un abrazo largo, de esos que contienen todos los mares del mundo, y ese mar trae restos del naufragio con la marea, y también trae la música lejana de la alta mar, y la alegría de las lenguas que no se olvidarán nunca, por azarosas que fueron, como en esa canción de Krahe en la que los dos se ocupan del mar con una ternura espeluznante...

...Ahora estoy en Barcelona terminando de perfilar junto a Martín el cómic de Cabaret en las tripas del difunto, y escucho los sonidos desde la ventana, y recuerdo el Sur, la dama de noche, ese famoso abrigo azul, y la voz de Kevin Johansen dice te llevaste el vestido y me dejaste el amor.

Miguel Ángel Maya
Barcelona, 15 octubre 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Los pasos perdidos



...Conducíamos desde Toledo, a través de la noche, por la A5: ahora me gusta bajar al sur por ahí, porque abro la ventana y el aire es húmedo y huele a hierba. La luna nos acompañaba, llena, repleta, silenciosa. Él dice que vio al menos dos estrellas fugaces. A mí me gusta pararme en las gasolineras, y oír el viento, y oler la vegetación, los excrementos, la vida. Hablamos. La radio emitía música. Jorge Drexler, por ejemplo, James Brown, por ejemplo. O el Sevilla-Madrid. Hablábamos. "¿Te acuerdas de cómo jugaba Guardiola?", o, "¿Te acuerdas de cuando yo estuve con I. o de cuando tú estuviste con L.?". Rastreábamos nuestros pasos perdidos, como el protagonista de la novela de Carpentier. Para mí venir al sur es un poco eso: llego a casa, abro una cruzcampo, huelo las teclas del piano, dejo la mochila en el cuarto, olisqueo las buenas nuevas, los jazmines del balcón, la cama, las fotos, los cuadros, los espacios, los nuevos libros en las estanterías, los pequeños cambios, los ritmos que se van instalando en la casa aprovechando mi ausencia...

...Me gusta la carretera, la noche, la música, la vida oscureciéndose y la luna llena acompañándonos. Me han gustado esas cinco horas con JR, poníéndonos al día, cargados de futuro, rastreando nuestros pasos. Me gusta, de pronto, callarnos, el gesto automático de subir la radio, cantar una canción juntos, de cabo a rabo, y luego mirarnos y decirnos: "¿de qué estábamos hablando?"...

...P.D.: No sé por qué estaba convencido de que Compay Segundo había muerto el 5 de octubre. Cuando he ido a wikipedia para ver el día de su muerte, me he dado cuenta de que murió el mismo día que Roberto Bolaño: 14 de julio de 2003. Recuerdo ambas noticias, pero
no las recordaba tan íntimamente unidas...

...P.D.:

... Me caía mal. El símbolo de libertad, el mito, me parecía una estafa. La ví abrazando a grandes hijos de puta (Menem, sin ir más lejos), pero siempre se las arreglaba para salir indemne de esos gestos. De ella sólo me gustaba su voz. Nada más. Absolutamente nada más. Pero su voz era probablemente uno de los más marvillosos sonidos de este perro mundo. Pensar que esa garganta se ha callado para siempre es prepararse un poco para desprenderse de nuestros pasos perdidos, de nuestro tiempo, para quedarse huérfano antes que el sol nos abandone...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 5 octubre 2009

martes, 16 de junio de 2009

Algo es algo


Tavira, junio 2009

...Volví, porque tal vez sea un poco cobarde. Allí pasé varios días moviendo la cola como un perro feliz (tal vez no haya felicidad más completa que la felicidad de un perro que ladra y mueve la cola), olisqueando el salitre que impregnaba toda la isla hasta saturarla, y leí novelas atrasadas y bebí cerveza y mojitos, y no hice nada más, sólo poner atención a mis poros, a mi piel, a mi paladar, al oleaje y a las oscilaciones del viento, de las velas...
...Aquí me esperaban las ojeras del mar, el recibo del gas, la gorda de la esquina, y los obscenos fichajes del Madrid, el porno soft, y crecer y subir y bajar, y el otoño, el café, la rutina, y Tom Waits, y Edith Piaf, y volver a volver a empezar a volver a empezar a volver a empezar, demasiado lejos del mar, añorando su inmensidad misteriosa y azul y feroz, porque desde aquí dedico buena parte de mi tiempo a echar de menos el mar y el sur, y aquí me esperan las tijeras del sol, el asfalto, el smog, el perfume más caro, y el jazmín, y el caviar, y el reloj, el granizo, la ley, los disparos, el azul y el carbón, y el amor después del amor después del amor después del amor... que no es poco, y la última de las acometidas del Cabaret, mientras oigo cómo las gotas de lluvia golpean las ventanas mientras suena Frank Zappa...
...Algo es algo...

Miguel Ángel Maya
Madrid, 16 junio 2009

jueves, 11 de junio de 2009

Más al sur

...Y si persiguen me iré más al sur...

Kiko Veneno
...Ya lo he dicho, es una de las cosas que más me digo a mí mismo: es maravilloso tener el horizonte ahí, ajeno a nuestros sueños, ileso ante nuestro relamernos cuando conducimos hacia él. Ya sabes, buena música en la radio, ella al lado, una mochila con mucho mundo en el asiento de atrás, junto a una botella de agua casi vacía que se contonea balanceándose en el suelo del coche, la carretera, los campos a orillas de la carretera, el sol ocultándose como uno de esos solos memorables de todos los tiempos que un día, en un estudio de grabación de New Orleans, en una conjunción de astros, de musas colocadas, borrachas, drogadas, fueron convocadas en uno, dos o tres minutos...
...Siempre lo digo, como uno de esos viejos pesados que cuentan una y otra vez sus achaques, que una carretera que lleva al sur, más al sur, es una de las cosas más felices que se me ocurren...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 11 junio 2009

domingo, 12 de abril de 2009

Mar antiguo

...Sin acunarme, el mar, antiguo, arcaico, feroz y suave, ha sido capaz de renovarme, de acariciarme con su brisa, de cambiarme la piel sin hacer demasiado ruido, como yo necesitaba de este sur. Así me hacía falta el sur, con salitre y suavidad, con esa sensualidad de lo invisible...
...La brisa de Sanlúcar, el sabor del fino en el paladar, el sol en la cara, cuatro o cinco simplezas deliciosas que suponen algo parecido a la felicidad, me han zarandeado por fin, estremeciéndome y desentumeciéndome los huesos y la piel...
...Me hacía falta el levante para que se fueran algunas ideas de la cabeza, como el chupito de absenta, como dormir abrazado a ese cuerpo de aguas tan turbulentas como tranquilas, el origen del universo y del morbo, porque no hay nada más maravilloso cuando se está vivo que el cuerpo de ella oliendo a mar...
...Tampoco me imagino a mí mismo volviendo a Madrid después de estos días de sur, tan necesarios como dolorosos (huelo, presiento, intuyo, que este cambio de piel va a ser más profundo de lo que ella y yo imaginábamos)...
...(Aquí dejo una versión en italiano de Mar Antiguo. Me ha parecido simpática)...

Miguel Ángel Maya.
Sevilla, 12 abril, 2009.