viernes, 30 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XXI #


Pasolini Réquiem (iii)


Lo que siempre me pareció emocionante y triste, lo que me provoca un nudo en la garganta cada vez que veo la entrevista que Philippe Bouvard le hizo a Pasolini —la última de la que nos ha quedado un testimonio gráfico—, es que en ella lleva la misma camisa a rayas con la que sería asesinado dos noches después.
En esa entrevista dijo, entre otras cosas: «Yo pienso que escandalizar es un derecho; ser escandalizado, un placer; y quien rechaza el placer de ser escandalizado es un moralista».

jueves, 29 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XX #


Pasolini Réquiem (ii)


En su última noche en Estocolmo, la penúltima de su vida, escribió lo siguiente en la segunda página de una edición italiana de Ceneri di Gramsci que Tom Johannesson, su intérprete aquellos días, había comprado en 1962 en Palma de Montechiaro: «Stockolm — Hotel Diplomat — una noche extrañamente tibia (de dieciocho años después) — con la espalda al mar — con a la derecha el Instituto y el Istitutet — con a mi izquierda la vieja Stan, fría — con en la córnea los académicos en el restaurante — con en los oídos los fonemas de una lengua que interroga sabiendo no poderse responder… con en el corazón el hilo de una vida (mía) que ya no me interesa. 30 octubre 1975»*. A la mañana siguiente, el vuelo SAS 561 despegó hacia París a las 8:55.

* Stockolm — albergo Diplomat —una notte stranamente tiepida (di diciotto anni dopo) — con le spalle al mare — con a destra l’Istituto e l’Istitutet — con a sinistra la vecchia Stan, fredda — con nella cornea gli accademici al ristorante — con nelle orecchie i fonemi di una lingua che interroga sapendo di non potersi rispondere… con nel cuore il filo di una vita (mia) che non mi interessa più. 30 ottobre 1975.

miércoles, 28 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XIX #


Pasolini Réquiem (i)


Firmó el registro del Hotel Diplomat de Estocolmo del 28 de octubre de 1975. En el apartado destinado a la profesión escribió «écrivain», en francés. Nacido en Bolonia el 5 de marzo de 1922, residente en Via Eufrate, 9. Roma. Le dieron la habitación 301, que costaba 238 coronas por noche. Desde la habitación se veía, a lo lejos, la cúpula de la Skeppsholmen Kyrkan, la Iglesia de los Marineros, y las luces de neón de la Waxolmsbolaget, la compañía de ferrys que llevaban a la isla de Waxholm.

martes, 27 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XVIII #


La tierra


«La tierra no puede tanto», dijo el remendador de redes mientras intentaba anticiparse al movimiento futuro de las nubes altas, a la dirección de los vientos y al devenir de las mareas. «La tierra no juega a los dados con el universo», dijo el ocioso jugador de naipes mientras seguía con su único ojo sano el arrastrarse pesaroso de una lombriz brillante. «La tierra es traicionera», dijo la anciana, levantándose a duras penas apoyándose en su bastón de recia y pesada madera negra que, por momentos, a ciertas horas ambiguas de la tarde-noche, cualquier hipocondríaco o borracho podría perfectamente confundir con una bizarra guadaña.

lunes, 26 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XVII #


El incendio


De entre todas las células con las que me incendiaste y me hiciste infeliz, de entre todas las canciones de Damien Rice y todos los bostezos y la pólvora y el monólogo de Travis en el peep-show de París-Texas y el intento de asesinato y los malentendidos y los papeles perdidos y el olvido y el asedio y el viento, el abandono es lo único que no te perdonaré nunca.

viernes, 23 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XVI #


El mundo


Todos los movimientos y verbos y músicas pasaban, por aquel entonces, por el pequeño microcosmos que se celaba tras aquella puerta sin número de Van Brunt Street, en la zona portuaria de Brooklyn. Habían estallado guerras que desembocaban en palabras y desmentidos, se habían sembrado pistas falsas y se habían cometido célebres crímenes y las más terribles traiciones por encontrar la llave que abría aquella puerta. Yo tengo una y sé lo que acontece tras esa puerta: el mundo.

jueves, 22 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XV #


Miedo 恐怖


Cuando era casi bebé, Mie-Do —見え度 (Según el Traductor de Google: Grado de Visible)— pensaba que «Medusa» venía de «Miedo», pero no de 見え度 sino de恐怖, «Kyōfu». Mie-Do vivía entre dos aguas. Sus pequeños pies eran capaces de hundirse en abismos de agua cálida y de agua turbulenta. Mie-Do vivía entre dos idiomas y entre dos volcanes. En realidad, me atrevería a decir que solo era feliz nadando y sorteando peligros. Mie-Do soñaba con, algún día, convertirse en invisible: 目に見えません, «Me ni miemasen», «No es visible para el ojo», según el errático Traductor de Google y mi última esperanza.

miércoles, 21 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XIV #



Babel


Bla entró en el despacho de su jefe, ubicado en un loft de la última planta de todo el babélico edificio de oficinas opacas. Cuando llamó a la puerta, el jefe jugaba con una bolita de cristal y guillotinaba documentos inservibles, informes obsoletos, secretos inconfesables. Bla se quedó allí, de pie, con la puerta a medio cerrar, esperando que su jefe le diese la orden de sentarse frente a su impoluta y gigantesca mesa de cristal. Sin embargo, lo único que salió de la boca del jefe fue un extraño gorgoteo de palabras que vinieron a significar algo así como: Bla, está usted metido en un problema.

martes, 20 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XIII #


Smogg


Smogg salió temprano hoy. Se levantó sintiéndose amenazado e insecto. Se había acostado borracho. Había estado con Los Demás —sus peligrosos vecinos, que vivían hacinados en la mansarda del último piso del edificio—, jugando al póker, contando dinero, preparando el plan, dando explicaciones por lo que había sucedido. En el cuchitril de Smogg suena insistentemente el teléfono. Los Demás empiezan a inquietarse y se afilan los colmillos y se agitan como animales.

lunes, 19 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XII #


El fin de la fiesta


Los estadios vacíos también son animales mitológicos. En ellos resuena el silencioso rastro sonoro que fue dejando la trama de la gran final. Y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos allí, esperando, sin aliento, frotándonos la pupilas los dos, como si estuviéramos entre vasos vacíos y ceniceros sucios. La final ya ha agonizado. Los dos equipos y el árbitro invisible se fueron diluyendo en el atardecer: la merienda, la ducha, la cena, la cama. Ahora el estadio está ahí, como tú estás ahí sola conmigo al borde de la noche. El fin de las fiestas solo termina anidando en las pupilas y, si acaso, en la memoria. Gol, por la escuadra, en el último minuto. —o no—.
* Las cursivas están tomadas del poema Después de las fiestas, de Julio Cortázar.

viernes, 16 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS XI #


Basura


Basura. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de las Serpientes y de las Ratas, de las Cartas de Amor, de la Carne, del Semen, de la Comida Arrojada al Estómago, en el nombre de los de Arriba y los de Abajo, en el nombre de los Péndulos Detenidos y Oxidados, en el nombre del Mundo que Gira. Basura. Basura Tesoro. Basura Hambre. Basura Dolor. Basura Animal. Basura Mendrugo. Basura Jadeo. Basura Gruñido. Basura Arrastrarse. Basura Alimaña. Basura Disección. Basura Garra. Basura Amenaza. Basura Hombre. Basura Mujer. Basura Humanidad. Basura Mundo. Basura Abismo. Basura Fin.

jueves, 15 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS X #


El compás


El silencio es macizo y es seco y es despiadado como un alacrán. El silencio tiene el compás rítmico y pesado de la espera y lo mueve un amasijo oxidado de recuerdos que parecen una de esas norias sin agua que yacen en la orilla de los caminos que nunca llevan a ninguna parte. La espera está rota y es lenta, como el mecanismo de un reloj viejo diseccionado que se esparce por una sucia mesa de madera después de un martillazo de rabia y un portazo. El compás se diluye en el aire ardiente, en la indolencia del sudor, en lo que queda atrás.

miércoles, 14 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS IX #


Poseidón salvado


Poseidón cuenta las horas ahí abajo, en la submarina y oleosa mansedumbre quieta que anida bajo las aguas del puerto. Dentro del silencioso y salado whisky marino no hay la más mínima noticia todavía de la niña que corre tras un perro que corre tras una pelota azul lanzada por una mano que todavía no sabe que su gesto provocará una dolorosa hendidura en el tiempo y en el espacio del puerto: la niña caerá al agua y buscará a Poseidón en la mansedumbre quieta y fría de lo que nadie se esperaba y todo el mundo llora desesperadamente, asomándose, mientras la pelota azul flota en el agua observada atentamente por el perro.

martes, 13 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS VIII #


El sueño de Magritte


Magritte ya no sueña, ni imagina pipas que no lo son, ni se ubica en el horizonte, en cuya línea azul y gris, como los ojos de un gato siamés, hacen equilibrio pesados barcos petroleros y se juegan la vida los misterios, el futuro, los llantos y las rendiciones. Magritte ya conoce la intemperie de la trinchera y de la noche; el pañuelo blanco al alba, agitándose como una pálida amapola ensangrentada. Magritte ya no sueña, ni imagina pipas que no lo son, ni le importa el horizonte azul y gris, como los ojos de un gato siamés que maúlla, bajo un cubo de basura cualquiera del puerto, sin que nadie lo oiga.

lunes, 12 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS VII #


¿Qué hacemos con Papá?


—¿Qué hacemos entonces con Papá?
—No sé. Yo creo que habría que esperar.
—Esperar… a qué.
—No sé. Esperar un poco. Todavía está todo muy reciente… Lo de mamá, lo de Crazy Dog… Todo se ha ido complicando.
—¿Recuerdas algo?
—¿Algo de qué?
—De cómo fue…
—…
—De cómo pasó…
—No sé… Fue muy rápido todo.
—¿Recuerdas por lo menos quién de nosotras lo hizo?
—…
—¿…?
—Es curioso… Lo intento pero no puedo recordarlo.
—Sí. Eso mismo me pasa a mí.
—…
—…
—Bueno… Entonces ¿qué hacemos con Papá?
—Incinerarlo. Y ya.

viernes, 9 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS VI #


La princesa y el hormiguero


Había una vez. C’era una volta. Once upon a time. Il était une fois. La princesa vivía, sostenida por un entramado de cuerdas y poleas, en un antiguo decorado apuntalado de cine. En un antiguo bosque. En la vorágine de un hormiguero. La princesa soñaba con un castillo y con viajar a todos los puntos cardinales y encerrarse en una cabaña y besar unos labios que se había dedicado a desear minuciosamente durante siglos. Se desperezaba y el entramado de cuerdas y poleas se estremecía en un contrapunto de sonidos y un sinfín de movimientos acompasados. La princesa vivía agazapada allí, en una minúscula constelación de casualidades, afilando su espada, aguardando a un selecto ejército de monstruos helados, a la llegada feliz de una arcaica y mastodóntica primavera de siglos pesados.

jueves, 8 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS V #


Paraíso


«Wang cerró el negocio. Yo creo que él inventó la penicilina e inventó la dinamita e inventó el dolor e inventó el aullido de los perros y el hambre». «La última vez que vi a Li tenía unas ojeras azuladas y estaba extremadamente delgada. No me sonrió pero intuí que le faltaban dientes. Tenía el pelo blanco y débil y los ojos difusos y turbios, de un negro aguaestancada, y le temblaban las manos». «Wang también inventó las peleas de gallos y el miedo a las calles oscuras y la suavidad de los susurros». «Wang cerró el negocio y se marchó en dirección al paraíso». «Sí, eso parece, ¿qué hacemos ahora?». «Nada. Esperar órdenes. No creo que tarden en llamarnos».

miércoles, 7 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS IV #


Límite


Pinchar la rueda a quinientos metros del Polo Norte era un buen final para nuestra historia pero también un mal presagio. En una pequeña taberna de Tromsø conocí a un tipo que se había pasado media vida en plataforma petrolífera en la Antártida —o quizás no fue en la Antártida, sino en barcos mercantes, cruzando una y otra vez el Cabo de Hornos. En cualquier caso se había pasado media vida en el Polo Sur—. Le gustaba el folclore chileno y el mate argentino. Cantaba «Gracias a la vida» y «Luna tucumana» —No es muy habitual encontrarse a noruegos imponentes cantando zambas y chacareras en las tabernas de Tromsø—. Fue él quien, borracho como una cuba, me dijo «Lo mejor que puedes hacer es volver a por ella y llevarla a que conoca el Polo Norte». «¿Por qué el Polo Norte?». «También puedes llevarla a Disneyland, pero en el Polo Norte está el límite». Entonces levantó la copa y le pidió la última al camarero.

martes, 6 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS III #


Broadway. Pekín. Illinois


«¿Fue exactamente aquí, en el cruce?». «Sí». «Pero ¿tú viste salir a Mamma Mary de la roulotte o te lo han contado?». «Yo la vi… ¿Por qué pones esa cara? ¿No me crees?». «No es que no te crea, es que no entiendo cómo pudiste verla desde aquí. A esta hora apenas se ve nada. Me imagino de noche cerrada y con nubes». «¿Por qué crees que decidieron hacerlo aquí?». «No lo sé. Supongo que por las posibilidades de desconcertar a la policía: Broadway —ya sabes, los teatros y todo eso—, Pekín —China, la Gran Muralla…— e Illinois… ¿No?». «Puede ser… Ya da igual. ¿Quieres otra?». «No sé. Se está haciendo tarde. Además, tengo la sensación de que de un momento a otro alguien nos va a reconocer».

lunes, 5 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS II #


El Señor Dasein y el Babalao


El Señor Dasein está sentado en el único sillón, descascarado, de la sala de espera, húmeda, mohosa, desde la que aguarda, como una alimaña agazapada, a que la señorita abra la puerta y diga «Señor Dasein, el Babalao dice que puede pasar». Repasa, una y otra vez, el bulto con su mano izquierda y callosa. «Está más duro», piensa. Contempla las fotografías del Babalao, negro, vestido de blanco, que adornan la sala. Husmea los diplomas, el polvo, el abandono. Sus huellas dactilares recorren, se deslizan, por el bulto, el epicentro del temor, el resquicio por el que se despeña su futuro. Se abre la puerta. La señorita va a pronunciar su nombre. Al otro lado espera, negro, vestido de blanco, su última esperanza.

viernes, 2 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS I #


Vladivostok Gato


Vladivostok Gato escribió lo más certero y ambiguo de sí en un cartón: su nombre, su grupo sanguíneo, su último aliento. El óxido y el frío quedaron a merced del cielo amarillento que sentía pesado y macizo como una amenaza. Alzaba la cola, temblaba, limpiaba sus patas embarradas con su lengua bajo su Hogar-Gaseoducto Abandonado, junto a su vía de escape Camino-De paso. Vladivostok Gato limpiaba su revólver, su alma y sus vísceras, para que, llegado el momento, su disimulo se metamorfoseara en algo parecido a la belleza. 


jueves, 1 de octubre de 2015

# MONSIEUR WITNESS 0 #


Monsieur Witness Año Cero


Soy de tiempos lentos, de libertades suaves, de tormentas, de retales, de colmenas. Hacía tiempo que este blog era un Everest demasiado resbaladizo. Por eso he decidido poner en marcha aquí este proyecto literario de escritura digital al que pretendo dar continuidad durante un tiempo determinado. Monsieur Witness decidirá cuándo suicidarse, cuándo dejarse morir. Los protagonistas de Monsieur Witness serán el azar y la escritura inmediata.
La idea del juego es muy simple y tiene una sola regla: escribir microrrelatos a partir de capturas de pantalla de Street View que me llamen la atención por algún motivo, confesable, explícito o secreto, aunque el microrrelato no tiene ni por qué aludir a ese motivo ni por qué tener que ver directamente con lo que aparezca en la captura de pantalla que dé pie al microrrelato.
Los microrrelatos los iré colgando aquí bajo el tag Monsieur Witness, y los enlazaré a una página de Pinterest donde iré subiendo todas las fotos y a la página Monsieur Witness de mi web miguelangelmaya.com.
Bienvenid@ al juego.