viernes, 10 de junio de 2011



Era más romántico quizá cuando
arañaba la piedra
y decía por ejemplo, cantando
desde la sombra a las sombras,
asombrado de mi propio silencio,
por ejemplo: "hay
que arar el invierno
y hay surcos, y hombres en la nieve"

Leopoldo María Panero






...Anoche conducía. En la radio sonaba Gershwin o Waits o Cohen o Davis o Buckley o Spektor o... Una de ellas dormía en el asiento del copiloto, apoyada en el cristal. Su respiración a veces se conjuntaba con la música. Imaginaba un juego de palabras que se desvaneció con la luz de los faros porque la hache lo desbarataba: Gerswing. También su respiración me desbarataba...




...La otra dormía detrás, abrazada a su guitarra. Había fumado y había llorado. Se parecía un poco a Brigitte Bardot, en dos ocasiones había visto sus bragas debajo de la falda. Eran azules, y le quedaban flojas. Sabía que en algún momento entre la carretera y el amanecer mis dedos se interpondrían entre la tela azul y su piel. No oía su respiración, pero sí a veces los acordes sordos de la guitarra y su sien o sus pelos..




...Anoche conducía y me volvía loco. Arañaba piedras y me desgañitaba limpiando la voz que Tom Waits dejaba esparcida con el coche que olía a humo, sudor y lágrimas, rociándolas a ellas con una nana espeluznante, y dejándome a mí encendido y con ganas de lamerlo todo a base de ir aniquilando sueños...
...Ninguna de las dos estaba ya conmigo cuando supimos que había un incendio en el hotel. Sólo pude salvar unas bragas azules...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 10 junio, 2011

P.D. Las fotos están tomadas de aquí.

2 comentarios:

trovador errante dijo...

A parte de esas bragas azules y flojeras, siempre salvas los recuerdos de ellas -mezclados con música- de una forma muy especial...

Un abrazo Migue,
Kike

Divina nena dijo...

Bragas sin dueña