viernes, 16 de enero de 2009

Reflexiones a la intemperie de un barco mutilado (3)


5:05 am
...desde el momento que la fundes existirá... apenas entre linderos de cartón, esos confines de tu libro. Pero a lo mejor no es eso lo que buscas. El mimetismo es rara veces fecundo. Trata mejor de hallar la ciudad que hay dentro de ti. No. Puede que no sea esa. Dentro de todo hombre discurre una ciudad con casas y caminos, puentes y símbolos, hasta con historia y onomásticos. Yo emplearía un silencio corto, dos chasquidos y el roce de una hierba seca contra la cortea de una ceiba. Sí. Es casi seguro que no se parezca a la otra; que hasta juegue a los antípodas; pero si la vigilas cuando vaya a abrevar en tu imaginación, si le tiendes, con mucha astucia, un cerco, a lo mejor la atrapas. Si lo consigues, no te dejes ablandar por tus ruegos. Esas ciudades interiores que crecieron en cautiverio, puestas en libertad son sumamente peligrosas. Pero si la amansas, si logras aprehender su naturaleza recóndita; empezará a parecerse a la otra, y más aún, a las ciudades de cuantos se internen en esa, la que hayas desvelado. Pero recuerda siempre que está viva. Deberás tomar todas las precauciones de un domador, sin deshechar la ternura de una anciana viuda por sus canarios. Antes de reducirla, te esperan muchísimos amaneceres y plenilunios pasando la mano sobre su lomo de edificios, acariciando sus orejas de antenas o palmeando su hocico de fábricas. Jamás te confíes. Suele morder sin previo aviso. Estuvo escribiendo durante muchas horas, dices. Como si fuera lo más difícil. No te vanaglories de una operación meramente caligráfica. Lo importante ocurrirá mientras te juegues la vida acercando a las fauces de la ciudad una brazada de circunstancias, cuando la domestiques hasta que ella rumie con calma, sin eructarte al rostro esa papilla indigerible de sueños que le hayas proporcionado; cuando la acostumbres a esperarte echada en las tardes, a ovillarse alrededor de tus pies cuando haga frío, a seguirte con su andar torpe de ciudad cuando... [continuará]

"Habanecer", Luis Manuel García, Mano Azul Editora.


...Aquí vemos a un chico palestino, llevando en brazos a una peligrosísima terrorista de Hamas que ha sido herida tras un bombardeo israelí a la ciudad de Gaza. Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé...

Miguel Ángel Maya.
Madrid, 16 enero 2009.

1 comentario:

Lara dijo...

Pues sí que sí, de qué iba a hablar si no.
Pienso en esa ciudad y es como un reto y empiezo a impacientarme.
Qué difícil sortear las calles e imagina, las alcantarillas.
Ahí iremos, o no iremos.

Foto de arriba: ronroneo como de gato.
Foto de abajo: Sí. En el quinientos seis, y en el tres mil también... y herida por un sable sin remaches...
Joder.