El Café de la Hormiga
En el sur el mundo giraba del
revés, lento, silencioso, como una catedral sumergiéndose en un mar denso y
azul. En el hormiguero el mundo daba vueltas como un café eléctrico, como una
batidora sonora, como un poema roto en pedacitos y soltado en mitad de un tornado
violento e inesperado. En los labios de la Hormiga se concentraba una
equidistancia de sur, de arena, de futuro. Miraba el mundo. Removía el café.
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