...A veces encuentro papelitos donde he apuntado cosas que tenía que recordar y que había olvidado hasta que el papelito me las trae...
...A menudo no entiendo mi letra y leo aproximaciones de aquello que tenía que recordar o recuerdo algo que no tiene que ver ni con lo que tenía que recordar ni con lo que he olvidado: ese brindis al azar me interesa a menudo...
...Tengo entradas escritas y empezadas para este blog: una de ellas se titula "Desacato a la perplejidad" y otra "El sexo de la lengua", pero estoy ultimando cosas y no siempre tengo tiempo de poner algo más allá que algún desgastado apunte poético: empieza el año y siento que se van concretando cosas; todo es difuso, pero se van concretando las semillas, algo empieza a germinar: dos libros, la aventura editorial, la preparación del rodaje, la búsqueda de actores, las botas rotas, los saltos mortales...
...Ultimo las traducciones y el prólogo para la reedición en España de la Falsa antología completa de los poetas incendiarios. Tengo ganas, después de tantos años trabajando en la antología y después de lo que pasó con Sylvia Eleniak y Debrah Wycliffe. La coordino y la sangro. Ultimo también las traducciones y ordeno los papeles de esa especie de crónica con forma de novela basada en los relatos que publicó Joseph T. Gambolò en The New Yorker y en los años que pasó en Saint Simons y lo que sucedió allí mientras él estaba allí. Ya está ahí, casi asomándose al abismo. Casi puedo imaginarme el libro...
...Y el cine: por fin este año me adentraré en ese pantano a sorbos lentos y a pasos cortos...
...Empiezo a leer las crónicas de cine de Cabrera Infante. Leo algo sobre la poesía de no sé qué película de Fellini y no sé si entendemos lo mismo por poesía. Me fascina Cabrera Infante. Me da miedo a veces. Me devora, a veces...
...Me encuentro un libro de Anaïs Nin con algunas páginas subrayadas por quien era yo a los catorce años. Siempre que me encuentro con un documento semejante hago una prueba íntima: qué subrayaría yo ahora...
...Y me doy cuenta de que, a pesar de lo mucho que he cambiado y me he decepcionado, veinte años después sigo estando casi completamente de acuerdo con lo que subrayó ese niñato de catorce años...
Miguel Ángel Maya
9 de enero de 2014
P.D. La fotografía es “La Cantate du Narcisse,” (1934), de Laure Albin Guillot, y está tomada de aquí.
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