lunes, 29 de junio de 2009

Caramelo de limón

...Suena Dices que soy, una canción cursi pero deliciosa de las Vainica Doble, esas abuelitas encantadoras que en realidad eran la flor de la canalla. La noche es apacible, suena el verano afuera, caluroso y refrescante como el limón que le da su puntito a un buen gin-tonic...

...Siento una querencia especial por el objeto-libro: me gusta tocarlo, descubrirlo, y para mí tiene tanta importancia la casualidad que me lleva a él como lo que hay escrito dentro. Son dos caras de la misma moneda. Los mejores libros los descubrí casualmente y los compré porque estaban subrayados, o dedicados (las dedicatorias de amor son las mejores, y el hecho de que terminen vendiéndose a precio de saldo hacen pensar en una cuanto menos azarosa historia de amor)...

...Compré Los pasos perdidos de Alejo Carpentier en una librería de La Habana porque en su primera página había una declaración de amor eterno que probablemente, en el momento de ser escrita valía mucho más que los veinte pesos en moneda nacional que pagué por el ejemplar, gris, de la editorial Letras Cubanas, creo recordar...
...Compré en Sevilla un libro de Homero Aridjis titulado Sobre una ausencia porque tenía la siguiente frase subrayada: "La buena mujer sabía amar, en un doble estallido de bestias que sollozan"...
...El poeta Carlos Escobar, me contó en su puesto de libros de Bogotá que anduvo durante años buscando un libro de Blanca Varela titulado Ese puerto existe. Lo buscó en todas partes, y no lo encontró jamás hasta que una tarde de inventario en la librería de al lado, el librero le iba gritando los títulos al empleado, y Carlos descubrió que Ese puerto existe había estado a menos de dos metros de sus narices durante años...
...Las librerías de la calle Corrientes, en Buenos Aires, son un paraíso para los que buscamos este tipo de casualidades en los libros: dedicatorias, frases subrayadas, escritos al margen, libros que uno creía haber olvidado o perdido y se aparecen en una estantería polvorienta, en un rincón de libros apilados...

...Esta tarde, mientras esperaba a Daniela en la Cuesta de Moyano, estaba echándole un vistazo a los libros del primer puesto. Los de la parte derecha valían un euro: abrí La Celestina, y me encontré con una tarjeta que decía:

Alejandro de Luis
Ana Alas
Jazmín, 44
Tel 202 47 31
Madrid 33.

...Suficiente motivo para comprarlo, ¿no? Me llevé además Nada y Tan triste como ella, de Onetti, porque tenía anotaciones imcomprensibles al margen...

Miguel Ángel Maya
Madrid, 29 junio 2009

7 comentarios:

Kerala dijo...

Miguel ¿tendré que encontrarme un libro manoseado, olfateado, latiendo aún? Algo así que diga: Kerala, para ti desde el rostro que me endilgas.
Espero un correo. Sin la posibilidad de tenerlo entre los dedos, al menos acariciaré con los ojos su origen y reviraré un rostro en imagen y cuento. Espero

MSalieri dijo...

Tengo uno que te gustaría ver... lo compré en una feria de estas que ponen por Recoletos, de libro viejo, usado, manío... La dedicatoria era una declaración de amor en toda regla, y el libro había acabado en la reventa. Desde entonces se me quedó la curiosidad telenovelera por saber si aquella relación llegó a ser, o se quedó escrita en el libro, y si fue, cómo acabó (porque no imagino que un amor que continúa se permita vender el libro que lo encendió).

Miguel Ángel Maya dijo...

...Kerala, no es mala idea esa de encontrarte el libro manoseado y latiendo aún, jadeando. En cuanto a mi correo, tienes toda la razón, pero no termino de encontrar la tranquilidad suficiente para sentarme tranquilamente a escribir...
...Un abrazo...

Miguel Ángel Maya dijo...

...Mmmh, Marco, interesante historia la que cuentas: me gustan esas dedicatorias de amor porque siempre me da la sensación triste de que también ese amor terminó malvendiéndose a precio de saldo, como esos libros. Quisiera no verlo así, pero mi pesimismo cada vez que veo una lejana dedicatoria de amor en un libro usado siempre me confirma que eso de "contigo pan y cebolla" nunca termina bien. O bien "se nos rompió el amor" y ya para qué queremos el libro, o bien "se nos terminó el dinero" y ya para qué queremos el libro...
...Sea como sea, estoy convencido de que en cada dedicatoria se esconde una historia apasionante (y yo quisiera conocerlas todas, por eso compro el libro y luego me encomiendo a google...
...Un abrazo...

J.S. de Montfort dijo...

Miguel,
encontré esta tarjeta
(http://lasoledaddeldeseo.wordpress.com/2009/02/19/hallazgos-sorprendentes/)
en un libro de Sergio Pitol, en una biblioteca de Bcn, hace unos meses.
En las bibliotecas de Valencia he encontrado también fotos personales (parejas abrazadas), tickets de compra y cosas así, lástima que no los conservé en su momento.


Saludos.

J. S. de Montfort

Miguel Ángel Maya dijo...

...Mmmh, Jason Brill, la verdad es que tiene un nombre sugerente para una buena historia negra, con su crimen y sus intrigas...
...Cuando en los libros de las bibliotecas se quedan rastros personales de la gente que tuvo el libro en sus manos dan hasta ganas de quedarse el libro. El rostro del lector es un tema apasionante y encontrarte una foto suya ahí dentro es en cierto modo resolver parte del misterio...
...Una mañana iba a la estación de Santa Justa, en Sevilla, y había una chica sentada en la mesa de un bar leyendo el último libro de Luis Leante. Era preciosa, y usaba como señalalibros una foto de ella con un pareo...
...No te imaginas la envidia que sentí, y no pude evitar pensar en el cosquilleo en el estómago que le vendría a Leante si viera qué lectora estaba leyendo lo que él había escrito. Imagínate que se deja esa foto dentro y pierde el libro en un tren...
...Un abrazo...

Anónimo dijo...

Querido Maya:

Aunque usted no lo crea, y por mucho que se empeñe en mantener aquí sus arcaicos modos --esa data que sistemáticamente repite la que por defecto lleva el post-- el futuro del libro, también el futuro de los libros del pasado, pero sobre todo el futuro de los lectores románticos de libros atrasados, pasa por aquí. Por internet, quiero decir. Qué mejor prueba que este enlace que le dejo, que complementa, de forma tan sorprendente como exacta, tan alejada como cercana, su última entrada:

http://www.wired.com/techbiz/people/magazine/17-06/st_thompson

Y qué decirle de este otro:

http://www.futureofthebook.org/commentpress/about/



Cariñosamente,

B.