jueves, 18 de agosto de 2011





...Me hastían las hordas, conduzco un coche de madrugada, recorro todos los mapas ignotos con la yema de los dedos, me refugio en trincheras o coartadas que a veces dicen muy poco de mí, que sólo a veces suenan o huelen a mí, que difieren o interfieren en lo que soy...
...Mis siestas tienen cada vez menos ropa y están peor nutridas, las músicas que me acompañan son cada vez más arcaicas, mi piel es cada día más suave, todo lo deshago sin ritmo, como quien saca las cosas de una maleta con desgana mientras suena un cantante neomelódico en un patio de vecinos en el sopor de un mediodía cualquiera...
...Ni manteca en las venas...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 18 agosto, 2011
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