lunes, 1 de agosto de 2011


...Volver en un barco tarareando canciones que uno ya creía olvidadas. Citar a Pasolini y decir la scrittura è una cosa assolutamente priva di senso y acordarse de una calle de París o de Praga en la que un señor arreglaba cuidadosamente la cuerda de un violoncello magullado. Saben que el germen de los sueños se propaga con la facilidad de una plaga. Saben que se bebe en los vasos y se come en los platos. Que se deja en las sábanas, Que se pega a las manos. Y que apesta los ojos que miran, y la boca que besa, y los oidos que escuchan, hasta que los ojos no ven, hasta que los oidos no oyen y la boca sólo habla mentiras. Quitarse la arena de la garganta, el rojo de los ojos, la ginebra de las venas. Desmontar el sexo, arquear las cejas, sacar la lengua y humedecer las puntas del bigotito años veinte, esparcir la brillantina. Guardar el arma, desenfundar el cielo de la boca, sonreír como Garble. Esperar, respirar, verbalizar la trama. Aguardar el vértigo...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 1 agosto 2011

P.D. La foto está sacada de aquí.
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