jueves, 15 de diciembre de 2011

PORNO SOFT





...El típico romántico al que le faltan verbos, con sus diamantes carbonizados en el abdomen, como un vulgar terrorista cualquiera perdido o batiéndose a duelo en un enorme descampado con malahierba…

…El típico pornógrafo pudoroso y suave que cierra los ojos para disparar, o baja las persianas para no espiar cómo las vecinas se desnudan, cómo los balcones titilan, ladran, gritan, las luces tenues, los pianos, el charleston, lo prohibido, las gomas de mascar, los sicarios, los colmillos afilados, un dedo o dos dedos, elige, tengo muchos, dice en su lengua bizarra, lengua polisémica y de doble filo, dice, y ríen, quedamos en tres dedos con su niágara: cuando deja de enumerar siniestros y niebla, cuando deja de contar horas del día en las que ni siquiera tiene el valor de resucitar o de levar un poquito el ancla, eso dice, y callan, y otorgan, y se miran y buscan palabras, las buscan y tratan de ponerlas en pie, como el árbitro Collina cuando levantó uno a uno a los jugadores del Bayern después de ese gol del Manchester en el último minuto: mis palabras son jugadores del Bayern en el último minuto de la final de la Champions de 1999…





…No poder más con esa muñeca hinchable a tamaño natural llamada espacio/tiempo, no poder más con estos cincuenta y pico mil besos que siguen ahí, con sus paracaídas, preparados en el cielo de la boca para cuando llegue la próxima guerra preventiva…
...Porno soft y puntos suspensivos: no se me ocurre equipaje mejor para viajar a ninguna parte...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 15 diciembre, 2011

P.D.
*

8 comentarios:

tormenta dijo...

yo también le doy a eso últimamente...

Miguel Ángel Maya dijo...

...Ya, pero a usted seguro que por lo menos le cunde, Tormenta...
;-)

Venancio Roca dijo...

Sólo hasta la pinza de los ligueros bien abrigado: de allí para arriba, la Burberry no es suficiente para mantener caldeados los bajos. Paso largas horas al acecho y, a veces, nada. Mejor me va si tuerzo por el espolón de los tilos y me siento en unos de los bancos que miran al río. Así, flexionadas las piernas, bien pegada la tela al cuerpo, se aguanta mejor el relente.
Lo peor es cuando empiezan a salir las primeras nínfulas de la Asunción: no menos de veinte minutos en pie, detrás de un árbol, por lo general, hasta que alguna de las punteras, a quien por serlo no vienen a acompañar a casa, se me queda a pocos metros y, entonces..., entonces abro la gabardina y ya no siento el frío, más bien un ardor que me hormiguea el por el cuerpo.
Y, súbito, salgo corriendo y no paro hasta el estanco de la estación de autobuses. A veces, oigo las voces lejanas de gente indignada...
En los lavabos, suelo corregir los botones que, en la carrera, abroché en ojal equivocado . Me pongo unas gafas de sol y pido un cortado en la barra.
Hasta hoy, nunca logró nadie darme alcance.
Pero sé que mi buena estrella tiene los días contados y que me han de ajustar los tornillos a no tardar. Pero yo me considero inocente; pienso que no hago daño a nadie...

PD.- Esto me lo contaba en la barra de un bar un sesentón sin pizca de arrepentimiento.
Los hay...

Miguel Ángel Maya dijo...

...Creo sin ningún género de dudas, querido Venancio, que debería usted replantearse ciertas amistades, aunque sean en la barra de un bar. Por lo poco que le conozco (todavía) creo que le he dicho ya en un par de ocasiones que tiene usted que dejar de ir a esos bares infectos que frecuenta, y decantarse por ocupaciones más provechosas para su maltrecha salud...

V. Roca dijo...

Se equivoca usted, Maya: nunca antes me habló ni -por tanto- tuvo ocasión de hacerme ninguna recomendación.
Es la primera vez que le cuento algo en este blog, que me recomendó un amigo de la "Liga contra la extinción de la ballena azul". Me dijo que era usted rarillo. Que le flipaba el cine mudo, en especial el de Harold Lloyd. Como a mí. Por cierto: tengo un sueño recurrente en el que me veo colgado de las manecillas del reloj, a punto de dar las half past four p.m., y con ello la caída a la calle 47, sobre un Ford T en el que viaja Mae West. Cuando despierto del batacazo, estoy sentado en su regazo y me da a mamar un pecho gigantesco. Pero no es la calle 47, sino un pantalán de un pueblo del Adriático, me parece que de la Emilia-Romaña. Pasa un cura y me abofetea... Y ahí despierto siempre.
No se por qué le cuento esto...

Miguel Ángel Maya dijo...

...Lo de caer en el descapotable en que viaja Mae West y despertarse en su regazo amamantado por una enorme ubre, así como ese bofetón que le propina ese impertinente religioso italiano, permítame que le diga, Don Venancio Roca, pero no sé si es más buñuelesco o felliniano...
...Supongo que me lo cuenta porque, como me sucede a mí, me parece que lo conozco desde hace tiempo: tienen ustedes los balleneros en tierra un aire como que los acomuna a todos...
...¿Es demasiado secreta esa logia o los salmoneteros en tierra también podríamos formar parte de ella, aunque no asistamos a todos, todos los ritos?...

V. Roca dijo...

Me temo que no va a poder ser, Maya; que no va a ser posible su ingreso en la cofradía.
Somos como las acorrecogías del beaterio de María Egipcíaca, que de tan putas como fueron en el pasado, son hoy recatadas mozas que oran y laboran, ajenas a los placeres de la carne.
Una mutación semejante se ha producido en los de la Liga: de tanto cetáceo masacrado; de tanto ver el mar enrojecido, algunos de los antiguos arponeros de la flota Pescanova (and other) hemos sufrido una crisis moral, y hemos desembarcado para embarcarnos en otra empresa más noble, como es la de luchar por la conservación de la ballena azul.

PD.- Tiene razón: por asociación de ideas, cuando usted me habló de Fellini comprendí que el puerto adriático de mi sueño era... el Rímini nativo de Federico.
Lo de Buñuel no lo veo tan claro: el hubiera puesto a los curas a remolcar un burro muerto. O les iba a seccionar la córnea con un serrucho.
Pero, en fin: lo de su ingreso en la Logia va a ser que no. Por el momento.
Saludos.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Entiendo...
...Yo le dije a mis antepasados, los que me iniciaron en el noble menester de la caza del salmonete, que mi vocación era la de ballenero...
...Como les hacía falta uno, me dijeron que con el tiempo, me convalidarían el título con sólo cincuenta horas de práctica con un Moby Dick de capea, y yo, iluso de mí, me lo creí...
...Ahora, por haber sido un incrédulo, me veo fuera de la logia...
...En fin, lo entiendo perfectamente: sólo me queda ir haciendo méritos...