...Y mezclas whisky con agua bendita
Christina Rosenvinge
Christina Rosenvinge

...El faquir que hay en mí, que me conoce como la accidentada palma de su mano o los maltrechos músculos de su espalda, baja la voz, se ajusta el monóculo e insiste en que lo mejor que podemos hacer, los dos, el cobarde y él, es irnos muy lejos. Ya sabes, dice serio: preparar un plan de evacuación, una huida digna, sin alarmas, sin aspavientos. Lenta, como cierras esa puerta al amanecer para que no se despierte quien había sido tu amante hasta que se rompió el hechizo con la luz del día. Irse, dice redundante, escaparse de este incendio invisible que va a terminar haciéndote añicos ese corazón arrítmico y jazzístico al que das tantos disgustos...
...Nadie te echará de menos, argumenta, agrandarás tu leyenda de trotamundos, saldrás quijotesco y airoso de todos los entuertos...

...Piensa que bastan esas dos o tres palabras para convencerme...
...Me hago el dormido. Me estalla una novela entre las manos. A veces el faquir está en lo cierto. A veces se pelea con el trilero que hay en mí, y me duele la cabeza, y me tiembla el alma como un flan en las manos de un personaje secundario en una película de terror...
...Ya nada me da miedo porque todo me da pena, digo solemne y temeroso...
...El faquir ríe por no llorar, y pide otra copa. La puta que hay en mí se desvela y dice palabrotas y dice que nos callemos, que ha llegado a las tantas, y sigue borracha. La virgen dócil, cínica y puritana que hay en mí la arropa cariñosa y le da el beso de buenas noches. La huele disimuladamente, eso sí, a la puta, y ese excitante y desorientado olor a nadie la estremece...
...Casi tanto como la salida de emergencia con la que sueña...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 2 febrero, 2012
*
...Me hago el dormido. Me estalla una novela entre las manos. A veces el faquir está en lo cierto. A veces se pelea con el trilero que hay en mí, y me duele la cabeza, y me tiembla el alma como un flan en las manos de un personaje secundario en una película de terror...
...Ya nada me da miedo porque todo me da pena, digo solemne y temeroso...
...El faquir ríe por no llorar, y pide otra copa. La puta que hay en mí se desvela y dice palabrotas y dice que nos callemos, que ha llegado a las tantas, y sigue borracha. La virgen dócil, cínica y puritana que hay en mí la arropa cariñosa y le da el beso de buenas noches. La huele disimuladamente, eso sí, a la puta, y ese excitante y desorientado olor a nadie la estremece...
...Casi tanto como la salida de emergencia con la que sueña...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 2 febrero, 2012
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