viernes, 21 de diciembre de 2012

BECAUSE



Because the world is round it turns me on...
Because the world is round...

Because the wind is high it blows my mind...
Because the wind is high...

Love is old, love is new,
love is all, love is you

Because the sky is blue, it makes me cry...
Because the sky is blue...

The Beatles



...Dicen que algunos preludios son demasiado altivos, demasiado bestias...
...La sal escuece a quien la escucha, como pasa con las caracolas. Si hay noche y hay danza del fuego será porque nos la habremos buscado. Algo habré hecho yo para merecer esto, que dice un amigo poeta, y me quedé a verlo...
...El mar está a orillas de este apartamento aquí en París. La voz de Melody Gardot me retuerce el corazón, como si fuera un alambre suave, una caricia casi imperceptible en cuyas moléculas está contenido el infinito...
...Hoy, te digo, empieza el primer día de mi vida...
...Y derramo todo el vino posible en tus palabras, y miro el mar azul, como si París fuera Cádiz, como si con desperezarnos abrazados bastara...

Miguel Ángel Maya
París, 21 de diciembre de 2012

P.D. La foto es de André Steiner y está sacada de aquí
*

2 comentarios:

Arp dijo...

De profundis. (Allan Poe arponeado y enterrado aún con vida). Es un cuento navideño que te brindo. ¡Venga alegría!

La urdimbre de este tejido de algodón me consuela tanto… Está a centímetros de mi cara y mitigo el horrible hastío sobrevolando la trama urbana de una Babilonia trazada a cordel.
Después del fundido en negro de un parpadeo afronto el plano vertical de los rascacielos de Manhattan, cortina de cristal cuyo sky line queda fuera del encuadre.
La vista desenfocada, en su extenuación cree que las líneas cobran movimiento y parece que se encienden luces en las ventanas de los apartamentos altos, mientras que en la Calle 59 destellan los yellow cabs y los semáforos guiñan verdes y rojos.
Hace tres días noté que había nacido un moho verdoso, como un incipiente Central Park que cada día creciese un poco y que acabará invadiendo la Quinta Avenida y colándose en los ambigús de los cines.
Cuando crezca mucho, el Mato Grosso me llevará a una Brasilia que despunte sobre la copa de los árboles.
Ayer me cayó un goterón en la nariz; temo que las tablas vayan cediendo al peso y la humedad. Me horripila la certeza de que un día el cieno hará irrupción y volverá a cubrirme el rostro, sin que una negra maternal me lo limpie más.
Apenas me atrevo a encender el zippo unos segundos (¿cuánto durará la bencina?). La fugaz impresión visual alimenta mi imaginación por ¿horas? ¿días?...
¿Cómo medir el tiempo en esta negrura atroz…?
¿Y la liberación? ¿Para cuándo la liberación? ¿Y si no la hay…?

Miguel Ángel Maya dijo...

;-)
...Muchísimas gracias arponadas...
:-)