domingo, 21 de diciembre de 2008

y la nieve del almirante

...Ayer cenamos David, Lara, Paco y yo... Como hacía mucho tiempo hacíamos... Paco está terminando de grabar el disco, y nos puso un par de temas. Después tomamos tequila y nos fuimos... En el autobús, de camino al centro, se sucedían imágenes, recuerdos encuerados todavía no curados, como dulces cicatrices que todavía duelen con cada cambio de tiempo: si va a llover, si hay más presión atmosférica, si la luna decide cambiar el rumbo de las mareas, ahí están las cicatrices latiendo...
...Suena Waldemar Bastos, como sonaba en Nápoles...
...Más fotos...

...mi madre Conchita, la abuela Rufina, la tita Valle...

...En el patio selvático del vivero del abuelo Antonio, en la Venta La Primera. La prima Ana María "de la tita Anita", la prima Marisa, la prima Cristina, mi hermana Ana, la prima Marina, la prima Carmen, el primo David, y yo...

...En la Venta, comiendo jamón. Esta era la entrada a la casa, detrás estaba el cuarto lleno de jamones en cuyo rincón había un piano descuajaringado y desafinado y polvo y un olor que no se me ha olvidado nunca: la tita Valle, la tita Anita, la abuela Ana María y mi madre Conchita...


...se añade al festín la prima Marisa y (presumiblemente) el primo Antonio...



...En la misma entrada a la casa, por donde se entraba a la barra (a nuesta izquierda estaba el billar): el primo Antonio, la prima Carolina, la prima Ana María ("de la tita Anita"), la prima Marisa, la prima Valle, el primo Paco, la prima Arancha, la tita Valle, la prima Rosa, después la prima Cristina, el tito Diego, la hermana Ana, la prima Carmen, yo, la prima Ana, y debajo, María y Joaquín...





...navidad...




...en el parque del Guarda de la Trompeta, en Alcorcón: mi hermana Ana, yo, la prima Arancha, la prima Carolina y la abuela Ana María...


...en un chiringuito de playa...

...de nuevo, en el bosque de la Venta, pero varios años antes: en primer plano la prima Valle, al fondo el tito Diego, la abuela Rufina sostiene a mi hermana Ana, la abuela Ana María sostiene a la prima Ana, mi madre Conchita me sostiene a mí, delante está Paco y alguien escondido...


"Cuando relato mis trashumancias, mis caídas, mis delirios y mis secretas orgías, lo hago únicamente para detener, ya casi en el aire, dos o tres gritos bestiales, desgarrados gruñidos de caverna con los que podría más eficazmente decir lo que en verdad siento y lo que soy"

Maqroll el Gaviero

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