martes, 15 de abril de 2014

CRY


...En esta especie de estudio minucioso de la etimología de la crueldad y su reverso, el frío, suelo caminar alerta por las calles; suelo caminar atento a esa búsqueda, a esa palabra feroz que me arroje al infierno. Ya sabes...



...Te subes en Atocha. Te sientas enfrente. Más bien, me siento enfrente. Minifalda, leotardos, pasado. Presupongo. Me siento y me pongo a leer. Te miro de reojo. Miras tu propio reflejo por la ventana. Las ventanas en los túneles apenas nos devuelven nuestra imagen. Nadie esperaría otra cosa. Te miro de reojo y me doy cuenta de que estás llorando. Pongo cara de póker. Vuelvo al libro. Pero ya no puedo dejar de contemplar tu llanto. Intento buscar apresuradamente una llama, una veloz razón que drene ese llanto. No la encuentro. Pienso qué puedo darte de entre todo lo que llevo en mi mochila. No hay nada. Lo más cerca a una sonrisa es un plano del Musée d'Orsay. Sonrío sólo imaginándote dentro de las razones de tu llanto y viéndome, desconocido, sacando de su mochila un plano del Musée d'Orsay, como si eso fuera a...
...Pienso cómo hacer, pero te levantas, sin dejar de llorar, y te bajas del tren...
...Bajas. Yo me quedo en el tren. Vuelvo al libro. Pienso, una y otra vez, para qué, si no para drenar llantos desconocidos, llevo en la mochila un plano del Musée d'Orsary desde hace dos años...

Miguel Ángel Maya
15 de abril de 2014

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