...Las tardes se las reparten John Coltrane, Ornette Coleman y Sonny Rollins, como en una timba de póker, como si se zafaran del vinilo y se escaparan. No me dan tregua ni los personajes de los cuentos de Joseph T. Gambolò en los que es posible rastrear su vida, ya me entiendes: las noches en las plantaciones de tabaco, la música y el sudor y los negros y los gatos y la cabaña iluminada en un punto de la inmensidad de la oscuridad y la lluvia, el aguardiente casero, los instrumentos musicales arrumbados y repletos de muescas y golpes, el escaparse por las ventanas, los graneros, los animales...
...No es fácil traducir los cuentos de T. Gambolò por lo mucho que esconden, por el miedo que dan...
...Mucho más difícil es encontrar en esos cuentos el germen de un asesinato que va a producirse sesenta años más tarde. Con T. Gambolò todo es extremo, todo sabe a pólvora, todo huele al tabaco mojado por la lluvia y a sus paseos lentos y sin rumbo por Third Avenue, como el reverso destruido, fantasmagórico y suicida de Jeanne Moreau buscando a aquel tipo acompañada sólo por la noche y, a lo sumo, por la trompeta de Miles Davis...
...No es mala compañía para corregir en la medida de lo posible esa soledad que se mete por los huesos como la peor de las infecciones, me digo mirando mis ojeras en el reflejo de la ventana, como si ya hubiera llegado la madrugada y yo siguiera dándole rienda suelta al insomnio mientras mi perro me mira como si estuviera loco, tan fantasmagórico como la figura de Joseph T. Gambolò arrastrando la bombona de oxígeno y empeñado en entrar, una vez más, en el Havana Cafe del Soho, resistiéndose a dejar de existir, a dejar de soñar que los temblores no le impedían seguir escribiendo, que para escribir la letra "W" no tenía que sostener su mano derecha con su mano izquierda para escribir primero "Q" y luego "D" y luego "S" para finalmente desistir y llorar y romper los malditos papeles; que el sonido fatigoso de su respiración podía, todavía, darle una vuelta de tuerca más a la vida, y podía enturbiarla de pólvora una vez más...
Miguel Ángel Maya
24 de octubre de 2013
P.D La foto es de Esther Bubley y está sacada de aquí.
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