...Busqué un libro en la estantería...
...Muchas veces uno no sabe hasta qué punto unas cosas llevan a otras...
...La muerte de Pasolini me llevó a una tarde de verano en Piazza San Domenico y a su vez, cuando el recuerdo me lleva a Nápoles, tiendo a quedarme, tiendo al deseo de volver, a la necesidad de volver...
...No sé hasta qué punto regresar a Nápoles es un autoengaño: más que regresar a Nápoles quiero regresar a quien yo era en Nápoles hace diez años, a la Nápoles de hace diez años, a los miedos de hace diez años, a los amores imposibles de hace diez años...
...Siguen haciéndome pruebas médicas. Sigo escribiendo. Sigo acordándome de libros que sé que tenía y espero que mi cabeza haya seguido un orden lógico a la hora de la mudanza, y que siga siendo fácil encontrarlos como cuando eran los libros protagonistas de mis sucesivas casas. Ayer buscaba un libro que T. me regaló. Lo buscaba porque creía recordar vagamente que lo que me pasa a mí en la garganta y en el cuello le sucede a la protagonista del libro en el oído. Sus síntomas, no oír música, son una metáfora, como los míos: los síntomas podrían ser vistos como metáforas...
...Encontré el libro. Estaba junto a La pelle, de Curzio Malaparte, junto a La scoperta dell'inconscio, de Ellenberger, junto a Tango italiano, de Rino Genovese. Se titula Musica, y está escrito por Yokio Misima. Dentro, en la primera página, había un cuarto de folio que empezaba así: Perché sei andato via proprio il giorno del tuo compleanno? Después sigue la nota, firmada por T. el día 2-7-2003...
...Me acordé del principio del verano en Nápoles, de cuando regresaba a España para pasar esos dos meses, para volver en septiembre y empezar de nuevo. Me acuerdo perfectamente de ese verano de 2003, de lo que hice, de lo que me pasó, de que murió Bolaño, de que volví a sentarme a escribir. Me acuerdo perfectamente de quién me había enamorado, de por qué no se me iban de la cabeza los últimos dos meses de primavera napolitana...
...La protagonista del libro se llama Reiko, y se presenta en el estudio del doctor Shiomi Kazunori y le dice que no puede oír la música. El doctor Kazunori empieza a investigar ese síntoma, esa metáfora. No me leí el libro, a pesar de la insistencia de T., pero sabía que, ahora, inmerso en la muerte de Pasolini, tomándole el pulso a una nueva historia, y con mi agenda llena de visitas médicas y mi cabeza llena de hipocondrías, ese libro era necesario en este momento...
...Y los libros necesarios se vuelven imprescindibles si dentro de ellos uno encuentra una nota dirigida a quien era él hace diez años, una nota que empieza: Perché sei andato via proprio il giorno del tuo compleanno? Todavía hoy, casi diez años después, no sabría que responder a esa pregunta...
Miguel Ángel Maya
10 de marzo de 2013
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4 comentarios:
Hola, Miguelángel. ¿Pruebas médicas? ¿Estás pachucho o qué?
Prueba a acostarte a las diez y media (o así), con un tablón de Saramago entre las zarpas. Despide a algunos amigotes. Más Bach que J.L. Perales. Encomiéndate a la Virgen de la Arrixaca (yo no creo pero me hace bien aquella encomienda). Cambia a Venus por Mercurio. No añores los sótanos camorristas, engarfiados los dedos a una Singer que pespuntea y traza hilvanes para ciertas cocottes parisinas. Si acaso -en duermevela- te das un garbeo napolitano por el puerto y asesinas a un chino baratijero y esquirol. Que vayan aprendiendo. Mejor esa Sevilla de gitanillos descuideros, que lo mismo te limpian el parabrisas que la mariconera que llevas terciada sobre el glúteo izquierdo. Esta primavera voy a estar por ahí. Odio la húmeda caló de la canícula y el dormir en pelota en la azotea, que hay mucha águila culebrera que ha perdido la brújula y ataca a los durmientes, pese a lo desmedrado del botín vermicular. A Sevilla, en protoprimavera.
Salú.
...Sí, ando jodido, brother Arp, hecho todo un conejillo de indias, inspeccionado por señores de batas blancas...
...Seguiré a pies juntillas sus consejos (aunque soy ya fiel devoto del señor Bach mientras de Perales nunca fue santo de mi devoción) aunque, si me permite, cambiaré a Saramago por Pasolini, con quien ando enfrascado en unos dimes y diretes entre l'Idroscalo de Ostia y gli anni di piombo...
...Nápoles sigue en la recámara doctores mediante, pero, eso sí, si no es metáfora lo de la primavera del sur y usted, le recuerdo que tenemos pendiente una sesión de cine mudo y un duelo a cuenta de la bella Blancanieves, su madrastra y un guión que dicen de la discordia...
;-)
Yo también tengo mi espada de Damocles pendiente de un cordel al que, cada seis meses, he de contar los hilos que le restan sin rotura. Ahora, cuando asome Abril y me saquen de una vena el veredicto, espero que me den la moratoria de otros seis y nueva prueba y, si por ventura los dioses son propicios, a esperar otro semestre, y otro, y otro..., que así viene siendo desde hace años, siempre con la esperanza de que no sea (casi) nada. Se trata de la sombra de un peligro, no de una dolencia declarada. Que ello forma parte de la vivencia de quienes, un mal día, supieron que se viene al mundo para irse. Doblado el cabo de la juventud, se agiganta la sombra de la Parca, pero habremos de enfrentarla luciendo dentadura, recogiendo las flores del camino, bebiendo en el aliento de la amada,
No es metáfora, quizá Sevilla..., aún la decisión no está tomada: dependemos del gusto de otra gente: no me importa la ruta que otros elijan, que yo siempre llevo conmigo los bártulos de un circo íntimo, secreto, estimulante, con sus enanos, Blancanieves (importa poco que el guión sea cutre o bien tramado): aquel que siempre va conmigo y en el que me solazo cuando los demás duermen el sueño inocente de los justos, ajenos a mis juegos malabares. Quiero decir, Miguelángel, que nunca me aburro y que sé verles la cara bonita hasta a los cerdos. La vida es una gran cosa, aunque uno pase buena parte de ella cabreado. Mejor eso que depre o alelado. Digo.
Que no nos haya abandonado la gana de vivir, que "es lo que hay", como dicen ahora las mujeres... La salud es poca cosa para que nos amargue este guateque.
Salud, hermano.
...Totalmente de acuerdo, ay, Arponero...
...(con casi todo de lo que dice)...
...(Casi siempre)...
...Salud, hermano...
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