martes, 28 de febrero de 2012

HIROSHIMA MON AMOUR




...Una parada después se sube al tren y se sienta a mi lado una chica que lee un guión...
...Lee, cierra los ojos, pone caras, subraya, lee, pone caras. Yo la miro en el reflejo de la ventana. No consigo ver el guión. Me gusta verla poner caras. Conduciendo de regreso me adelantan dos coches de cobradores del frac y un coche de muertos. Conduzco pensando en la cara de la actriz en el reflejo. Me acuerdo de Renault diciendo: Round up the usual suspects después de la muerte del Mayor Strasser en el aeropuerto de Casablanca...




...Conduzco acordándome de los libros usados, de la felicidad de los perros, del sol, de leer en el Retiro tumbado al sol, de subrayar libros bajo el sol, de leer a Alejandro Sawa bajo el sol, o las aventuras de Violetta, esa chica que volvió loco a Xavier Velasco cuando la vio comer spaghetti, leer Hiroshima mon amour bajo el sol: leer Hiroshima mon amour bajo el sol por culpa de una enigmática fecha escrita con tinta azul: 14-6-1984...

Miguel Ángel Maya
Madrid, 28 febrero, 2012

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3 comentarios:

Arponero dijo...

Por el orden en que lo cuentas, parece que era el furgón mortuorio el que perseguía a los del frac. Raro. Suele ocurrir lo contrario: que los cobradores del frac se peguen a la comitiva del entierro y sigan al furgón hasta el camposanto. Y que allí, a pie de nicho, le pongan en la mano a la viuda atribulada las facturas impagadas que dejó el muerto -por crápula o por insolvente-. Huelen el din de las pólizas del seguro de vida a punto de cobrar. El dinero no tiene alma y en los cementerios también se hacen transacciones.
Para una funeraria corriendo detrás de los pillos del frac, se me ocurre una explicación: el hijo del muerto sablista y de la viuda asaltada en sagrado, era conductor de pompas fúnebres. Desde el cementerio, le acaba de hacer una llamada de móvil la madre vejada en su dignidad de viuda recientísima, refiriéndole -entre lloros entrecortados- el ultraje que está sufriendo. El de la funeraria sale escopetado en dirección al lugar del asalto. Al verlo llegar con cara de pocos amigos, los pinguinos del maletín palidecen, saltan a sus utilitarios y huyen despavoridos..., con el potente Mercedes pisándoles el maletero.
Creo que -con toda probabilidad- eso es lo que ha ocurrido.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Con un 99% de probabilidades, ha sucedido tal y como dices...
...Su ejercicio detectivesco, arponero, me recuerda al de César Aira en "Varamo", donde a partir de un poema vanguardista a la Virgen María dedujo lo que dedujo, tan complicado de resumir aquí que le doy las coordenadas por si no ha leído todavía la disquisición, dando por seguro que, en las noches de soledad, en el barco, le provocará carcajadas mil: César Aira, "Varamo", Editorial Anagrama...
;-)

Miguel Ángel Maya dijo...

...Yeah, is the soundtrack...