...Me llegó un email que no era para mí, de una persona completamente desconocida... ...Yo leía un libro de Glenn Gould, L'ala del turbine intelligente, en el que hablaba de Bach El Terrible, y sonaba música, y me caía de sueño. Entonces entré en el email y encontré una carta de una desconocida a una señora desconocida: en el archivo adjunto había un documento word de una sola página con forma de carta: Querida Tal, dos puntos, y un largo y rimbombante agradecimiento por haberle permitido usar la casa durante no sé cuántos días. Decía que había dejado la llave al vecino de abajo, ese que se pasa el día escuchando a Bach. Me pareció curiosa la coincidencia, y me acordé de Basura, de Héctor Abad Fanciolince, uno de mis libros preferidos. La carta estaba fechada en Medellín, Colombia, en octubre de 2010. No sé por qué llegó a mi email, a menos que comparta email con una señora desconocida de Medellín... ...Me encantan estas historias...
…Las palabras entrechocan y se enredan: rebotan, contra el cristal de las ventanas, se rompen, las inertes, quedan malheridas, las vivas, agonizantes… …Mis bolsillos parecen tener un desagüe, trato de contener la hemorragia, el jazz que se me escapa como por un sumidero, busco en los bolsillos casi desiertos, y el jazz salta en espasmos como esos peces a los que les falta el agua… …A veces me encantaría tener uno de esos teléfonos hechos con tarros de yogurt comunicados con un hilito… …¿Contra quién amanece?... …¿Contra quién me desperezo?...
...Leí Si sta facendo sempre più tardi, de Antonio Tabucchi, en un tren nocturno que iba de Nápoles a Milán, una noche de invierno, se una notte d'inverno un viaggiatore. Había comprado el libro en la estación. No me apasionó, pero recuerdo un cuento (no recuerdo el título, sólo la sensación que me produjo, la carne de gallina, el vuelco en el estómago) en el que un hombre se da cuenta de que su chica está enamorada de otro porque en una cena, algo borracha, se levanta, y le hace un pequeño homenaje al recordarlo a pesar de estar ausente: "tengo un amigo que cría gallinas en Livorno. Brindemos por los tipos que crían gallinas en Livorno". Sólo eso bastó para descifrar cuánto del brillo de los ojos de la chica se podía achacar al vino, y cuánto al amor...
...Si sta facendo sempre più tardi está en una estantería entre la Storia della musica occidentale de Donald Jay Grout y una edición de bolsillo de Feltrinelli de Tokio Blues, que me regaló T., y que me dedicó como si la hubiera escrito ella. La recuerdo arrodillada, en Piazza San Domenico, un 2 de julio, escribiendo en la segunda página del libro. La recuerdo como si fuera ayer, justo ahora que se acerca un nuevo 2 de julio...
...Al volver en el coche sonaba la sintonía de Flor de Pasión en Radio 3. El sol me cegaba la vista. Me he acordado de cuando viajaba de Nápoles a Milán en trenes nocturnos, del café y la lectura en los trenes nocturnos, de las mochileras con rastas de los trenes nocturnos, se una notte d'inverno un viaggiatore, y me he preguntado qué habrá sido de esa mujer enamorada de un tipo que criaba gallinas en Livorno... ...Creo que me he saltado un semáforo en rojo...
...Es verano... ...Casi nada de eso importa, casi todo es insensato...
...Ayer conducía por la A-92, y sonaban Las Grecas, y había un momento que me recordaba a Jethro Tull... ..Así me pasa ahora con casi todo: como dice Pj Harvey, ¿por qué el amor es tan complicado si lo único que quiero es verte cómo te desnudas? Todas las músicas me suenan como un enjambre. Me sorprendo buscando el swing perdido, esperando el acoso de recibo, barajando palabras como un trilero, sentándome al piano, tratando que la mano izquierda haga un tumbao de bajos, un entramado de notas rítmicas dignas del mejor borracho, del más digno canalla, del peor de los amantes... ...Sentado al piano versiono en un jazz lento Se nos rompió el amor de Rocío Jurado, me gusta la versión que nos hemos montado El Trompetista Invisible y yo, y descubro por un instante que en esa versión hay una puerta sonora que podría llevarme a Famous blue raincoat, que Leonard Cohen compuso con la misma edad que yo estoy a punto de estrenar, sin haber llegado nunca a nada, calamidad... ...Y sigo sin swing, sin saber what fucking love is, imaginando a Chet Baker cayendo al vacío en aquel hotel de Amsterdam...
...Una bandada de pájaros se aleja de la bahía. Ni siquiera sé si esta danza de barcos, esta metálica percusión constante de mástiles y frotar de velas, sigue siendo traducible. En el supuesto de que lo fuera, no sabría decir cómo, balbucearía apenas unas palabras incomprensibles, enredaría más una madeja que no importa...
...He conducido hasta aquí sin esperarte. Las olas rompen, redundan, refrescan eso que sigue en mi paladar, que bien podría ser un cuchillo nuevecito, sin estrenar, perdido. Bebo el primer sorbo de café. Miro más allá de la línea del horizonte, donde se desdibuja un barco en la neblina. Canturreo una música que sé que te encantaría: música de callejón sin salida y de Nueva Orleans y de gatos que se encelan y maúllan al buscarse...
...Con el tiempo, los oidos dejan de convertirse en saco roto, y los labios, y los dedos: entonces todo tararea una misma polifonía (nunca fui de melodías sino de conjunción de voces)...
...Anoche puse las antenas y capté todas las conversaciones del universo. No vi el eclipse, porque no se me había perdido nada en el cielo. Lo importante y lo urgente, todo estaba a ras del suelo: todo se reducía a unas sandalias, a un vestido, a una cerveza fresquita, a un vaso de agua, a una sed calmada, a un cansancio retro...
...El carril bici se llena de niñas, de faldas de vuelo que pedalean, de danzas que veo como esos efectos especiales de los programas de los ochenta, cuando los cantantes bailaban y la rudimentaria televisión creaba una estela con sus movimientos...
...Pasó un mochilero, guapo, con cara de estar perdido, mirando a la gente de un velador, sin afeitar, sudado (mochila demasiado grande, vuelta al mundo seguro). Una chica tocaba la flauta. Yo estaba atento a casi todo, no sé, puse las antenas, recibía conversaciones y ruidos. No vi el eclipse de luna, ahora que soy tu voyeur, y todo me alarma, ahora que vivo en medio de este eclipse de mar...
Miguel Ángel Maya Sevilla, 16 de junio, 2011
P.D. Las fotos están tomadas de aquí: la primera es de Christine Lebrasseur, la segunda es de Sergis Virabyan.
...Hoy tuve uno de esos sueños poderosos: me desperté sudando y sediento. Te habías desvanecido. Entrabas en un bar acompañada de un tipo que fue tu amante una noche y éramos dos desconocidos. Una mirada, una escena, una nana, y quedar aniquilado...
...La nana permanece aquí hasta que se desvanezca. La trama de la huida, también. La limpieza general, las ventanas abiertas, los objetos prescindibles, la mochila, y todo lo demás aplazándose, el inventario, el recuento de votos nulos, el eterno retorno, la insoportable levedad del ser, la repartición salomónica de latidos y cuentas pendientes... ...Así y todo, que tengas felices sueños...
...Con un simple no me acuerdo me partió la cintura, divirtió mis noches, hizo que me evaporara... ...Si me quieres llora, dijo. A lo lejos había un puerto, y había marineros, y bares, y nieve. Para entonces mis latidos eran animalitos inofensivos, domesticados e insulsos. Varios perros se disputaban restos en la basura. Los perros son libres, dijiste, y los gatos: mueven la cola cuando los acaricias o se frotan contigo cuando te necesitan. Eso no es ser libre, dije. Ella me miró como si yo fuera un polizón y quedara un solo salvavidas...
...Lo demás entrechoca en trincheras... ...Bajo mis pies hay un vacío cálido por el que siento una curiosidad malsana, una querencia parecida a la que siento por cada vez más pieles y por más adioses... ...La adicción al adiós es un problema: follar sin música con las maletas hechas y cerradas a orillas de la cama, sin mordernos las nucas, sin swing, o como quiera llamarse a eso que se mueve domesticado...
...Y luego los vasos de vino que no cesan, la memoria como una competición de esgrima... ...Ahora sólo cuando estoy borracho entiendo el desorden de tu nombre, y a menudo me emborracho para verte difumindándote al otro lado del espejo, o como el oxidado Desdémona, varado en Cabo San Pablo, o como si nada hubiera sucedido: ayer soñé con una sirena siguiendo la estela de un barco petrolero, soñé con una mujer minúscula en un acuario, con sus acrobacias tristes, las tempestades pequeñas, el irrisorio oleaje, el leve salpicar. Soñé con una sirena varada, con un demasiado tarde..
...A partir de ahora siempre estaré borracho, y te buscaré con la libertad dócil de un perro, y me frotaré las sienes y el sexo y el alma contra tu ausencia cuando te necesite, si es que no me sacio de necesitarte, como un gato encelado, esposado a todos los desencuentros del universo, a las orquestas desafinadas, a las arritmias dolorosas, a la fragilidad de las ciudades, los adioses y los mundos, a los capítulos finales, a los epílogos, al coma etílico, a los perros, a los disparos, a las pompas de jabón...
Miguel Ángel Maya Sevilla, 11 a 12 de junio, 2011
P.D. Las fotos están tomadas de aquí. La segunda y la tercera son de Silvio Rey.
viernes, 10 de junio de 2011
Era más romántico quizá cuando arañaba la piedra y decía por ejemplo, cantando desde la sombra a las sombras, asombrado de mi propio silencio, por ejemplo: "hay que arar el invierno y hay surcos, y hombres en la nieve"
Leopoldo María Panero
...Anoche conducía. En la radio sonaba Gershwin o Waits o Cohen o Davis o Buckley o Spektor o... Una de ellas dormía en el asiento del copiloto, apoyada en el cristal. Su respiración a veces se conjuntaba con la música. Imaginaba un juego de palabras que se desvaneció con la luz de los faros porque la hache lo desbarataba: Gerswing. También su respiración me desbarataba...
...La otra dormía detrás, abrazada a su guitarra. Había fumado y había llorado. Se parecía un poco a Brigitte Bardot, en dos ocasiones había visto sus bragas debajo de la falda. Eran azules, y le quedaban flojas. Sabía que en algún momento entre la carretera y el amanecer mis dedos se interpondrían entre la tela azul y su piel. No oía su respiración, pero sí a veces los acordes sordos de la guitarra y su sien o sus pelos..
...Anoche conducía y me volvía loco. Arañaba piedras y me desgañitaba limpiando la voz que Tom Waits dejaba esparcida con el coche que olía a humo, sudor y lágrimas, rociándolas a ellas con una nana espeluznante, y dejándome a mí encendido y con ganas de lamerlo todo a base de ir aniquilando sueños... ...Ninguna de las dos estaba ya conmigo cuando supimos que había un incendio en el hotel. Sólo pude salvar unas bragas azules...
En invierno pegaban tormentas de viento. Pero usaba minifaldas porque era joven. Escribía cartas a mis conocidos en las que les contaba sobre mis caminatas, sobre mis piernas enfundadas en unas medias grises; sobre mi cuerpo envuelto en un abrigo rojo, con hondos bolsillos. Escribía cartas sobre el viento frío que acariciaba esas piernas y comparaba el aire helado con los picos de una barbilla mal rasurada, como si el aire y unas piernas grises que caminan por las calles fueran material literario. Cuando alguien ha vivido solo durante mucho tiempo, el único modo de constatar que sigue existiendo es articular las actividades y las cosas en una sintaxis compartible: esta cara, estos huesos que caminan, esta boca, esta mano que escribe.
...Madrid amaneció centroeuropeo... ...En el metro leo Los ingrávidos, que me envuelven, y consiguen que me olvide de Centroeuropa y de los aviones... ...De entre todos los aviones que aterrizarán hoy en Barajas hay uno que trae una guerra que yo ya estoy masticando... ...En la página 18 de Los ingrávidos está escrito esto: [...] "Cenábamos los restos de lo que él había cocinado el viernes. Hablábamos de los libros que había vendido; hablábamos de libros, en general. A veces, los domingos, hacíamos el amor. * Mi marido lee algunos de estos párrafos y me pregunta quién es Moby. Nadie, le digo, Moby es un personaje"... ...Ayer conocí a V., la hija de L. y M.: es minúscula, vulnerable y emocionante. Valeria Luiselli me recuerda constantemente a L. y me recuerda constantemente a mí, en medio de esta batalla. Me tomé un gin-tonic y miré dormir a V. en el carrito, y se supone que el mundo giraba con su malpaso del tiempo...
...En el tren, enfrente, había una chica rubia que lloraba viendo Bon Appetit. Yo también estuve apunto de llorar: cuando veo a alguien llorar me contagio, es como si el llanto fuera una seda que me envuelve y me exprime el lacrimal o algo así. Tampoco lo tengo claro. En el tren, la otra noche, había un hombre que supuraba soledad. Tenía el pelo blanco, el respirar fuerte, y se había sacado muchos papeles del bolsillo, en los papeles había números de teléfono. Cuando vio que había cobertura, marcó un número y habló con Irina: "Irina, Juan, ¡Juan!", "¿tú dónde?", preguntó suprimiendo el verbo estar, "Yo en tren, ¿tú dónde?", "¿Mañana café o cerveza? ¿Quieres?", "¿Qué? Yo te llamo, dos o porahi". Me imaginaba cómo sería Irina, cuándo entrechocaron Juan e Irina y cuándo la soledad de Irina desembocó en una combinación de números que terminó arrumbada en el fondo del bolsillo de Juan junto a otros papeles...
...El sábado vi por primera vez en persona a Vila-Matas. Nos encontramos frente a frente, yo miraba libros en una caseta y él miraba a las personas que miraban libros y lo miraban a él. Vila-Matas es un animal mitológico: está quieto y mueve los ojos. Creo que ni siquiera me vio, creo que ni siquiera notó mi rubor, ni cómo bajaba la mirada, ni cómo desaparecía... ...Después vino R., y nos resguardamos de la lluvia en un bar, y tomamos cerveza, mucha, y noté que sus rizos no eran pelirrojos pero no le pregunté por qué. Hablamos de libros, de fotos, de ella y de mí. No nos tocamos. Hubo un tiempo en que yo quería acostarme con ella, y tal vez hubo un tiempo en que ella quería acostarse conmigo. Luego fuimos a Malasaña y estuvimos en La Independiente, y luego fuimos a un lugar donde exactamente hace un año se abrazó a mí llorando. Esta vez reímos... ..."¿Quién es R.?", "Nadie, un personaje", respondo...
...Como un delantero varado en un inefable y perpetuo fuera de juego, con las piernas entrelazadas en humo y jazz y células muertas o asediado por preguntas parecidas a lobos o ardillas. Poco importa... ...Fumar sin tiempo después de la batalla, sentado sobre las ruinas todavía humeantes, fumar en primer plano como Bogart, sobre las cenizas todavía incandescentes del volcán que recién se ha apoderado del espacio...
...Y abrazarse entonces al último susurro, a la soledad bien entendida y mal encarada, abrirse a todas las topografías, apostar al ocho o al ochenta... ...Y desaparecer de la circulación como un billete falso, como una diva con delitos de sangre a sus espaldas o una folclórica caída en el olvido, como si el olvido fuera un pozo... ...Diseñar minuciosamente un decoroso plan de huida, encomendarse a los rayos del sol, a la brisa en el rostro, a las simples cosas... ...Hacer de los latidos una soporífera llamada en espera con música electrónica de Para Elisa, hasta que se aburran, hasta que deserten, hasta que se diluyan...
...El obsceno pájaro de la noche me predispone a desdibujados puñales, profanación de armas enterradas, grandes enciclopedias del jazz, autopistas norteamericanas, canciones de Frank Zappa, playas desiertas, carnes de gallina, crímenes perfectos, ritmo, logos, vómito, reptiles...
...Felices los normales, esos seres extraños, los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho o un hijo delincuente... ...Pienso en esos fotogramas donde la muerte y la belleza se confunden, como en el paso del tiempo, como en el hambre atrasada, como cuando nos rociamos con palabras inflamables y nos hacemos un sitio en el infierno y basta, para lamernos, para saciarnos, para enternecernos o descuartizarnos o desaparecernos...
"You dance real slow You wreck it down You walk away, then you Turn around
What did that old blonde Gal say? That is the part... You throw away
I want that beggars eyes A winning horse A tidy Mexican divorce
St. Mary's prayers Houdini's Hands And a Barman who always Understands
Will you loose the flowers Hold on to the vase Will you wipe all those teardrops Away from your fase I can't help thinking As I close the door I have done all of this Many times before
The bone must go The wish can stay The kiss don't know What the lips will say
Forget I've hurt you Put stones in your bed And remember to never Mind instead
Well all of your letters Burned up in the fire Time is just memory Mixed in with Desire That's not the road it is Only the map...I say Gone just like matches From a closed down cabaret In a Portuguese Saloon A fly is a circling around The room You'll soon forget the Tune that you play For that is the part You throw away Ah, that is the part You throw away"
Tom Waits
...Esta noche soñé que ella le decía a la gente que se iba definitivamente de la casa. Me refiero a que llenaba maletas con libros, y con toda la ropa, y con todo el amor y casi toda la muerte, y que dejaba el aire lleno de huecos y taladros...
...Después de la muerte de La Abuela Ana María o de L. soñaba a menudo que estaban vivas. Eran sueños poderosos, nítidos y reales en los que precisamente el argumento del sueño era que resucitaban, que ambas estaban vivas. El despertar solía ser terrible. Pues el sueño de esta noche tenía algo de eso: me susurrabas que yo, sólo yo, podía ir a verte cuando quisiera...
...Hace dos noches soñé que un tipo, un charlatán enorme, me daba un bebedizo, que me dormía primero y me mataba después. Lo tomé por la noche, y mi cuerpo quedaba paralizado, hacía que me durmiera y a la mañana siguiente, al contrario que todas las mañanas, no despertaba. Es la percepción más nítida que he tenido de la muerte: no despertar al día siguiente, dejarlo todo tal y como está, pero desaparecer de la circulación, no sólo dejar de ver el mundo, desaparecer yo, sino (y esto es lo más terrible) la desaparición del mundo a la otra mañana. En el sueño mi cuerpo reasumía el bebedizo y no moría, pero aun así me preguntaba, a la mañana siguiente, despierto en el sueño, por qué había decidido matarme si no había dejado nada escrito, ordenado, acerca de mi vida póstuma...
...A la mañana me miraba al espejo. No habían pasado ni ocho horas desde que me había visto reflejado por la noche. Me miraba mirándome horas después, siete horas más viejo. Pensaba que tenía que cortarme el pelo, que ese rostro que veía ahí enfrente sonreía y se ponía triste, como una máscara de tragedia griega, emanaba una tristeza casi desde el fondo de mis pupilas... ...Por la noche me había estado riendo mucho, y pensaba si alguien se había dado cuenta de la tristeza. Es curioso, pero estaba sentado comiendo caracoles, y vino un perro y me lamió la mano. Me asustó y se asustó de mi gesto brusco. Nos miramos. Me olisqueó la mano y se fue. Luego volvió a mirarme desde lejos...
...En Nápoles había una chica rubia que tenía un perro negro. Todas las veces que me la encontré estaba borracha. Una noche nos quedamos los dos solos en una plaza, yo soñando con ella. Ella, convirtiéndose en la peor de las mujeres en blanco y negro, me dijo con voz ronca y dificultad etílica, mirando al vacío y a su perra que la miraba a ella a su vez como si se preocupara: su instinto es mi razón. Ella (la perra) me lleva...
...Entrando en la estación me pararon dos policías de paisano: me enseñaron la placa y me pidieron la documentación. Mientras uno de ellos comprobaba mis datos yo le pregunté al que tenía al lado “¿Por qué a mí?”. “Estamos buscando a una persona que por la descripción podrías ser tú”. Habría dado meses de mi vida por saber qué abstracción de mí era la que buscaba la policía: mi pelo rizado, mis patillas, mi mosca, mis labios, mis ojos verdosos, mi color de piel, mi estatura, mi ropa... ...Estaba allí, junto al policía de paisano, mientras el otro hablaba con la central de policía, pensaba en mis crímenes, mis crímenes entre comillas, mis crímenes literarios, el daño esparcido: quería habérselo contado al policía, quería haberle contado mis culpas, mis redenciones, mis manos manchadas de sangre, mis metáforas y dolores, pero ni siquiera los policías de paisano están tan cerca del cine francés...
...Él me preguntó cosas (dónde vivía, por qué cruzaba la estación para ir a trabajar, por qué si en mi dni pone que nací en Madrid tengo este acento del sur: esa fue la pregunta más interesante, podía haberle respondido miles de cosas, podía haberle apuntalado la autobiografía de Don Nadie Maya, o bien la de Fulanito Maya León, la del espejo o la del latido, la mísera o la glamourosa, la ciencia o la cierta, la fiera o la niña...
...Después fui yo quien no pude resistirle hacerle preguntas, aunque antes dije “Sé que no soy el que andáis buscando, porque no he hecho nada” (e imaginé ese “nada” como un inmenso comodín, como un Joker gigantesco en el que lo mismo daba ocho que ochenta, que lo mismo servía para un roto que para un descosido). Imaginaba en la central buscando mi nombre y apellidos, esos que se corresponden con el rostro que veo en el espejo y también con lo que nadie ve, sólo los perros y las bestias). Les pregunté cómo sabían que un tipo como yo iba a pasar a las 8:10 por la estación. El policía me dijo: “tenemos indicios de sus movimientos”, y me gustó esa frase. Me habría gustado quedarme allí con ellos, o mejor esconderme, y asistir al momento en que daban con el tipo parecido a mí que andaban buscando. Ver quién era y por qué lo buscaban, cotejar los crímenes de uno y otro, los delitos en las espaldas, las cicatrices, los duelos, las horas perdidas o muertas...
...En la central supongo que dirían que yo era inofensivo. Me devolvieron en carnet y me dieron los buenos días... ...Yo les deseé buena suerte, y lo dije de corazón: que encontraran al tipo que andaban buscando. No sé por qué esta solidaridad con dos policías, por qué ese guiño. Supongo que porque me fascinó que hubieran estado encajando piezas del puzzle hasta concluir que el malo pasaría a las 8:10 por la estación de Santa Justa. Sí, creo que fue por eso...
...Seguí mi camino, atravesé la estación, me perdí entre el gentío, me diluí, como un personaje de un libro de Vila-Matas, y me dediqué a rumiar otros asuntos, otros abandonos, otras hambres...
Miguel Ángel Maya Sevilla, 1 junio 2011 * P.D. Las fotos están sacadas de aquí, salvo la de Brigitte Bardot, que está sacada de aquí.
"Cuando relato mis trashumancias, mis caídas, mis delirios y mis secretas orgías, lo hago únicamente para detener, ya casi en el aire, dos o tres gritos bestiales, desgarrados gruñidos de caverna con los que podría más eficazmente decir lo que en verdad siento y lo que soy" Maqroll el Gaviero. (Álvaro Mutis)
PARANOICA FIERITA (Editorial Carpe Noctem, 2022)
TEXTOS ENGORDADOS Y OTRAS ESPECIES
Proyecto literario digital
CRIMINALMENTE BELLA (Editorial Alegoría, 2016)
(Edición y prólogo)
MONSIEUR WITNESS (2015-2016)
Proyecto literario digital
FALSA ANTOLOGÍA COMPLETA DE LOS POETAS INCENDIARIOS (Editorial Alegoría, 2014) *
(Edición y prólogo)
EL HOMBRE QUE DECÍA HABER SALVADO A REBECA B. (Editorial Alegoría, 2013)
ÚLTIMAS 2 HORAS Y 58 MINUTOS (Lengua de Trapo, 2008)
Últimas 2 horas y 58 minutos. Primera (o segunda) parte.
*
Últimas 2 horas y 58 minutos. Segunda (o primera) parte.
Nací el 2 de julio de 1978. Soy músico, escritor, viajero. Estudié en el Conservatorio de Sevilla. Me licencié en filosofía por la Universidad Oriental de Nápoles (Italia). He tocado todos los géneros literarios, incluido el curriculum vitae. Escribo novelas, relatos, poemas y guiones, compongo canciones y toco el piano. Mi espectáculo musical se llama Migue y el fabuloso trompetista invisible. He vivido en Alcorcón, Sevilla, Londres, La Habana, Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires, Nápoles y Madrid. Algunos de mis relatos han aparecido en antologías, revistas, fancines o rocambolescos folletines olvidados. Me gano la vida como buenamente puedo (casi siempre de forma legal). He publicado dos libros: "Últimas 2 horas y 58 minutos" y "El hombre que decía haber salvado a Rebeca B". Y he editado "Falsa antología completa de los poetas incendiarios". Para ser feliz me basta un piano, una playa desierta, buena compañía. Thelonious Monk ya inventó casi todo lo que se me ocurre. De mayor quiero ser Jacques Brel o Leonard Cohen.