miércoles, 26 de enero de 2011



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- Soñé que íbamos a lomos de elefantes sobre poderosas aguas, que cabalgábamos al galope por una estepa inhóspita junto a contrabandistas macedonios que te amaban y querían devorarte, que nos emborrachábamos y nos jugágamos la vida a la ruleta rusa...

- ...

- También soñé que dábamos la vuelta al mundo, que éramos el hazmerreír de los zeppelines, que nos besábamos en todas las calles de París, y de Praga, y de Reikiavik, y que nos escapábamos de todos los guiones de cine, y que...




- Bueno, sí, claro... También soñé eso, y también soñé que yo había escrito todas las canciones de Jacques Brel, y que Leonard Cohen no había escrito Famous Blue Raincoat exactamente con la misma edad que yo tengo ahora, y que en Clinton Street la música seguía sonando como cuando nos batíamos a duelo...

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- Bueno, sí, eso también... El problema es que estabas demasiado desdibujada para recordarte así, y todo era demasiado etílico y... Además, ya no quiero saber nada más de aquellas historias de vinilo y humo y jazz y labios y mariposas en la pelvis y novelas a medio escribir que nunca llegaron a nada y que yo insistía en comparar con tus ojeras y tu voz y tu ceniza y mi agradecimiento de perro y tu salvaje rastro...

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Miguel Ángel Maya
Sevilla, 26 enero, 2011

4 comentarios:

tormenta dijo...

Tienes muchas cenizas y muchos rastros... Bendita Nina Simone...Salvaje.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Y tú que los veas: las cenizas, los rastros, salvajes...
;-)

Ra dijo...

Y benditas ojeras.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Amén...