martes, 28 de diciembre de 2010

DANGEROUS



Je ne trempe pas ma plume dans un encrier mais dans la vie

Blaise Cendrars



...Dangerous siempre me sonó a un personaje mitológico malvado y a la vez tierno...
...El cine tiene su reverso: la magia tiene su truco, y si te lo hubiera explicado alguna vez habría sabido a decepción...
...Yo siempre te dije que nunca te explicaría ningún truco, que nunca destriparía los relojes que lo marchitan casi todo, que nunca te revelaría el encuadre de nuestros besos, de nuestras lenguas que hacían bla bla bla, y a veces chapoteaban en saliva y a veces estaban secas y sabían a alcohol y a desierto...




...Pero sólo me creíste a medias...
...Te lo dije mientras caíamos, rodábamos incandescentes hasta el centro de la tierra (tenía reparo en llamarlo infierno), tú te llamabas Alicia y hacías whisky barato destilando flores que dolían, a las afueras de Wonderland: el desierto y el whisky eran incompatibles ya entonces a pesar de que el guión que yo (nos) había escrito era perfecto...





...Estabas sola, eras el animal más bello y acorralado del mundo: yo soñaba tus labios y tú sobrevivías. Supongo que mi deseo y tu supervivencia eran lo único que nos mantenía vivos, el único puente por el que pasear o arrojarnos. Tu hábitat natural deberían ser los fotogramas en blanco y negro, aunque cuando tengo tus ojos a centímetros no puedo parar de inventarme historias...
...Todas terminan con un beso y con música...





...Nunca nos habíamos besado antes. Por eso la otra noche me sentí un poco como si estuviera en las tripas del rodaje que había planeado: un revólver imaginario en el bolsillo, esas cámaras y esas luces y esos cables por medio, tus labios obviando y olvidando las distancias con los míos y el director diciendo "corten". El caso es que más allá de tus ojos de cine yo seguí cayendo y callando a partes iguales...
...Después conduje un plymouth por un decorado vacío, a través de la noche, y no conseguía olvidarme de aquellos dos segundos repartidos en beso y medio de cine. Se me habían olvidado los demás ojos y las órdenes del director...





...Supongo que eso es lo que casi siempre pasa cuando se sueña con volcanes, cuando uno arrastra sueños desde su infancia, y cuando todos los guiones que soñó escribir tienen a la misma protagonista, el mismo color sepia de los fotogramas, las mismas frases: "¿sabes silbar?", "miénteme, dime que me has estado esperando todo este tiempo", "salías en los sueños de un amigo mío"...




...De no haber sido por esta cierta cobardía, acentuada por las hipocondrías y por el jazz, habría hecho lo imposible, habría formado parte de todos los ismos (equilibrismo, travestismo, dadaísmo, estravismo) por que tu oreja oyera cada uno de los latidos que me restan hasta el último, como una música feroz capaz de manchar como una pintura fauvista los pentagramas más inofensivos: ¿te acuerdas cuando escribía pentagramas sobre las teclas del piano?...
...Me alegra que nos acordemos de los mismos besos, pero lo importante es la música, ¿también te acuerdas de la música?...





...Me apuesto lo que sea a que sigues guardando los mismos cuadernos repletos de pentagramas garabateados en los mismos muebles que hace años: yo me acuerdo de tu ropa interior, de tus lunares, de tu piel, de las cuatro paredes, de las yemas de tus dedos sobre el piano, de tus rótula moviéndose cuando levantabas el pie del pedal derecho, descalza, del olor a suavizante que dejabas en la banqueta del piano...
...Sé que me has olvidado, pero después de todo incluso tu olvido puede convertirse en literatura...
...Escribir, escribirte, escribirnos, sigue siendo peligroso...





Miguel Ángel Maya
Sevilla, 28 diciembre, 2010

P.D. La primera foto es de Noemi Conesa. La segunda es de María León Barrios, y está tomada por Gustavo Carballo. El pentagrama está tomado del facebook de Cristina Andrade Otero.

2 comentarios:

R. Pintado dijo...

Yo también me sueño en un viejo autómovil, moviendo el volante, con una espléndida e inocente transparencia pasando por el parabrisas trasero. Con el mundo de mentira rozándome sin herirme, con los diálogos suaves, justos, que desemboquen en un fundido a negro perfecto que se confunda con la oscuridad del cine, con ese instante perfecto en el que aún no se han encendido las luce y la vida parece sencilla, plena, digna de vivirse.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Cine, cine, cine...