...No pensaba entrar al trapo: hace tiempo que lo que pasa en el parlamento, ese nido de parásitos y mezquindades, me trae completamente sin cuidado...
...Casi nunca uso este blog para estas cosas, pero hace tiempo que me revolotean en la cabeza las palabras de Alex de la Iglesia en las que decía que en la vida están los payasos listos y los payasos tontos...
...Payaso listo, por ejemplo, el primero que se me viene a la cabeza es Díaz Ferrán: el siniestro payaso en cuestión tiene varias empresas que por su mala gestión (o interés particular) terminan en bancarrota, no les paga las nóminas a sus empleados, y se enriquece vendiendo sus empresas en bancarrota mientras negocia la reforma laboral con los sindicatos porque es el representante de los empresarios. Sólo en Italia podría suceder algo así. Payaso tonto, yo mismo, para qué ir más lejos...
...Con la Ley Sinde y todo lo demás: ese ente (al parecer uniforme y unívoco) que se ha dado en llamar Los Internautas, la no aprobación de la ley en el parlamento, el twitter de Alejandro Sanz, la movilización de los artistas, y el camarote de los Hermanos Marx en el que se metamorfosea este gallinero cada vez que se habla de ciertos temas (básicamente toros, propiedad intelectual, aborto, gays, Ramoncín y Mourinho), no hacemos más que reproducir el debate entre el payaso tonto y el payaso listo: una serie de gracietas, tartazos en la cara, caídas, bufonescos y ginmásticos slapsticks para que aplaudan los del equipo azul o los del equipo rojo...
...Me jode no estar nunca en ningún equipo, me jode ser siempre equidistante de todas las tribus, de todos los hechiceros, los gurús, los chamanes, los sabihondos, los clarividentes, los unos y los otros, me jode pensar y darle vueltas a las cosas cuando sería mucho más feliz convertirme en rata y seguir al flautista de turno...
...Soy internauta, soy escritor ("de culto", es decir, minoritario, es decir, a nadie le importa una puta mierda lo que escribo, ergo no vivo de mis libros), soy músico (de culto, es decir, minoritario, es decir, a nadie le importa una puta mierda lo que compongo, ergo no vivo de mis conciertos -que por cierto, a ver si doy uno que hace tiempo que no...), soy empresario (una cooperativa de gestión cultural, para más inri, con sus números rojos y su canesú), no tengo un puto duro, soy un consumidor voraz de cultura, especialmente de dos cosas: música y productos audiovisuales, y mis únicas aspiraciones en la vida son pasar por ella con algo de la elegancia de Bogart, que la gente que quiero me quiera, que ciertas playas sigan estando desiertas, que nunca me falte un piano para tocar ni un papel y un lápiz para escribir, o ya puestos, un ordenador para escribir, grabar, y poco más...
...Siempre, desde que estoy en el mercado laboral, mi necesidad de consumo cultural (cuantificable, como casi todo en euros mensuales) ha superado con creces la remuneración económica que he recibido por mi trabajo: ya lo dije aquí una vez, me harían falta algo así como 6.000 euros mensuales para mantener tanto mi necesidad de consumo cultural como otras necesidades básicas (alquiler, comida, viajes, ropa, etc.) y el problema es que nunca he recibido una remuneración continuada de 6.000 euros mensuales, de ahí que siempre haya habido un déficit entre mis deseos (también culturales) y la realidad, como le pasa a la gran mayoría de este país...
...Cuando se trata de sobrevivir (considero que un teleoperador, por ejemplo, sobrevive: y yo he sido teleoperador durante muchos años) uno vive en un estado de excepción permanente (como hemos vivido en este país de pelotazos y constructores bravucones con billetes de 500 en los bolsillos, de ladrillo, de compraventa de suelo, de corrupción infinita, de mierda debajo de la alfombra, de contratos en b) y ahí no hay más salida que el sálvese quien pueda...
...El sálvese quien pueda o la solidaridad...
...El gran error de la Ley Sinde es criminalizar por igual al que se lucra con algo que no es suyo que al que comparte algo que hace suyo: es decir, no es lo mismo que la Camorra napolitana mantenga naves industriales, invierta en tecnología para copiar cantidades masivas de cds y dvds piratas que luego distribuye por toda Europa, lucrándose a costa del trabajo de otros (absolutamente todos aquellos que trabajan en la elaboración de un cd o una película, los músicos, los arreglistas, los técnicos que supervisan las grabaciones, el estudio de grabación, los guionistas, los productores, los directores, los actores, los sonidistas, los decoradores, los iluminadores, o cualquiera que esté involucrado de alguna manera en el proceso industrial que termina con una determinada obra en el mercado); no es lo mismo, digo, el que se lucra con lo que hacen otros, que un tipo (yo mismo, por ejemplo) que pone a su disposición solidariamente los contenidos de parte de su disco duro para que quien quiera, pueda compartirlos...
...El problema, sin embargo, de ahí mi equidistancia entre el equipo de los tigres y los leones (todos quieren ser los campeones) mi tristeza en este país de Sálvame deluxe, politonos, estafadores profesionales y políticos de vergüenza, va más allá que un mero debate entre la industria cultural como lobby que presiona a un gobierno para que haga una ley que no le haga perder sus privilegios (que también), el problema es que esos privilegios han sido conseguidos gracias a que los autores han sido (hemos sido) los bufones de la industria, luego no es cierto que la industria defienda (ni ahora ni nunca) a los autores de los que en buena parte viven...
...He visto contratos discográficos de compañías importantes que han pretendido que los que por entonces eran Don Nadies musicales les entregaran la bolsa y la vida sin ver un solo euro durante los primeros cuatro años, por ejemplo, o intermediarios, agentes, o tipos que no pasaban de ser buenos barmen en ciertos bares de Madrid que se metían a editores musicales porque para firmar contratos un Don Nadie tenía que tener un editor que lo respaldara (¿suena a mafia o son cosas mías?)...
...Hace poco fui a la presentación del libro de una amiga mía, aquí en Sevilla: el editor es un tipo entusiasta cuya labor como editor independiente es encomiable, importante, reconocida y cada vez más conocida: la portada del libro es extraordinaria, la distribución parece que por fin va a ser mejor que la de anteriores libros (han cambiado distribuidor). Después de la presentación nos tomamos unas cervezas y, hablando de este tema, le pregunté a mi amiga cuánto le había pagado el entusiasta editor por un libro que según sus propias palabras es extraordinario: mi amiga me dio una respuesta demoledora: nada...
...De modo que el editor ha pagado a los correctores y lectores, ha pagado a un maquetador, ha pagado al tipo que ha diseñado la portada, ha pagado a la imprenta que ha imprimido el libro, ha pagado sobre todo al distribuidor del libro, y no le ha dado un puto euro a la autora que ha escrito el libro...
...Me hace gracia oír decir que los escritores no deberían reivindicar esa remuneración una vez publicado el libro, ya que se supone que la escritura no debería tener ese fin, la remuneración, sino otros mucho más nobles y altos. Yo empecé a escribir con siete años, auténticas paparruchas, sí, pero lo importante era el impulso: el gesto de sentarte a escribir, a inventar historias, un impulso que siempre he tenido, y nunca he sabido por qué. Escribo durante horas, y no paro de escribir cosas que a veces llegan a buen puerto o cosas que luego abandono. Sí, el proceso de la escritura es así, y sólo, muy de cuando en cuando y con muchísima suerte, esos documentos de los discos duros se convierten en libro previo paso de un proceso industrial: sí, un proceso industrial que gira en torno a las doscientas o trescientas páginas que uno ha escrito, pero un proceso industrial en el que, aunque no nos parezca elegante decirlo (porque se supone que un creador se ocupa de cosas más peregrinas y profundas) está lleno de facturas, de proveedores, de presupuestos, de clientes, de pagos aplazados, de renegociaciones de la deuda y de presentaciones de balances económicos cuando termina el año fiscal. Mi pregunta es, ¿por qué cojones cuando el libro que yo he escrito entra en un proceso industrial que termina convirtiéndolo en objeto para el consumo, exactamente igual que un chándal o una cerveza, yo no tengo derecho a reivindicar mi parte cuantificada en euros? ¿Por qué cobra el tipo que descarga del camión en el polígono industrial las cajas donde van mis libros que luego se van a distribuir y yo no? ¿Por qué cobra el tipo que conduce el camión a sueldo de la distribuidora que está a sueldo de mi editorial y yo no? ¿Por qué cobran su sueldo cada mes los lectores, los correctores, los maquetadores y yo no? ¿Por qué cobran dinero los tipos que trabajan en la imprenta del dinero que la editorial les paga para que impriman el libro y yo no? ¿Por qué cobran todos los intermediarios que se interponen entre el documento word de mi disco duro y el lector que encuentra el libro en la estantería de una tienda y yo no?...
...Con esto quiero decir, que siempre, no sólo ahora por la piratería, el autor ha sido tomado por el pito de un sereno por unos y por otros: hace unos años la Junta de Andalucía organizó una exposición itinerante que tenía como hilo conductor el agua en la pintura mediterránea o algo así. Por mediación de la empresa a la que concedieron la organización de la exposición en Sevilla y Málaga, me pidieron la escritura de una obra de teatro para que fuera representada por dos actores durante mes y medio en Málaga y otro mes y medio en Sevilla a modo de visita guiada por las distintas salas del museo...
...En el presupuesto que presentó mi empresa se detallaba 1800 euros mensual por actor (dos horas de trabajo al día, más ensayos, durante tres meses), 1600 euros de supervisor de actores (dos horas de trabajo al día, más ensayo, durante tres meses), 800 euros de vestuario, etc., y 1500 euros de guión de la visita. La Junta de Andalucía sólo puso un pero al presupuesto: "no podía destinarse más de 600 euros a guión", lo demás estaba bien: se entendía que por tres meses de trabajo durante dos horas al día, con un día semanal de descanso un actor podía cobrar 5.400 euros, un supervisor de actores podía cobrar 4.800 euros, etc., pero el guionista que escribía la historia, ¿cómo se le podía ocurrir pedir más de 600 euros?...
...Yo estuve durante un mes y medio escribiendo ese guión durante catorce horas al día incluyendo fines de semana: cuando entregué las primeras setenta páginas, una tipa del departamento de cultura me escribió un email diciéndome que “tenía que reescribirlo todo” porque en el guión aparecían palabras "no adecuadas al carácter de la exposición”. Le pedí que me especificara por favor qué palabras eran esas para sustituirlas por otras llegado el caso, pero no recibí ni una sola respuesta. En lugar de responderme, la “filóloga” se puso en contacto con la empresa que organizaba la exposición para amenazar con que si no se entregaba otro guión se rescindiría el contrato con la empresa y se le concedería a otra. La empresa me llamó y me pidió por favor que reescribiera el guión. Obviamente nadie consideró ni siquiera remunerar ese trabajo extra. Contrarreloj volví a escribir otras 80 páginas, que esta vez sí le gustaron a la “filóloga" del departamento de Cultura, pero no tanto a su superiora. En la reunión que precedió al comienzo de la exposición, la superiora preguntó que por qué se había reescrito el guión si el primero estaba bien. La "simpática filóloga" replicó que en uno de los cuadros de Sorolla uno de los actores usaba la palabra "sensual", y que esa palabra no era adecuada para la exposición. Ése era todo el problema: por una puta palabra que a una niñata funcionaria de cultura de la Junta de Andalucía no le había gustado, yo estuve reescribiendo un guión de 80 páginas, sacándolo todo de la nada, empezando de nuevo, durante otros quince días, mañana, tarde y noche, cuando la niñata podía haberme escrito en el email que no quería que se usara la palabra “sensual”. Por ello me pagaron exlusivamente los 600 presupuestados más 300 que la empresa organizadora terminó pagándome en negro por el despropósito vivido: por supuesto, todo el mundo, absolutamente todo el mundo que trabajó en la exposición cobró muchísimo más que eso trabajando muchísimo menos, tanto en horas como en condiciones de trabajo...
...Este ejemplo es sintomático sobre la absoluta falta de respeto que se tiene por el autor en el país de los politonos...
...El autor está absolutamente desprotegido en medio de la jungla: por una parte está maltratado por los intermediarios y por la propia industria (que pedía a gritos y sospechosamente la aprovación de la Ley Sinde), que lo vampiriza y se vale de su trabajo (intelectual, sí, pero trabajo), y por otra, por el absoluto desdén de esa sociedad tan devota de los chascarrillos y la depredación fácil, que, con risita socarrona, dice aquello tan castizo de: “ponte a trabajar, maricón”, mientras el palillo pasa de una comisura a otra de los labios, y ve cómo “los de la ceja” se cabrean como monos cuando los reyes del absentismo laboral (los miembros del congreso, casi siempre vacío, a pesar de que cobran sueldo y dietas de muchos ceros) rechazan aprobar una ley que supuestamente iba a protegerlos algo de la impunidad, a costa de criminalizar lo no criminalizable...
...Que la guionista de Mentiras y gordas no podía redactar una ley en condiciones lo sabíamos ya, pero ahora sólo nos quedará aguantar el temporal, y seguir entre La Sinde y la Pared, como los bufones que siempre hemos sido, a la espera de que el señorito nos llame, nosotros bailemos y cantemos para él, y él se saque unas cuantas monedas del bolsillo que nos arroje con desdén...
...Mientras tanto, eso sí, el 1’20 que me cobra Cajamadrid cada vez que pago el alquiler, los 20 euros que me cobra Ryanair por maleta facturada, o los 7 que me cobra si quiero elegir el asiento, el dinero que recibe la Iglesia Católica de mis impuestos, los alarmantes niveles de corrupción política, la reforma laboral, los 25 días de indemnización por despido, todo eso ¿qué es comparado con la Ley Sinde?...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 23 diciembre, 2010
...Casi nunca uso este blog para estas cosas, pero hace tiempo que me revolotean en la cabeza las palabras de Alex de la Iglesia en las que decía que en la vida están los payasos listos y los payasos tontos...
...Payaso listo, por ejemplo, el primero que se me viene a la cabeza es Díaz Ferrán: el siniestro payaso en cuestión tiene varias empresas que por su mala gestión (o interés particular) terminan en bancarrota, no les paga las nóminas a sus empleados, y se enriquece vendiendo sus empresas en bancarrota mientras negocia la reforma laboral con los sindicatos porque es el representante de los empresarios. Sólo en Italia podría suceder algo así. Payaso tonto, yo mismo, para qué ir más lejos...
...Con la Ley Sinde y todo lo demás: ese ente (al parecer uniforme y unívoco) que se ha dado en llamar Los Internautas, la no aprobación de la ley en el parlamento, el twitter de Alejandro Sanz, la movilización de los artistas, y el camarote de los Hermanos Marx en el que se metamorfosea este gallinero cada vez que se habla de ciertos temas (básicamente toros, propiedad intelectual, aborto, gays, Ramoncín y Mourinho), no hacemos más que reproducir el debate entre el payaso tonto y el payaso listo: una serie de gracietas, tartazos en la cara, caídas, bufonescos y ginmásticos slapsticks para que aplaudan los del equipo azul o los del equipo rojo...
...Me jode no estar nunca en ningún equipo, me jode ser siempre equidistante de todas las tribus, de todos los hechiceros, los gurús, los chamanes, los sabihondos, los clarividentes, los unos y los otros, me jode pensar y darle vueltas a las cosas cuando sería mucho más feliz convertirme en rata y seguir al flautista de turno...
...Soy internauta, soy escritor ("de culto", es decir, minoritario, es decir, a nadie le importa una puta mierda lo que escribo, ergo no vivo de mis libros), soy músico (de culto, es decir, minoritario, es decir, a nadie le importa una puta mierda lo que compongo, ergo no vivo de mis conciertos -que por cierto, a ver si doy uno que hace tiempo que no...), soy empresario (una cooperativa de gestión cultural, para más inri, con sus números rojos y su canesú), no tengo un puto duro, soy un consumidor voraz de cultura, especialmente de dos cosas: música y productos audiovisuales, y mis únicas aspiraciones en la vida son pasar por ella con algo de la elegancia de Bogart, que la gente que quiero me quiera, que ciertas playas sigan estando desiertas, que nunca me falte un piano para tocar ni un papel y un lápiz para escribir, o ya puestos, un ordenador para escribir, grabar, y poco más...
...Siempre, desde que estoy en el mercado laboral, mi necesidad de consumo cultural (cuantificable, como casi todo en euros mensuales) ha superado con creces la remuneración económica que he recibido por mi trabajo: ya lo dije aquí una vez, me harían falta algo así como 6.000 euros mensuales para mantener tanto mi necesidad de consumo cultural como otras necesidades básicas (alquiler, comida, viajes, ropa, etc.) y el problema es que nunca he recibido una remuneración continuada de 6.000 euros mensuales, de ahí que siempre haya habido un déficit entre mis deseos (también culturales) y la realidad, como le pasa a la gran mayoría de este país...
...Cuando se trata de sobrevivir (considero que un teleoperador, por ejemplo, sobrevive: y yo he sido teleoperador durante muchos años) uno vive en un estado de excepción permanente (como hemos vivido en este país de pelotazos y constructores bravucones con billetes de 500 en los bolsillos, de ladrillo, de compraventa de suelo, de corrupción infinita, de mierda debajo de la alfombra, de contratos en b) y ahí no hay más salida que el sálvese quien pueda...
...El sálvese quien pueda o la solidaridad...
...El gran error de la Ley Sinde es criminalizar por igual al que se lucra con algo que no es suyo que al que comparte algo que hace suyo: es decir, no es lo mismo que la Camorra napolitana mantenga naves industriales, invierta en tecnología para copiar cantidades masivas de cds y dvds piratas que luego distribuye por toda Europa, lucrándose a costa del trabajo de otros (absolutamente todos aquellos que trabajan en la elaboración de un cd o una película, los músicos, los arreglistas, los técnicos que supervisan las grabaciones, el estudio de grabación, los guionistas, los productores, los directores, los actores, los sonidistas, los decoradores, los iluminadores, o cualquiera que esté involucrado de alguna manera en el proceso industrial que termina con una determinada obra en el mercado); no es lo mismo, digo, el que se lucra con lo que hacen otros, que un tipo (yo mismo, por ejemplo) que pone a su disposición solidariamente los contenidos de parte de su disco duro para que quien quiera, pueda compartirlos...
...El problema, sin embargo, de ahí mi equidistancia entre el equipo de los tigres y los leones (todos quieren ser los campeones) mi tristeza en este país de Sálvame deluxe, politonos, estafadores profesionales y políticos de vergüenza, va más allá que un mero debate entre la industria cultural como lobby que presiona a un gobierno para que haga una ley que no le haga perder sus privilegios (que también), el problema es que esos privilegios han sido conseguidos gracias a que los autores han sido (hemos sido) los bufones de la industria, luego no es cierto que la industria defienda (ni ahora ni nunca) a los autores de los que en buena parte viven...
...He visto contratos discográficos de compañías importantes que han pretendido que los que por entonces eran Don Nadies musicales les entregaran la bolsa y la vida sin ver un solo euro durante los primeros cuatro años, por ejemplo, o intermediarios, agentes, o tipos que no pasaban de ser buenos barmen en ciertos bares de Madrid que se metían a editores musicales porque para firmar contratos un Don Nadie tenía que tener un editor que lo respaldara (¿suena a mafia o son cosas mías?)...
...Hace poco fui a la presentación del libro de una amiga mía, aquí en Sevilla: el editor es un tipo entusiasta cuya labor como editor independiente es encomiable, importante, reconocida y cada vez más conocida: la portada del libro es extraordinaria, la distribución parece que por fin va a ser mejor que la de anteriores libros (han cambiado distribuidor). Después de la presentación nos tomamos unas cervezas y, hablando de este tema, le pregunté a mi amiga cuánto le había pagado el entusiasta editor por un libro que según sus propias palabras es extraordinario: mi amiga me dio una respuesta demoledora: nada...
...De modo que el editor ha pagado a los correctores y lectores, ha pagado a un maquetador, ha pagado al tipo que ha diseñado la portada, ha pagado a la imprenta que ha imprimido el libro, ha pagado sobre todo al distribuidor del libro, y no le ha dado un puto euro a la autora que ha escrito el libro...
...Me hace gracia oír decir que los escritores no deberían reivindicar esa remuneración una vez publicado el libro, ya que se supone que la escritura no debería tener ese fin, la remuneración, sino otros mucho más nobles y altos. Yo empecé a escribir con siete años, auténticas paparruchas, sí, pero lo importante era el impulso: el gesto de sentarte a escribir, a inventar historias, un impulso que siempre he tenido, y nunca he sabido por qué. Escribo durante horas, y no paro de escribir cosas que a veces llegan a buen puerto o cosas que luego abandono. Sí, el proceso de la escritura es así, y sólo, muy de cuando en cuando y con muchísima suerte, esos documentos de los discos duros se convierten en libro previo paso de un proceso industrial: sí, un proceso industrial que gira en torno a las doscientas o trescientas páginas que uno ha escrito, pero un proceso industrial en el que, aunque no nos parezca elegante decirlo (porque se supone que un creador se ocupa de cosas más peregrinas y profundas) está lleno de facturas, de proveedores, de presupuestos, de clientes, de pagos aplazados, de renegociaciones de la deuda y de presentaciones de balances económicos cuando termina el año fiscal. Mi pregunta es, ¿por qué cojones cuando el libro que yo he escrito entra en un proceso industrial que termina convirtiéndolo en objeto para el consumo, exactamente igual que un chándal o una cerveza, yo no tengo derecho a reivindicar mi parte cuantificada en euros? ¿Por qué cobra el tipo que descarga del camión en el polígono industrial las cajas donde van mis libros que luego se van a distribuir y yo no? ¿Por qué cobra el tipo que conduce el camión a sueldo de la distribuidora que está a sueldo de mi editorial y yo no? ¿Por qué cobran su sueldo cada mes los lectores, los correctores, los maquetadores y yo no? ¿Por qué cobran dinero los tipos que trabajan en la imprenta del dinero que la editorial les paga para que impriman el libro y yo no? ¿Por qué cobran todos los intermediarios que se interponen entre el documento word de mi disco duro y el lector que encuentra el libro en la estantería de una tienda y yo no?...
...Con esto quiero decir, que siempre, no sólo ahora por la piratería, el autor ha sido tomado por el pito de un sereno por unos y por otros: hace unos años la Junta de Andalucía organizó una exposición itinerante que tenía como hilo conductor el agua en la pintura mediterránea o algo así. Por mediación de la empresa a la que concedieron la organización de la exposición en Sevilla y Málaga, me pidieron la escritura de una obra de teatro para que fuera representada por dos actores durante mes y medio en Málaga y otro mes y medio en Sevilla a modo de visita guiada por las distintas salas del museo...
...En el presupuesto que presentó mi empresa se detallaba 1800 euros mensual por actor (dos horas de trabajo al día, más ensayos, durante tres meses), 1600 euros de supervisor de actores (dos horas de trabajo al día, más ensayo, durante tres meses), 800 euros de vestuario, etc., y 1500 euros de guión de la visita. La Junta de Andalucía sólo puso un pero al presupuesto: "no podía destinarse más de 600 euros a guión", lo demás estaba bien: se entendía que por tres meses de trabajo durante dos horas al día, con un día semanal de descanso un actor podía cobrar 5.400 euros, un supervisor de actores podía cobrar 4.800 euros, etc., pero el guionista que escribía la historia, ¿cómo se le podía ocurrir pedir más de 600 euros?...
...Yo estuve durante un mes y medio escribiendo ese guión durante catorce horas al día incluyendo fines de semana: cuando entregué las primeras setenta páginas, una tipa del departamento de cultura me escribió un email diciéndome que “tenía que reescribirlo todo” porque en el guión aparecían palabras "no adecuadas al carácter de la exposición”. Le pedí que me especificara por favor qué palabras eran esas para sustituirlas por otras llegado el caso, pero no recibí ni una sola respuesta. En lugar de responderme, la “filóloga” se puso en contacto con la empresa que organizaba la exposición para amenazar con que si no se entregaba otro guión se rescindiría el contrato con la empresa y se le concedería a otra. La empresa me llamó y me pidió por favor que reescribiera el guión. Obviamente nadie consideró ni siquiera remunerar ese trabajo extra. Contrarreloj volví a escribir otras 80 páginas, que esta vez sí le gustaron a la “filóloga" del departamento de Cultura, pero no tanto a su superiora. En la reunión que precedió al comienzo de la exposición, la superiora preguntó que por qué se había reescrito el guión si el primero estaba bien. La "simpática filóloga" replicó que en uno de los cuadros de Sorolla uno de los actores usaba la palabra "sensual", y que esa palabra no era adecuada para la exposición. Ése era todo el problema: por una puta palabra que a una niñata funcionaria de cultura de la Junta de Andalucía no le había gustado, yo estuve reescribiendo un guión de 80 páginas, sacándolo todo de la nada, empezando de nuevo, durante otros quince días, mañana, tarde y noche, cuando la niñata podía haberme escrito en el email que no quería que se usara la palabra “sensual”. Por ello me pagaron exlusivamente los 600 presupuestados más 300 que la empresa organizadora terminó pagándome en negro por el despropósito vivido: por supuesto, todo el mundo, absolutamente todo el mundo que trabajó en la exposición cobró muchísimo más que eso trabajando muchísimo menos, tanto en horas como en condiciones de trabajo...
...Este ejemplo es sintomático sobre la absoluta falta de respeto que se tiene por el autor en el país de los politonos...
...El autor está absolutamente desprotegido en medio de la jungla: por una parte está maltratado por los intermediarios y por la propia industria (que pedía a gritos y sospechosamente la aprovación de la Ley Sinde), que lo vampiriza y se vale de su trabajo (intelectual, sí, pero trabajo), y por otra, por el absoluto desdén de esa sociedad tan devota de los chascarrillos y la depredación fácil, que, con risita socarrona, dice aquello tan castizo de: “ponte a trabajar, maricón”, mientras el palillo pasa de una comisura a otra de los labios, y ve cómo “los de la ceja” se cabrean como monos cuando los reyes del absentismo laboral (los miembros del congreso, casi siempre vacío, a pesar de que cobran sueldo y dietas de muchos ceros) rechazan aprobar una ley que supuestamente iba a protegerlos algo de la impunidad, a costa de criminalizar lo no criminalizable...
...Que la guionista de Mentiras y gordas no podía redactar una ley en condiciones lo sabíamos ya, pero ahora sólo nos quedará aguantar el temporal, y seguir entre La Sinde y la Pared, como los bufones que siempre hemos sido, a la espera de que el señorito nos llame, nosotros bailemos y cantemos para él, y él se saque unas cuantas monedas del bolsillo que nos arroje con desdén...
...Mientras tanto, eso sí, el 1’20 que me cobra Cajamadrid cada vez que pago el alquiler, los 20 euros que me cobra Ryanair por maleta facturada, o los 7 que me cobra si quiero elegir el asiento, el dinero que recibe la Iglesia Católica de mis impuestos, los alarmantes niveles de corrupción política, la reforma laboral, los 25 días de indemnización por despido, todo eso ¿qué es comparado con la Ley Sinde?...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 23 diciembre, 2010
16 comentarios:
MARAVILLOSO, Migue. Y escrito con sangre, que es como hay que escribir estas cosas. Lo enlazo a Facebook, como ex-teleoperador, guionista gratuito y escritor al que nadie le importo una puta mierda, me he sentido muy identificado, créeme :-) Un abrazo fuerte, amigo.
...Gracias, hermano (los ex-teleoperadores, guionistas gratuitos, etc. nos reconocemos jajaja)...
...Un abrazo...
¿Esto estabas haciendo antes de que nos viéramos? Así has llegado tan relajado...
Ay.
(No puedo decir nada más.)
Bueno, sí, un par de cosas que te contaré en persona y te van a hacer gracia. Paradojas...
Besos mil!!!
Pues yo lo retwitteo, lo feisbukeo y todo eso... y simplemente añado que cuando se piensa en "propiedad intelectual" a la gente se le vienen a la cabeza el cine (español, por supuesto) y la música (descargada ilegalmente, claro), pero nadie se acuerda de la literatura. De largo, somos los más desprotegidos y los que solemos sufrir condiciones más desventajosas. Se supone que debemos alimentar almas, pero a nadie le importa cómo nos alimentaremos nosotros. Todo "gratis et amore".
besos,
K
Desde luego cuando te pones a decir las verdades del barquero, eres único. Se ve que estás en el meollo de la cuestión y sabes de que va todo esto, con conocieminto de causa y siendo además una persona afectada por la famosa Ley. Sólo espero que en algún momento - no sé cuando - se termine reconociendo a todos los niveles la labor de los escritores, sean o no primeras espadas.
¡Que tengas unas felices fiestas y una buena entrada de año!
Touché...
Increíble, miguel. me ha encantado.
Ademas, hay que redefinir qué es cultura. En este país cultura es Rosario Flores, Miguel Bosé y Mentiras y gordas. Como todo esto se vaya de madre, acabaremos teniendo que pagar canon a la realidad por sacar de ella nuestras historias. Si no, al tiempo. un beso.
...Larita, más o menos eso hacía (jajajaja), pero me relajé al verte tan guapa y tan preciosa y tan yé-yé...
...Como soy un cotilla irredento, ahora ando pensando qué serán esas dos paradojas (aunque me lo imagino jajaja)...
...Besos a mansalva, amor...
...Kika, twittea, feisbukea, y baila valses...
...Menos mal que nos desprotegemos los unos a los otros...
...Te mando abrazos y besos, gratis, amore...
...Igualmente, Arruillo, lo de las fiestas y la felicidad...
...Afectado, no sólo por la famosa ley no entrada en vigor, sino por todo lo demás, por eso la equidistancia de unos y de otros...
...Desgraciadamente, en este país, no se reconoce nada más allá de un plató de televisión y una exclusiva (¿fue con condón o sin condón?)...
...Un abrazo...
...Thanks, Carlos, y bienvenido por aquí...
;-)
...Gracias, mademoisselle tOrMeNtA...
...Yo creo, igual, que cultura es todo, por mucho que me parezca infame Mentiras y Gordas o Miguel Bosé: eso sí, aquí entre nos, te confieso sin temor (pues siento que nos hemos hecho amiguetes) que a veces, en Spotify, pongo "Con las manos vacías", el dúo de Miguel Bosé con Rafa Sánchez (ex de La Unión) y la canción esa del gato de Rosario (quien en concierto es muy buena)...
...Aparte de esos pecados (confesables por tratarse de ti), mis gustos y tiros van, obviamente, por otros derroteros muy pero que muy lejanos...
...Besos y carantoñas...
Ah, sí, yo desprotegida que vivo mejor...
más besos, gratis también...
K
Llego tarde, pero te aplaudo, te hago la ola y te pido q me aceptes como socia de ese bando de los que no tenemos equipo y a los q todos los tejemanejes pillan en el lado de los pagos.
Tuve una micro-empresa de gestión cultural, me quedan deudas, un proyecto en el que invertí doce horas durante tres meses para una entidad pública casi pirateado (como no quise regatear el presupuesto de los escritores, músicos y bailarines que iban a participar me propusieron que yo no cobrara; como quería, boba de mí, ingénua, cobrar por mi trabajo,me mandaron a casa; como ya tenían el proyecto y yo estaba en casa, utilizaron nombres y espectáculos, ya ves y la programación les cuadraba...)solo escribo en el blog y si algún editor, borracho o incapacitado temporalmente, ha tenido el valor de querer publicar-me algo siempre ha sido a cambio de nada, o de diez libros (los de mis amigos y mi familia, que es lo mismo). Era correctora - ortotipográficaydestilocondiploma- hasta q me cansé de que me pidieran q "echara un vistazo a este artículo que me publican en ABC o en..." y mandé las marcas y la tinta roja donde mejor señalaba Fernán Gómez, es decir, a la mierdaaaa . Solo me queda confesar que tengo una adicción de la que no me curo ni pienso tratarme, aunque me mate: los libros que me gustan, la música que me emociona, las novelas que me secuestran, los lugares que me acogen y los abrazos que se convierten en mapas del tesoro.
Nunca voy a ser rica, ni en dinero ni en cultura. Espero, eso sí, no perderme sentimientos y emociones.
Trabajo como abogada y huyo de la justicia.
No entiendo la Ley Sinde.
No me gusta tampoco ni álex de la Iglesia ni la academia.
En general estoy desencantada.
Solo me ilusiona que algún amigo mío pueda vivir haciendo lo q le gusta (escribir, cantar, apagar fuegos...) pero ultimamente lo pasan peor los que no se alinearon en ningún bando y siguen creyendo en aquello que les hace sentir niños. Y por eso prefiero quedarme a vivir dentro de una canción, como hacía Krahe debajo de un edredón, o en mis blogs y callejones favoritos.
Tarde, pero enhorabuena migue, como tantas otras veces...perfecto.Emocionante, sincero y honesto.
Un abrazo y miles de besillos
eva
...Kika, muaks a mansalva...
...Eva, no te imaginas lo que me identifico contigo y lo que me reconozco en tu azarosa vida...
...Me hace gracia que seas abogada y huyas de la justicia...
...Sólo una divergencia: yo adoro a Álex de la Iglesia, su cine y su cinismo...
...Beso...
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