miércoles, 4 de junio de 2014

LA FAMILIA FORTUNA Y EL REY DESNUDO


...Uno de los libros más bizarros, hilarantes y deliciosos que he leído nunca se titula La Familia Fortuna. Lo escribió Tulio Stella y lo publicó Lengua de Trapo en 2001. Está ambientado en una grotesca Mar del Plata y cuenta, aunque esto no es exactamente así, la historia de una estrambótica familia a lo largo de varios años...
...La Familia Real española es también curiosa y un poco rara. El Rey de España estaba desnudo. Mi percepción generalizada como Cuervo Ingenuo o Pobre Diablo es de un hastío generalizado hacia su figura, hacia su presencia, hacia su familia, como si nos hubiéramos saturado de él, de su hacer, de sus modos, como si hubiéramos descubierto el truco. La sensación que yo tengo con esta familia es, al contrario del relato que se nos fue contando de ella, la de una gente soberbia, prepotente, por encima del bien y del mal, opaca, muy opaca tanto en su vida diaria como desde el punto de vista financiero. Es una sensación, por supuesto, desde la lejanía, desde mi propio hastío... 
...Fuimos bombardeados durante mucho tiempo con esas coletillas innecesarias en las noticias referentes a La Familia: "La infanta Cristina, como cualquier ciudadano normal, se dirige a su puesto de trabajo". Ese "como cualquier ciudadano" solía ser innecesario toda vez que nos hacían creer que tenían que ganarse la vida. Como eran innecesarias hipérboles del tipo "con la humildad que le caracteriza", "haciendo gala de su natural simpatía" y otras frases por el estilo. Fue bochornoso verlos salir con un Wolkswagen Golf verde oscuro cuando salió el tema del Caso Noos, ¿quién aconsejaría a la pareja usar el viejo coche para salir frente a los periodistas? Porque hubo alguien que asesoró y les aconsejó que era lo mejor y ese alguien piensa además de los súbditos que somos absolutamente imbéciles. Y quizás lo seamos, o quizás los más papistas que el papa se equivocan y no lo seamos tanto y nos sintamos insultados cuando vemos la imagen del Wolkswagen Golf verde oscuro y lo relacionamos con el Caso Noos...
...Fuimos sometidos a una retórica rancia, a una narrativa idílica que nos contaban una historia épica construida con hipérboles y frases hechas, con medias verdades y con opacidad. A quienes no lo vivimos porque nacimos en democracia nos fueron contando un relato que no se podía cuestionar, que se convertía en una especie de dogma de fe colectivos. De este modo se nos contó, sin posibilidad de réplica, su papel durante la Transición, durante el intento de Golpe de Estado y una serie de historias que no podían ni contrastarse ni documentarse a través de fuentes o documentos que no estuvieran interesados en un determinado relato de todo aquello...
...Yo soy un tipo quisquilloso y es en los detalles, en los lapsus, donde encuentro los resquicios para colarme verdaderamente en las historias. Me interesan, además, los relatos colectivos: lo que una colectividad dice o lo que una colectividad calla, al unísono. El problema de la cacería en Botswana no sería tal si no fuera porque rompía no una imagen (días antes había mostrado su preocupación por el paro juvenil, creo recordar) sino de un relato colectivo. Lo de menos es que fuera un lunes, día laborable y demás, que estuviera con su amante. El problema es que eso nos mostró una forma de vida que no concordaba o no casaba con el relato que nos habían ido contando de él, con el relato colectivo que como ciudadanos nos habíamos creído y tragado sin posibilidad de réplica o de contraste...
...Es en los detalles y en los lapsus donde encuentro los resquicios para averiguar mentiras o verdades, y cuando durante la Pascua Militar El Rey se trabó repetidamente al leer el discurso, se nos dijo "había poca luz" (sic). Hasta entonces sólo habíamos tenido indicios, pero ese día encontramos una prueba: si era evidente que el rey se trababa al leer, que no era capaz de hacerlo, que le suponía un enorme esfuerzo, por lo que fuera, pero no era un trabarse de cuando uno lee en penumbra, ¿quién me aseguraba que no habían hecho lo mismo con el relato épico en el que protagonizaba la Transición o se oponía al intento de Golpe de Estado...
...Personalmente creo que El Rey desempeñó su papel en la Transición y se opuso al intento de Golpe de Estado, pero es una cuestión de fe, porque ese es el relato que se nos ha contado, igual que se nos dijo el día de la Pascua Militar que El Rey se trababa porque no había suficiente luz. Yo no sé, por ejemplo, si el rey lleva a cabo negocios privados cuando realiza un viaje oficial. No lo creo, pero no lo sé, y nunca tendremos modo de saberlo, como tampoco sabíamos que su amante vivía a pocos kilómetros del palacio de la Zarzuela o por qué a veces aparecía magullado por haberse golpeado sin querer con una puerta. Si la narrativa oficial me decía que el día de la Pascua Militar no había luz al leer cuando la propia realidad desmentía de forma contundente esa narrativa oficial ¿quién me dice que el rey no aparecía con el ojo morado por una pelea a altas horas de la madrugada en algún lugar infecto? No pasa nada si fuera así, todo el mundo ha estado en lugares infectos a altas horas de la madrugada, el problema es que ponerse el ojo morado abriendo una puerta en cumplimiento del deber por su país y sus súbditos no es lo mismo que darse de hostias con otro tipo en un bar nocturno. La narrativa cambia. El relato es otro...
...El Caso Noos empezó a salir con cuentagotas y, no sé si eso lo recordamos, pero se empezó negando. Lo empezó negando todo el mundo, la Casa Real, la Infanta, Urdangarin. Del principio del caso me llamó la atención, de nuevo, un detalle que pareció pasar desapercibido en prensa: que en 2006 el rey le había ordenado a su yerno que abandonara todo aquello. Para decir algo así uno debería suponer que sabe lo que pasa. Lo que me sorprendió de todo ello es que ese supuesto consejo del rey fue usado a favor del propio rey y no en contra...
...Al igual que mi querencia por lapsus y detalles, mis investigaciones e indagaciones periodísticas suelen partir, casi siempre, de una pregunta: ¿esto quién lo paga? Fue esa pregunta, por ejemplo, la que me llevó a ponerme a investigar el Caso Pasolini en 2004: ¿cómo Pino Pelosi, un chapero de la periferia romana de dieciséis años y que no tenía donde caerse muerto, pasó de estar representado por un abogado de oficio a ser representado por uno de los abogados más importantes del momento? ¿Quién pagaba a ese abogado? Bien, a día de hoy sigo buscando respuestas que tienen que ver con esa pregunta. Con lo fácil que debería ser responderla, me encuentro con que es imposible llegar a una respuesta. Por eso sé que ahí está parte de los secretos del caso...
...Supongamos que El Rey no conocía las nóminas de su hija y yerno, ni los precios del palacete que se habían comprado, que no preguntó cuando le dio un millón de euros a su hija. No tiene por qué conocer todo eso. Supongamos que no tiene por qué, ¿por qué le pidió a su yerno que abandonara aquella historia?...
...De todo el debate que se ha suscitado en estos días, me sorprende que se incida en las personas y no en los sistemas. La monarquía es un sistema en el que el Jefe del Estado viene impuesto por razones de sangre, familia, linaje, lo cual no sólo es anacrónico en pleno siglo XXI, sino también un sistema perverso...
...El relato unánime suele ser lo muy preparado que está el heredero para asumir la Jefatura del Estado. De nuevo, el relato y la narrativa nos habla de una persona ética y moralmente impecable, con alto sentido de estado, de la responsabilidad, del deber, vocación de servicio a sus súbditos, etcétera. Quizás sea así. No lo sé. Lo terrible de ello es que podría no ser así, y no estar preparado, y no tener sentido ni del estado, ni de la responsabilidad, ni ser ética y moralmente impecable, pero para heredar el trono basta estar el siguiente en la línea de sucesión, se esté o no se esté preparado, se tengan o no se tengan determinadas cualidades morales. El mismo relato de sencillez, de honradez, de impecabilidad moral, se nos ha estado haciendo hasta ahora de la Infanta Cristina y de su esposo, y hemos visto que no parecen ni tan sencillos, ni tan honrados, ni tan impecables ética y moralmente, ni con un especial sentido del deber, del estado, ni una gran vocación de servicio a sus súbditos. Más bien han demostrado todo lo contrario, y presuntamente han estado desviando el dinero de los contribuyentes, es decir, de los ciudadanos, es decir, de los súbditos de su padre y el de los próximos súbditos de su hermano, a sus propios bolsillos. Ellos son los séptimos en la línea de sucesión y, en caso de una terrible hecatombe, podrían ser ellos los Jefes del Estado de un país del que se han aprovechado presuntamente...
...Me extraña que se incida en las personas y no en el sistema perverso que permite, potencialmente, que eso sea así. En una monarquía o en una dictadura, el Jefe del Estado viene impuesto. En el caso de las monarquías y en Corea del Norte, es un título hereditario de padres a hijos por una cuestión familiar. En Cuba, desde 1959, el heredero "de facto" es el hermano de quien hasta ahora había sido Jefe del Estado hasta 2006. Yo preferiría vivir en un país donde, o bien el Jefe de Estado fuera elegido por los ciudadanos, o en su defecto, fuera en el Parlamento donde, por consenso, se eligiera a una persona con una probada trayectoria, vocación de servicio público, impecabilidad ética y moral, etcétera, etcétera, porque todos esos atributos ni vienen en los genes, ni en la sangre, ni en la leche que se mama, ni en el apellido, ni en el linaje, ni nos viene de familia. A las pruebas (también las judiciales) me remito...

Miguel Ángel Maya
4 de mayo de 2014

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