martes, 3 de enero de 2012

EPIDERMIA


El único vestigio de tu hogar 
moja tu pelo 

Sara R. Gallardo, Epidermia


...Hay poetas obesos sobre los que pesan ciertas sospechas de que murieron envenenados después de un golpe de estado que necesitan escribir los versos más tristes esta noche. Yo esta noche lo que necesito es un trago, como en esas películas en blanco y negro dobladas, como en medio de un suicidio inminente dibujado por Grosz, el más importante y taquicárdico taquígrafo del siglo pasado...

...Compongo la música para un ballet coreografiado por una bailarina rota y todavía no acontecido en algún lugar secreto de París, como Satie. La soledad me acaricia con una ferocidad que no esperaba, viste un vestido rojo, no lleva ropa interior, ha preparado todos los cócteles alcohólicos del mundo y yo, mientras, voy perdiendo una a una todas y cada una de las batallas a las que fui apostando o en las que me fui enrolando cuando era joven y mi sonrisa era todo un salvoconducto, e iba desarmado, almado, voraz...

...Pienso en la palabra "Frozen" mientras trato de sacudirme esta epidermia que me asola (asolar de soledad, de desconsuelo, de no-suelo, de solo de trompeta invisible, de...): vuelvo a ser la Siberia arrasada antes de la llegada de los nazis, y pienso que uno puede equivocarse de persona y no equivocarse de escritora, y viceversa, y que al fin y al cabo lo de escribir es anecdótico, como la invisibilidad, la soledad o la sordomudez...





...En breve, apenas esas sirenas de ahí abajo dejen oír la voz de Damien Rice, o esos fisgones dejen de mirar a Talita caminando en camisón por un tablón entre ventana y ventana, mi cuerpo formará una breve esvástica sobre el pavimento del suelo. La querencia por el crimen se dejará llevar por unos repentinos carnavales en los que uno puede disfrazarse de escorpión o de puta, soñar o bostezar, llegar a Marte o dormirse en los laureles, rendirse envelesado al milagro de vivir ante una niña que balbucea onomatopeyas mientras sus manitas minúsculas acarician mi barba, o saldar las últimas deudas salvando de la plaga todo lo que pueda...

...Hagan juego: una vez haya saltado al vacío todo dará igual, y de la esvástica no quedará más que un contorno de tiza que quedará borrada por completo con las primeras lluvias o las últimas suelas de los transeúntes en hora punta, cortante, despiadada, prisa, torpe, triste...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 3 de enero de 2012

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