...Se me juntó todo la otra noche, me dijiste...
...Las piernas entrelazadas, la madrugada, la grappa, la cerveza siciliana artesanal...
...Me contaste tu viaje por Chile. Yo te escuchaba atento a casi todos los latidos, a casi todas las yemas de los dedos; ya sabes: casi todas las tijeras abiertas, casi todas las ventanas cerradas, la brisa nocturna de septiembre...
...No te reproché lo de la otra noche, como buen caballero. Sé cuándo a alguien se le junta todo una noche. Conozco la sensación. Conozco la vergüenza...
...Lo particular es llegar a casa oliendo a ti y borracho y tarareando una canción de Víctor Jara sin saber el día que es hoy. Lo extraño es recordar tu viaje a Chile sin apartarme un ápice de tu relato, y llegar a casa y esperar a que se pase la borrachera eligiendo precisamente Estrella distante...
...Y sentir que las piezas del puzzle encajan sólo cuando me recuerdo solo, en el metro de Madrid, leyendo las andanzas siniestras de Carlos Wieder...
...Y seguir oliendo a ti, y escribir esto, mientras The Boss me pone la carne de gallina...
...Cuarenta años después...
...(Cuarenta años que yo, todavía, no tengo. Que ya no tenemos)...
Miguel Ángel Maya
13 de septiembre de 2013
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