Los primeros momentos de un tren que se dispone a partir ahogan siempre el espíritu de observación de que todos, por regla general, nos proveemos antes de emprender un viaje.
Alejandro Sawa, Declaración de un vencido.
...Una música en vivo amansando a las fieras o un tren partiendo, una mujer partida en dos, un trompetista invisible taladrando palabras, un balón desinflado, un póster amarillento de los noventa invitando visitar Turquía, un ojo puesto en Vladivostok y otro en Papeetee, un vaso de agua y sobre él un trampolín y sobre él un cielo insultantemente azul y una metamorfosis ambulante...
...Y el comienzo de la película, el guión recién escrito, la primera escena en blanco y negro, los ojos verdes en blanco y negro, los labios rojos, el beso desdibujado, mis dedos sobre el piano o dentro de tu cuerpo, el rey cazando elefantes, la náusea, el columpio al que los chicos de un pueblo cercano con los que trabajo llaman "escunita", el suicidio de Groszt, y la convicción de que grotesco viene de sus cuadros, como esperpento viene de esperanto...
...Y nada más, salvo la aguja doliéndose en la música y el vinilo que me salva y soñar con un tren que parte y un piano que suena...
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 3 de mayo, 2012
P.D. Las fotos están sacadas de aquí.
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