viernes, 18 de mayo de 2012





...Conducir a través de la noche... 

...Olvidar los teléfonos, las palabras, las pupilas, la danza, y conducir hasta el principio del fin de los tiempos, hasta el mar más antiguo, hasta una profunda gruta con murciélagos y osos que hibernan... 

...Minar el asfalto con un arsenal digno del más peligroso de los terroristas, para no volver nunca más sobre mis pasos, para no bostezar, para no crecer... 

...Y conducir hasta diluirme en la más titilante y olvidada estrella del rincón más profundamente negro de ese cielo azul petróleo que ya no cae, que ya no sirve, del que jamás pude escuchar el más mínimo aullido... 

Miguel Ángel Maya 
Sevilla, 18 de mayo, 2012

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