martes, 20 de diciembre de 2011

PASOS EN FALSO




...Decido desmantelar el subsuelo con la delicadeza de la lluvia más fina...

...Ahora me lame, me toca, me gasta una memorable lluvia ácida que fue capaz de convertir en sonrojo todos los puntos cardinales. Doy pasos en falso, siento vergüenza ajena, de entre los seres humanos ni siquiera me salvo a mí, me escandalizo como esas plañideras fingidas que lloran la muerte de Kim Il-Jung. Veía venir el cortocircuito, la falta de nutrientes de este subsuelo. Hubo un tiempo en que fui el mejor de los peritos agrónomos en esta Siberia quemada con la que se recibía al ejército enemigo y se le daba una lección de juego y tiempos: usaba sinónimos y antónimos a mi antojo, derrochaba ilógicas meteduras de pata, pasos en falso a mansalva, vino tinto peleón pero caído en combate en el peor rin...
...Vendrán tiempos peores, y yo seguiré aquí: la más elegante de las avestruces con la cabeza bajo tierra, y el sombrero a salvo en el pecho, como quien sufre de amores, como quien da un pésame...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 20 diciembre, 2011
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4 comentarios:

B. Pino de la Encomienda dijo...

Señor Maya, he de hacerle unas precisiones:

- Las mujeres que lloran en las exequias del gran Kim Il-Jung, no son plañideras "fingidas", como usted mal dice, sino genuinas plañideras traídas a los efectos de la cuenca del Taedong.

-El vino tinto peleón pero caído en combate en el peor "rin" (lo tenía que haber puesto en mayúscula: Rin), es el que se trasegaron las hordas del bandido Lüpthern "Verbrantes Gesicht" (Gonzalito "Cara quemada"), en una razzia durante la Guerra de los Treinta Años. La bacanal acontenció en un punto del Rin, entre Manheim y Karlsruhe, que por la mala calidad de las cepas, se la conoce como "Comarca del peor vino del Rin".
A ella se debió de referir usted, pero con mayor precisión.

- Es falso que las avestruces oculten la cabeza en un hoyo si se sienten en peligro. Eso hace una zancuda del valle de Ukete (Uganda), llamada por los indígenas kulu-kiki, pero no la citada avestruz (Strutio camelus).

Disculpe mi intromisión, pero creo que le estoy ayudando a mantener el rigor propio de un blog que se precia de científico, como es este.
Un cordial saludo.

Miguel Ángel Maya dijo...

...Muy Distinguido Pino de la Encomienda: puesto que supongo que desciende usted del gran cronista de Indias Robustiano Pino de la Encomienda, el más golfo de cuantos fueron a ver qué onda por el Nuevo Mundo, corríjame usted si me equivoco, se le disculpa su intromisión...
...Tiene usted razón, a veces nosotros, los hombres de ciencia, rigurosos, cabales, calculadores, fríos y recónditos, nos disperdemos en nuestras propias elucubraciones, alejadas siempre de las calenturas y del corazón, de ahí que se agradezca su propósito de alarmar al autor de estas líneas cuando se hace muy evidente el desvarío...
...Prometo retornar a la senda del rigor en las próximas entradas...
...Suyo, Maya...

B. Pino de la E. dijo...

No se fie de las apariencias, Maya.
Conozco toda la bibliografia del gran don Robustiano y poseo gran parte de su obra monumental. Pero los orígenes de mi apellido son mucho menos ilustres: vienen de un antepasado mío de Argamasilla de Alba, que allá por las postrimerías del siglo XVIII regentaba un modesto negocio de ataúdes. Como la madera usual era de pino (salvo en los casos de enterramiento de noble, burgués -avant la lettre- o clérigo de alto status, que demandaban nogal, haya, castaño y otras maderas de mayor calidad) y se hacían por encargo (encomendados), de ahí el sonoro pero bien poco ilustrte apellido de la famila.
Si por la apariencia fuera, usted bien pudiese ser descendiente de Tlalanthistultleh, o de Cashtulatepec, o de Quitalzhuacanotlz, que, como sabrá, eran caciques mayas que han quedado para la posteridad en los petroglifos de Yucatán.

Saludos.


PS.- A este tren, ¿llegaremos a las Uvas, Ángel?

Miguel Ángel Maya dijo...

...Algún día (y esto es verídico) le contaré qué me sucedió en un cruce de carreteras perdidas junto a un trilero y una anciana que se llamaba Maya de apellido y que, además de invitarme a un arroz con frijoles y tamales antes de subirnos en un camión de pollos, me contó, Hortensia era su nombre, una historia de nuestro apellido realmente parecida a la que usted acaba de contarme...
...Y no, no llegaremos a las uvas, por supuesto...