Muchas veces me pregunté, durante ese mes de espera, qué era lo que nos distinguía de los otros extranjeros que merodeaban por Sanlúcar, y la respuesta la obtuve, Señor, muchos meses después.
Estábamos, sí, contaminados, y de un mal más terrible que la peste negra o que la lepra: estábamos infectados de nuestros propios sueños. Y ellos temían el contagio. Saben que el germen de los sueños se propaga con la facilidad de una plaga. Saben que se bebe en los vasos y se come en los platos. Que se deja en las sábanas, Que se pega a las manos. Y que apesta los ojos que miran, y la boca que besa, y los oidos que escuchan, hasta que los ojos no ven, hasta que los oidos no oyen y la boca sólo habla mentiras.
Napoleón Baccino Ponce de León
Maluco.
...Aquí, en este mismo mar, hace casi dos décadas, hacía lo mismo que hoy: estar dentro del mar a merced de la marea, de la resaca, de las olas, del tiempo acompasado, durante horas que quedaban diluidas en el movimiento del sol, en los dibujos de las nubes, en los caprichos que el mar quería hacer con mi cuerpo...
...Aquí me quedaba mirando el horizonte, como ahora, mojado, saboreando la sal de los labios, pensando o sin pensar...
...Cuando me iba a dormir, por la noche, todavía sentía en mi cuerpo el vaivén de ese movimiento, de esa vida...
...Aquí me quedaba mirando el horizonte, como ahora, mojado, saboreando la sal de los labios, pensando o sin pensar...
...Cuando me iba a dormir, por la noche, todavía sentía en mi cuerpo el vaivén de ese movimiento, de esa vida...
...Aquí, al lado de este mismo mar, leí con catorce años un libro titulado Yann Andréa Steiner, de Marguerite Duras, un libro del que no recuerdo absolutamente nada salvo que me estremeció, y me dejó muy tocado, y que describía en algún momento de sus páginas, el triángulo en movimiento de tres personas que caminan por la playa: una observa desde una ventana a dos personas que caminan lentamente por una playa desierta...
...Es curioso, he vuelto a ojearlo ahora, por si encontraba exactamente el pasaje de la descripción del triángulo, y me ha sorprendido lo mucho que tiene que ver ese libro con mi vida ahora: la colonia de verano, la monitora, el niño de seis años y medio, la historia sobre un naufragio y un tiburón que la monitora le cuenta a los niños, voraces y hambrientos de historias a pesar de que la monitora vive en guerra...
...En el libro de Marguerite Duras sólo he encontrado lo que tiene que ver conmigo ahora, no he encontrado lo que me estremeció, aquí y entonces...
...Es curioso, he vuelto a ojearlo ahora, por si encontraba exactamente el pasaje de la descripción del triángulo, y me ha sorprendido lo mucho que tiene que ver ese libro con mi vida ahora: la colonia de verano, la monitora, el niño de seis años y medio, la historia sobre un naufragio y un tiburón que la monitora le cuenta a los niños, voraces y hambrientos de historias a pesar de que la monitora vive en guerra...
...En el libro de Marguerite Duras sólo he encontrado lo que tiene que ver conmigo ahora, no he encontrado lo que me estremeció, aquí y entonces...
...Aquí, en la cama de un apartamento al lado de la playa, que olía a crema hidratante después del sol y a apartamento de playa, y pies descalzos con la arena fina que insistía en volver en las mochilas y las bolsas y los bañadores impregnados de salitre, cuando volvíamos y el sol ya se había puesto, empecé a leer mucho tiempo atrás la novela Maluco, de Napoleón Baccino Ponce de León, un pseudónimo, supongo...
...Y me apasionó probablemente más de lo que lo haría ahora, pero aun así sé por qué lo hizo: probablemente no sea tan distinto al que era entonces...
...Y me apasionó probablemente más de lo que lo haría ahora, pero aun así sé por qué lo hizo: probablemente no sea tan distinto al que era entonces...
...En la página 87, Marguerite Duras dice:
El niño contempla la playa con insistencia, no comprende cómo se encuentra allí esa playa sin que él la haya visto nunca...
...Yo me estremezco, aquí y ahora, como cuando me estremecía aquí por aquel entonces...
Miguel Ángel Maya
La Antilla, 7 agosto 2010
El niño contempla la playa con insistencia, no comprende cómo se encuentra allí esa playa sin que él la haya visto nunca...
...Yo me estremezco, aquí y ahora, como cuando me estremecía aquí por aquel entonces...
Miguel Ángel Maya
La Antilla, 7 agosto 2010
9 comentarios:
;-)
página 42:
nunca había olvidado aquel nombre, aquella época, aquel blanco de las faldas, aquella inocente espera del tren de la muerte o del amor, no se sabía, nunca se supo
kiss
¿Sabías vos que Duras tomó como otro nombre, literario, "Aurélia"?
Sabías vos que Duras está adentro mío... o al revés...
Que el mar sin ella ya no puede ser...
Y Yann...
Y todo esto que has rescatado, que apareció ya en "El verano 80" (L'été 80), ¿sabías?
¡Perdona que me ponga así de loca!, pero es que con Duras...
Un abrazo de mar y alcohol. (Desde El Nuevo Portil)
Hola, he pasado a saludar y me divertido con la playa, los olores y Duras, una señora que me caía bien pero que he leído poco. Propósito de enmienda: leer más a Duras y aprender algo. Hasta pronto. Nos leemos.
...Chère Veronique: "Creo que ese color blanco es lo que hizo que nunca la olvidaran. Ese blanco de sus faldas, ese cuidado excesivo, insólito, que tenía con ellas, hizo que la gente que había oído hablar de ella jamás la olvidara, esos sombreros de tela igualmente blancos, sus sandalias de tela, todas esas cosas, sus guantes"...
;-)
...Gracias por pasar, Noemí, un placer que te diviertas con la playa, los olores y Duras...
...Sí, yo empecé a leerla porque me caía bien, y escribe de una forma estremecedora: ¿sabías, además, que fue la casera de Vila Matas en París? jijiji...
...Beso...
...Ay ay ay, mi querida y desconocida Aurélia: me gusta mucho cuando apareces por aquí armando este escándalo. Te imagino con cierto aire etílico, leyendo y emocionándote. Siempre te imagino leyendo algunas entradas de noche, y por eso siempre me queda una duda: si con la luz del día la entrada te sigue inspirando tantas cosas...
...Es curioso lo que dices, siempre que estoy frente a ciertos mares, me acuerdo de Duras, me acuerdo concretamente de ESTE libro de Duras, que leí en La Antilla, el verano antes de entrar en el instituto...
...Lo que más recordaba de él era la descripción de ese triángulo que forman tres personas: una que mira desde una ventana, y dos que pasean por la playa; y cómo el triángulo se va deformando a medida que los dos que pasean por la playa se mueven...
...El otro día, en La Antilla, dentro del mar y mirando el mar, sentado, me acordé de ese triángulo, que, no sé por qué, recuerdo a menudo, no sólo en el mar, sino en muchos sitios...
...Fui a por el libro y empecé a leerlo, guiándome por las páginas que había señalado con catorce años, pero a pesar de ser lo que más recordaba del libro, no aparecía por ninguna parte esa escena de una mujer que mira hacia una playa y ve a dos personas caminando. Se ve que fue una escena que sedimentó en mí, que germinó, y tomó fuerza, a pesar de que hubiera otras que en aquel momento me sorprendieron más...
...Es curioso cómo el tiempo pone las cosas en su sitio...
...El caso es que empecé a ojear el libro, de nuevo, un libro que no había vuelto a leer desde los catorce años, y me sorprendió lo mucho que tenía que ver con mi vida ahora: yo soy monitor con niños en un campamento de verano, y estoy viviendo cosas que no había vivido antes, y de pronto, el libro, a pesar de hablar de otra cosa, ha tomado un significado muy distinto a como lo leí entonces, aunque me sigan estremeciendo algunas cosas de él, y aunque me siga estremeciendo de mí, que el que yo era con catorce años señalara este párrafo:
"Empecé a dejar de hablarte, a dar solamente los buenos días, a dejarte solo. Comprar filetes de carne para ti. Verte únicamente por la mañana salir hirsuto de tu habitación en busca de café, y reír de tu aspecto de administrador, de tu inspección, hasta que se me saltaban las lágrimas.
Eras terrible, a menudo yo te temía. Y en torno a nosotros se temía lo que pudiera pasarme. Me parecía que eras cada vez más sincero, pero que ya era demasiado tarde para mí, ya no podía retenerte. Como jamás pude retener el miedo que te sentía. No sabes impartir el miedo a ser asesinada por ti. A todas mis amigas y conocidos les encanta tu dulzura. Eres mi mejor tarjeta de visita. Pero tu dulzura me lleva a la muerte, y debes de soñar con cármela sin saberlo en absoluto. Cada noche": ¿Por qué señalé este párrafo con catorce años?...
...Sé que es difícil explicarlo con palabras, y sé que si nos tomáramos un vino, en persona, podría explicártelo mejor, ...
...No, no sabía que tú tenías dentro a Madame Duras, pero no es difícil imaginárselo...
...Por cierto, no estarás ahí en el Nuevo Portil con Lara, ¿no?...
...Besos a mansalva...
A veces, mejor no volver sobre ciertas playas... o sobre ciertos libros... las cosas son lo que son por su capacidad transformadora. Textos que no dicen lo que pensábamos que decían al recordarlos... playas que eran y ya no son el lugar en el que estuvimos... como pasear por una ciudad de la que salimos hace años y a la que no reconocemos, remozada, pero que es la misma...
...O a veces mejor SÍ volver a todo, y ver qué hay de nosotros ahí o de ahí en nosotros...
...Bienvenida, Nuria...
...Un abrazo...
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