jueves, 6 de febrero de 2014

NIN


...En el puerto hay una danza de barcos bajo el sol...
...Hoy hacía un día primaveral en el puerto. Lo recorrí junto a mi perro. Nos sentamos a mirar la danza...
...Leí los diarios de Anaïs Nin durante un verano, en la playa. Asocio Anaïs Nin al griterío de la playa, al olor del cuerpo de A., sapore di sale, sapore di mare, que decía Mr. Paoli: quando esci dall'acqua e ti vieni a sdraiare vicino a me...
...Encuentro el mismo libro, que no huele a mar sino a páginas viejas, Plaza & Janés, 1993, lo abro y leo lo que subrayé:

Los días malos doy paseos junto a las vías del tren. Pero como nunca he sido capaz de leer una guía de ferrocarriles, nunca acierto la hora oportuna, y como me canso antes de que llegue el tren a librarme de las dificultades de la vida, me vuelvo a casa. Es posible que esta fascinación que siento por morir en un accidente tenga alguna relación con el traumático período de mi infancia en que echaba de menos una muerte así. En Neuilly teníamos una criada (era cuando yo contaba dos años y mi hermano Thorvald acababa de nacer). Mi padre debió de seducirla y después la olvidó. Como quiera que fuese, ella quería vengarse. Nos llevó a mí y a mi hermano de paseo, y dejó el cochecito, poniéndome a mí junto a él, en plena vía del tren. Pero el guardagujas nos vio y, como era padre de siete niños, arriesgó su propia vida corriendo hacia nosotros justo a tiepo para alejar el cochecito de un puntapié y sacarme a mí en brazos. El acontecimiento se quedó grabado en nuestra memoria. Todavía me acuerdo de las camas cubiertas de juguetes para los siete hijos del hombre que salvó nuestras vidas.

Y también:

Así, delicadeza y violencia están a punto de conocerse y desafiarse mutuamente.

Y también:

¿Habéis estado alguna vez en un cine cuando ya se ha ido todo el mundo? La películas son como una dosis de opio, y salir a la calle produce una conmoción, es un brutal despertar del sueño en que se estaba sumergido. Pero cuando te quedas no despiertas nunca. El sueño sigue. A veces me duermo un rato y cuando vuelvo a despertar sigo viendo las imágenes en la pantalla, y no puedo encontrar ninguna diferencia entre el sueño y la película.

...Siempre que encuentro libros subrayados por mí siento una extraña conmoción y me sorprendo acometiendo una especie de indagación quirúrgica en quién fui y quién soy. Casi siempre me reconozco en las razones. El primer párrafo sé que lo señalé porque me sorprendió la crudeza con que lo cuenta todo. El segundo lo subrayé porque la delicadeza y la violencia siempre fueron dos de mis puntos gravitatorios, desde pequeño, no sé por qué. El tercero lo señalé porque cuando lo leí, en aquellos años, fue cuando empecé a ir al cine solo, a probar el placer del cine, no como acontecimiento, como salir, como beber, como estar con amigos, sino como un inmenso placer en sí mismo. Y sí, recuerdo que me fascinaba esa magia...
...En fin. Eso...

Miguel Ángel Maya
6 de febrero de 2014

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2 comentarios:

NubOsidad VaRiable dijo...

Tu letras fascinan tanto como los Diarios de Anis Nin y como la magia de esa indagación quirurgica!

En fin. Eso...

Miguel Ángel Maya dijo...

...Muchísimas gracias y bienvenida, aunque sea a una indagación quirúrgica (con nubosidad variable)...
...En fin. Eso... ;-)