Había que escribir sin para qué, sin para quién.
El cuerpo se acuerda de un amor como encender la lámpara.
El silencio es tentación y promesa.
Alejandra Pizarnik
Como un reloj de arena cae la música en la música.
Estoy triste en la noche de colmillos de lobo.
Cae la música en la música como mi voz en mis voces.
Alejandra Pizarnik
El cuerpo se acuerda de un amor como encender la lámpara.
El silencio es tentación y promesa.
Alejandra Pizarnik
Como un reloj de arena cae la música en la música.
Estoy triste en la noche de colmillos de lobo.
Cae la música en la música como mi voz en mis voces.
Alejandra Pizarnik
...Pizarnik redunda. En casa de mi abuelo había discos de pizarra, en el almacén donde estaban los cachivaches del teatro chino. Escribía sobre ellos, sobre esas músicas, con las tizas del bar de mi tío. Una vez, mi padre puso una aguja al filo de una caja de cerillos, para que tuviera resonancia. ¡Y sonó la música! ¡Que viva la música!, dije envuelto en un turbante sin saber que años antes de mi nacimiento Andrés Caicedo había titulado así un libro y después se había suicidado. Recuerdo que sabía, de todos los discos de vinilo que había en mi casa, dónde estaban rallados. Nunca me aprendí el principio de Ruby Tuesday porque saltaba la aguja en al menos tres puntos. De hecho, ahora, cuando escucho Flowers en Spotify inconscientemente espero el salto mortal de la aguja. Roberto Bolaño decía que buena parte de sus lagunas literarias tenía que ver con los libros que no había podido robar en las tiendas de México D.F., cuando era un cachorrillo y robaba libros y los devoraba...
...Voy del porno del principio de los tiempos, el porno del hombre de Cromagnon, el porno del mono, a mis asuntos más urgentes: de Django Reinhard a Duke Ellington y sus mujeres sofisticadas. Por ahora, todavía, queda algo de...
...Algo de... ¿swing?...
...Algo de... ¿cómo decirlo sin que...?
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 29 enero, 2012
*
...Voy del porno del principio de los tiempos, el porno del hombre de Cromagnon, el porno del mono, a mis asuntos más urgentes: de Django Reinhard a Duke Ellington y sus mujeres sofisticadas. Por ahora, todavía, queda algo de...
...Algo de... ¿swing?...
...Algo de... ¿cómo decirlo sin que...?
Miguel Ángel Maya
Sevilla, 29 enero, 2012
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