martes, 10 de enero de 2012

FONDU AU NOIR

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Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.

Miguel Labordeta





...Un tic-tac con forma de sala de espera...
...Hoy pensaba que buscar billetes de avión como yo los busco, devorando futuro, como Cronos devoraba pasado, tiene el sonido de tic-tac de las salas de espera, esas salas de espera de doctores a punto de jubilarse, desgana al palpar el bulto, párpados como persianas membranosas, pesadez en las palabras y en los diagnósticos...

...Pensaba en la narración: las veces a lo largo del día en que narro porciones de mi vida, pedazos, casi siempre behavioristas, épico a lo sumo, aséptico, como quien escribe en tercera persona, perdonándose la primera persona por demasiado fango y teniéndole miedo a la segunda. Ninguna de esas narraciones dice algo mínimamente relevante de mí. Cómo se pueden decir tantas palabras a lo largo del día, cómo puedo hablar tanto, tener tantos interlocutores, y no decir absolutamente nada...
...Cómo puede ser tan fácil sepultar dolor chapoteando en palabras, derrochando fonemas, cómo se puede ser tan bueno incendiando ropas, o pelos, no diciendo nunca lo que de verdad... Lo que de verdad nunca...




...Pensaba en la ficción como refugio: sonaba la radio, en Radio 3 entrevistaban a tres músicos, y narraban porciones musicales de vida. Contaron una autobiografía en vinilos. Supongo que toda mi pelea narrativa es cómo contar algo diciendo otra cosa, haciendo ver otra cosa: y sí, los vinilos podrían ser un buen punto de partida, como los dibujos de la protagonista. Luego siento un escalofrío porque salgo a la calle, y vuelvo, y al releer lo que había escrito me doy cuenta de que dice más de mí que todas las narraciones tras las que me parapeto cada día, ante interlocutores, ante vinos, ante cafés, ante el pavor de quitarse el sombrero...

...Hoy, conduciendo, volví a acordarme de las carpetas y cuadernos donde fui apuntando todo lo que tenía que ver con una lengua que me propuse inventar desde cero. Empecé con ello hace muchos años: tenía su grafía propia, sus raíces, su vocabulario, a medida que me la iba inventando fui deduciendo un entramado de pensamiento. Todo eso sigue ahí, y me sorprende ahora deducir cosas -como la conjugación de un verbo, por ejemplo, aplicando ese entramado de pensamiento. Todo está ahí, puedo continuar mi mejor obra en cualquier momento, cada día, o abandonar la empresa para siempre dejándolo en una posibilidad eterna, encender mi propia ley o romper la baraja...
...Empezó a sonar en la radio El sitio de mi recreo, y me di cuenta de que mi propia lengua, mi propio idioma, que quedará sepultada cuando lo haga yo, con su desinencia temporal para los adjetivos y la diferencia entre el pronombre nosotros cuando se trata de tú y yo o cuando implica un tú-no-estabas, mi propia lengua, como esa ficción tras la que no me parapeto sino que me sostiene las arritmias y las caídas, mi propia lengua es lo único que dice algo de mí...
...Sólo eso me da pistas sobre quien soy...
...Y justamente es lo que coincide con el más absoluto y miserable silencio...

Miguel Ángel Maya
Sevilla, 10 enero, 2012.

P.D. Las fotos están tomadas de aquí.
*

4 comentarios:

Doctor Froid-Chaud dijo...

Maya, todas esas comeduras de coco que le acucian es porque no tiene en cuenta que está usted solito en este mundo. Todo es pura ilusión de la mente suya; esto que lee no lo escribe el doctor Froid-Chaud, sino que es el manido rollo de siempre: usted se inventa un monigote que le de pie para sus elucubraciones desatinadas...; se podría decir que hay un Pensamiento Único, y no me refiero al de los putos neocón.
Esto se lo puedo aclarar si se pasa por mi consulta de la Fundación Solipsistics in the Air.
Le queda bien cerca: no más que en su lóbulo frontal, segunda circunvolución a la derecha, al lado del nódulo del instinto asesino.

Talueguín.

Lara dijo...

yo leí algo que ahora no está, puede ser?

como tú: dónde estás, amigo?

Miguel Ángel Maya dijo...

...Querido Froid-Chaud: me gusta eso de "solito en este mundo". Bonito hallazgo dulcemente dicho (ese diminutivo es poderoso, aunque no lo parezca a simple vista)...
...Lo de instinto asesino también me gusta, claro, pero eso ya es mucho menos dulce, por supuesto...
;-)

Miguel Ángel Maya dijo...

...No, ya no está. Se lo llevó el viento...
...Y sabes dónde estoy, amiga...
:-)