
"Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses con
la mano divina es, por ahora, la ùnica prueba fiable
de la existencia de Dios"
Mario Benedetti
...Tambièn èl nos ha dejado...
...Ando desconcertado ùltimamente entre mi enèsimo descubrimiento de Nàpoles y la obscenidad de la muerte. Me parecìa un hombre bonachòn, tierno, de ese tipo de ancianos que se sienta a tu lado en el autobùs y lleva una bolsa con juguetes para su nieto, o una tarta, o los bolsillos llenos de caramelos por si encuentra un ninio hacerle cucamonas y regalarle uno...
...Sus poemas me parecìan entraniables, pero quizàs nunca los valorè bastante, o solo antes de que mi idea de la literatura fuera por otros caminos... Quizàs escribìa mejor de lo que yo pensaba. Quizàs me dejè llevar por su imagen de abuelo dulce y siempre me lo imaginè màs jugando a la pelota con un nieto que enfrascado en la composiciòn de un libro... Quièn de nosotros me pareciò un libro extraordinario, pero lo leì hace demasiado tiempo, y siempre tengo miedo de volver a leer un libro que me gustò mucho cuando todavìa no habìa leido casi nada...
...Mi amigo Andrea me invitò a dar una clase, una especie de mano a mano taurino, sobre literatura hispanoamericana en la Universidad Oriental de Nàpoles. Yo hablè de Di Benedetto y los estudiantes pensaban que hablaba de Benedetti, pero que se decìa asì en espaniol. Fue una confusiòn simpàtica. Al salir nos tomamos una cerveza y la lluvia empezò a baniar las calles...
...Era raro verme dando una clase donde hace poco estaba recibièndolas. Es bonito tambièn...
...Me despedì de Nàpoles con un nudo en la garganta y la voz de Jacques Brel diciendo que la ciudad se habìa dormido. Era la primera vez que me pasaba: que Nàpoles se me dormìa en los brazos, con tanta ferocidad como ternura, y que me iba de allì con un nudo en la garganta...
Miguel Angel Maya
Foggia, 18 mayo 2009
...Ando desconcertado ùltimamente entre mi enèsimo descubrimiento de Nàpoles y la obscenidad de la muerte. Me parecìa un hombre bonachòn, tierno, de ese tipo de ancianos que se sienta a tu lado en el autobùs y lleva una bolsa con juguetes para su nieto, o una tarta, o los bolsillos llenos de caramelos por si encuentra un ninio hacerle cucamonas y regalarle uno...
...Sus poemas me parecìan entraniables, pero quizàs nunca los valorè bastante, o solo antes de que mi idea de la literatura fuera por otros caminos... Quizàs escribìa mejor de lo que yo pensaba. Quizàs me dejè llevar por su imagen de abuelo dulce y siempre me lo imaginè màs jugando a la pelota con un nieto que enfrascado en la composiciòn de un libro... Quièn de nosotros me pareciò un libro extraordinario, pero lo leì hace demasiado tiempo, y siempre tengo miedo de volver a leer un libro que me gustò mucho cuando todavìa no habìa leido casi nada...
...Mi amigo Andrea me invitò a dar una clase, una especie de mano a mano taurino, sobre literatura hispanoamericana en la Universidad Oriental de Nàpoles. Yo hablè de Di Benedetto y los estudiantes pensaban que hablaba de Benedetti, pero que se decìa asì en espaniol. Fue una confusiòn simpàtica. Al salir nos tomamos una cerveza y la lluvia empezò a baniar las calles...
...Era raro verme dando una clase donde hace poco estaba recibièndolas. Es bonito tambièn...
...Me despedì de Nàpoles con un nudo en la garganta y la voz de Jacques Brel diciendo que la ciudad se habìa dormido. Era la primera vez que me pasaba: que Nàpoles se me dormìa en los brazos, con tanta ferocidad como ternura, y que me iba de allì con un nudo en la garganta...
Miguel Angel Maya
Foggia, 18 mayo 2009