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lunes, 18 de mayo de 2009

Quièn de nosotros


"Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses con
la mano divina es, por ahora, la ùnica prueba fiable
de la existencia de Dios"
Mario Benedetti

...Tambièn èl nos ha dejado...
...Ando desconcertado ùltimamente entre mi enèsimo descubrimiento de Nàpoles y la obscenidad de la muerte. Me parecìa un hombre bonachòn, tierno, de ese tipo de ancianos que se sienta a tu lado en el autobùs y lleva una bolsa con juguetes para su nieto, o una tarta, o los bolsillos llenos de caramelos por si encuentra un ninio hacerle cucamonas y regalarle uno...
...Sus poemas me parecìan entraniables, pero quizàs nunca los valorè bastante, o solo antes de que mi idea de la literatura fuera por otros caminos... Quizàs escribìa mejor de lo que yo pensaba. Quizàs me dejè llevar por su imagen de abuelo dulce y siempre me lo imaginè màs jugando a la pelota con un nieto que enfrascado en la composiciòn de un libro... Quièn de nosotros me pareciò un libro extraordinario, pero lo leì hace demasiado tiempo, y siempre tengo miedo de volver a leer un libro que me gustò mucho cuando todavìa no habìa leido casi nada...
...Mi amigo Andrea me invitò a dar una clase, una especie de mano a mano taurino, sobre literatura hispanoamericana en la Universidad Oriental de Nàpoles. Yo hablè de Di Benedetto y los estudiantes pensaban que hablaba de Benedetti, pero que se decìa asì en espaniol. Fue una confusiòn simpàtica. Al salir nos tomamos una cerveza y la lluvia empezò a baniar las calles...
...Era raro verme dando una clase donde hace poco estaba recibièndolas. Es bonito tambièn...
...Me despedì de Nàpoles con un nudo en la garganta y la voz de Jacques Brel diciendo que la ciudad se habìa dormido. Era la primera vez que me pasaba: que Nàpoles se me dormìa en los brazos, con tanta ferocidad como ternura, y que me iba de allì con un nudo en la garganta...

Miguel Angel Maya
Foggia, 18 mayo 2009

viernes, 27 de febrero de 2009

Napòlide

Erri de Luca es quizás el autor más entrañable e interesante de la literatura en italiano de hoy en día. Su idioma materno, ese que tiene bajo la piel, es el napolitano, porque cuando él nació, en Nápoles todavía no se hablaba italiano. Su literatura está muy lejos de lo que yo busco, y sin embargo me encanta, me apasiona, me atrapa, es capaz de removerme las tripas con su escritura cruda de bisturí, de cuchillo brillando bajo la luna. Además es un tipo que me cae bien: escala montañas, traduce la biblia, vive por ahí, a las afueras, tranquilo.
Ayer supe que ha sacado un nuevo libro, Il giorno prima della felicità (El día antes de la felicidad). Está ambientado en los días que precedieron a la liberación de Nápoles en la Segunda Guerra Mundial. Me relamo de gusto.

"A Napoli, quando scendo gli scalini del treno, non mi sento tornato. Invece mi sento solo, con un diritto più intimo di quello che provo altrove. Una città non perdona il distacco, che è sempre una diserzione. Sono d'accordo con lei, con la città: chi non c'era, chi è mancato, ora non c'è, è decaduto il suo diritto di cittadinanza. Ora è uno dei tanti passanti che essa accoglie, senza opporre resistenza, lo straniero imbambolato che nessuno scaccia, sbirciato come merce da raggiro. ho rispetto del diritto di rigurgito che la città aplica a chi se ne allontana. Se rispondo di me presso di lei è perché porto i panni dell'ospite, non del cittadino. E se non ho il diritto di definirmi apolide, posso dirmi napòlide, uno che si è raschiato dal corpo l'origine, per consegnarsi al mondo.
Mai più ho attecchito altrove.
Chi si è staccato da Napoli, si stacca poi da tutto: non ha neanche lo sputo per incollarsi a qualcosa, a qualcuno."

Erri de Luca, "Napòlide", Edizioni Dante & Descartes, Nápoles (Libro inédito en España)

"En Nápoles, cuando bajo las escaleras del tren, no siento que haya regresado. Me siento en cambio solo, con un derecho más íntimo del que siento en otros sitios. Una ciudad no perdona el desapego, que es siempre una deserción. Estoy de acuerdo con ella, con la ciudad: el que no estaba, el que faltó, ahora no está, ha caducado su derecho a la ciudadanía. Ahora es uno de los muchos que están de paso y que ella acoge, sin oponer resistencia, el extranjero distraído que todos notan, observado como carne de estafa, me merece respeto el derecho al regúrgito que la ciudad impone a los que se alejan de ella. Si respondo por mí dentro de ella es porque llevo la ropa del huésped, no del ciudadano. Y si no tengo el derecho de defimirme apolide, puedo llamarme napòlide, uno que se ha escindido del cuerpo el origen para entregarse al mundo.
Nunca jamás me he adherido a ningún otro lugar.
Quien se ha alejado de Nápoles, se termina alejando de todo: ni siquiera tiene aliento para apegarse a algo, a alguien."

Miguel Ángel Maya.
Madrid, 27 febrero 2009.