Para
Sylvia
Algún
día te contaré lo que vi en Coney Island.
Y
lo que vi en aquel acuario de pirañas que con tanto mimo cuidaban
y
lamían los soldados que nos custodiaban.
Algún
día te contaré mi muerte todavía.
Lo
haría ahora, después del insomnio y del primer café
en
demasiados días, pero prefiero que
el
relato y la mugre maduren, caigan y fermenten.
El
día que te cuente lo de Coney Island
tendrás
que empaparte de ginebra
y
yo tendré que lamerte como una perra anciana y callejera
cada
vez que llores: en Coney Island
ya
no queda nadie.
El
último superviviente hizo las maletas.
Yo
vi a una chica pelirroja recitando un poema de L. Cohen
en
el Bowery Poetry Club de New York City,
llevaba
una camiseta gastada de Lou Reed,
se
le marcaban los pezones,
estaba
nerviosa,
no
sabe que existo,
me
acribilló con su poema,
killing
me softly.
En
unas horas estaré conduciendo
hacia
el este, como cuando Daddy Ghost
me
llevaba a Coney Island
y
me parecía estar en una película
de
Tod Browning, y me parecía estar
haciendo
la guerra por mi cuenta
y
refrescando mis labios con limón y monstruos
en
un entrechocar de verbos copulativos.
La
noche que te cuente lo que pasó en Coney Island
yo
ya no estaré aquí porque
el
mundo habrá saltado en pedazos.
Debrah Wycliffe
Poema
encontrado entre los papeles y pertenencias de la mesa de Debrah Wycliffe en la
editorial Farrar, Strauss & Giroux, aparecido durante las pesquisas
policiales que siguieron a su asesinato, durante diciembre de 2012 y enero de
2013.
Falsa antología completa de los poetas incendiarios, Varios Autores, (próximamente)
Miguel Ángel Maya
15 de septiembre de 2014
P.D. La fotografía es de Kelly Wise
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