The End
The End lloraba de rabia y
apagaba las velas. Una vez más había perdido todo lo que había apostado en el
hipódromo. Él y su jaula repleta de pájaros tramaba una venganza apoteósica.
Soñaba con cambiar el rumbo y el ritmo del mundo. The End —se relamía mirándose
al espejo— empezaba de nuevo.
4 comentarios:
Padre Betis.
Corazón de nardo andalusí, añoro las llanuras aluviales de los fértiles valles de la Bética. Y prefiero un naranjo de amargas naranjas de las que harán amarga mermelada al gusto de los british, al madroño que hunde las raíces en una tierra capaz de dar ejemplares tan amargos, más amargos que las dulces naranjas amargas de Sevilla.
Salú, Maya.
Corazón de nardo andalusí, añoro las llanuras aluviales de los fértiles valles de la Bética. Y prefiero un naranjo de amargas naranjas de las que harán amarga mermelada al gusto de los british, al madroño que hunde las raíces en una tierra capaz de dar ejemplares tan amargos, más amargos que las dulces naranjas amargas de Sevilla.
Te veo más flacucho que desde la última vez, Maya.
Salú.
Ando flacucho y demacrado, sí... Pero volveré a ser el que era, mi querido Arponero. ;-)
Salud!
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